El dirigente espabila

Tom¨¢s G¨®mez suele decir que es muy obstinado y que, una vez que se ha fijado el prop¨®sito de ser candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid, no parar¨¢ hasta conseguirlo. Quiz¨¢s por eso las incipientes cr¨ªticas que un grupo minoritario de militantes ha iniciado hace unos meses a su gesti¨®n como secretario general -aseguran ser unos 150 entre los m¨¢s de 30.000 afiliados al Partido Socialista Madrile?o (PSM)- han tenido el efecto contrario. Despu¨¦s de dos a?os y medio, el l¨ªder de los socialistas madrile?os parece haber encontrado el est¨ªmulo que le faltaba para trazarse con m¨¢s de acierto el camino a la Real Casa de Correos, la sede del Gobierno regional.

Si hasta ahora G¨®mez se ha caracterizado por ser un l¨ªder de escasa presencia p¨²blica, con mala sinton¨ªa con los medios de comunicaci¨®n, envarado y a la defensiva en sus apariciones oficiales, ha comenzado a dar se?ales de que algo est¨¢ cambiando. La primera la ofreci¨® el 19 de febrero, durante una conferencia en el Palace, en la que dio la primera muestra p¨²blica en mucho tiempo de que tiene un discurso armado y que puede convertirse en alternativa de gobierno. Ofreci¨® reminiscencias de aquel l¨ªder que un mes despu¨¦s del batacazo electoral de los socialistas madrile?os en mayo de 2007 se aup¨® con el apoyo del 90% de la dif¨ªcil federaci¨®n madrile?a a la secretar¨ªa general.

El alcalde plusmarquista de Espa?a en votos sacaba de la apat¨ªa al PSM y promet¨ªa un nuevo cap¨ªtulo del socialismo. Pero se escondi¨® del p¨²blico tratando de ajustar la organizaci¨®n interna del partido y no supo capitalizar aquella ilusi¨®n para convertirse en el ariete de Esperanza Aguirre.Y eso que la presidenta de la Comunidad ha vivido su ¨¦poca m¨¢s convulsa con el caso G¨¹rtel, el espionaje en los pasillos de su Gobierno y su lucha privada contra Alberto Ruiz-Gallard¨®n y Mariano Rajoy.

Cuando queda poco m¨¢s de un a?o para las auton¨®micas de 2011, G¨®mez parece haberse decidido a pisar el acelerador. Y ha optado por hacer lo que mejor sabe. Su mayor acierto ha sido recuperar sus encuentros con los ciudadanos, una pol¨ªtica que practic¨® con los vecinos cuando fue alcalde de Parla (2000-2008), pero que no ha utilizado para darse a conocer como l¨ªder regional hasta hace unos meses.

Precisamente algunos de sus colaboradores cercanos reconocen que este tiempo enfrentado a lo que piensa la gente de la calle le ha servido para hacer un relato m¨¢s convincente, m¨¢s personalizado y vivido de sus propuestas e incluso para purgar ideas y matizar su mensaje. Un ejemplo: si G¨®mez sorprendi¨® en la primera conferencia pol¨ªtica como secretario general por su defensa de la educaci¨®n concertada o por el modelo de gesti¨®n privada en sanidad, ahora ha virado a posiciones m¨¢s tradicionales de la izquierda como la defensa de lo p¨²blico.

Sin dejar de abogar por la libre elecci¨®n -el discurso del PP-, argumenta que los fondos de la Administraci¨®n deben destinarse a los servicios p¨²blicos, para que ¨¦stos puedan competir en igualdad con los que ofrecen los privados. Una de las razones es que en esos coloquios los asistentes cuentan sus problemas en los centros de salud y en las escuelas p¨²blicas, y le piden que vigile los desmanes de la privatizaci¨®n.

Al mismo tiempo, probablemente movido por las cr¨ªticas, G¨®mez ha evolucionado y mejorado su relaci¨®n con el entorno. Aseguran sus colaboradores que ahora escucha m¨¢s, es m¨¢s abierto y pide m¨¢s papeles a los especialistas de su Ejecutiva o de los cargos pol¨ªticos. En este tiempo ha estudiado, se ha preparado, y eso le ha llevado a madurar un mensaje que ahora s¨ª es suyo y que, al menos en el acto del Palace, le llev¨® a poner en escena un discurso de izquierdas m¨¢s moderno del que acostumbraba la vieja guardia socialista madrile?a.

En su Ejecutiva, muchos le aconsejan que no pierda la ocasi¨®n de volver al candelero. Y esta semana se ha prodigado en las emisoras de radio, adem¨¢s de continuar con sus coloquios. Para insuflar ¨¢nimos en lo interno y no perder el pulso, los socialistas planean una convenci¨®n despu¨¦s de primavera, orientada a vertebrar el programa electoral.

La quiniela consiste ahora en saber si tiene tiempo para remozar su imagen. En teor¨ªa, por ¨®rdenes de Zapatero, no habr¨¢ elecci¨®n de candidatos hasta despu¨¦s del verano, una vez finalizada la presidencia espa?ola de la UE. Entonces, G¨®mez luchar¨¢ contra una no descartable tentaci¨®n de Moncloa y Ferraz de asegurarse la elecci¨®n con un peso pesado del socialismo, pero, sobre todo, luchar¨¢ contra s¨ª mismo.