"Tocar en el Circo del Sol s¨®lo pasa una vez en la vida"
En menos de un a?o, I?aki Di¨¦guez (Ir¨²n, 1973), su mujer y sus dos hijos, de dos y cinco a?os, han vivido en las ciudades canadienses de Montreal, Quebec, Toronto; San Francisco y San Jos¨¦ (California); dentro de un mes viajar¨¢n a Nueva York y, a continuaci¨®n, Boston, Washington...
Di¨¦guez es uno de los cuatro acordeonistas que trabajan para el Circo del Sol. La gran empresa canadiense tiene actualmente 20 espect¨¢culos por todo el mundo, con una plantilla cercana a las 6.000 personas. El acordeonista irun¨¦s forma parte del grupo de m¨²sicos que en cada funci¨®n pone la banda sonora a Ovo, un espect¨¢culo protagonizado por insectos que se estren¨® el pasado mes de abril en Canad¨¢.
"Nos lo hemos tomado como una aventura y as¨ª es como est¨¢ siendo. Para nuestros hijos es genial, aprenden ingl¨¦s muy r¨¢pido y se relacionan con ni?os de nacionalidades diferentes. Aqu¨ª hay mucha comunidad asi¨¢tica, muchos rusos y para ellos es muy enriquecedor. Espero que m¨¢s adelante se acuerden de lo que est¨¢n viviendo", se?ala.
"Cambiamos de ciudad cada dos meses y nos alojan en pisos enormes"
"Aunque parezca que est¨¢ todo medido, en la m¨²sica hay mucha improvisaci¨®n"
La vida que llevan I?aki y su familia no tiene nada que ver con la del circo tradicional. "Las cosas han cambiado bastante. No vivimos en el circo, eso era hace muchos a?os, sino en hoteles o apartamentos enormes. El nivel de vida que proporciona la empresa es bastante alto. Lo bueno es que puedes viajar con tu familia, si no ser¨ªa imposible", explica.
La organizaci¨®n del Circo del Sol lo tiene todo muy planificado para cubrir las necesidades de su plantilla. Junto al escenario instala una carpa gigante de 17.000 metros cuadrados que requiere una semana de montaje y que se asemeja "a una ciudad en peque?o". Hay una escuela reglada por el Gobierno de Quebec para los quince ni?os de la compa?¨ªa, oficinas, una cocina y espacios para entrenar, entre otras cosas.
Cada dos o tres meses, el grupo cambia de ubicaci¨®n y, entre ciudad y ciudad, disfruta de una semana de vacaciones que el acordeonista y su familia aprovechan para visitar lugares. El resto del tiempo, en el Circo del Sol se trabaja duro y s¨®lo se libra un d¨ªa a la semana. "Llegamos a hacer diez show a la semana, dos al d¨ªa de jueves a domingo, ante 2.500 espectadores".
La exigencia de la empresa con los artistas es, adem¨¢s, muy alta. "Las entradas no son baratas y se trata de que todo sea perfecto. Cada show se graba en v¨ªdeo y se corrigen los fallos del d¨ªa anterior. Es otro nivel". Desde el punto de vista profesional, trabajar en el Circo del Sol ha sido un reto para Di¨¦guez porque poner la m¨²sica a los espect¨¢culos en directo requiere grandes dosis de improvisaci¨®n y de concentraci¨®n. Es, seg¨²n sus palabras, "como ponerle m¨²sica a una pel¨ªcula de cine mudo". "Aunque parezca que est¨¢ todo milimetrado, tenemos que improvisar porque puede pasar cualquier cosa, que el trapecista se caiga o que se alargue m¨¢s de lo previsto.. Y la m¨²sica tiene que seguir de una manera l¨®gica. Es lo m¨¢s complicado, que los nueve m¨²sicos vayamos por el mismo sitio", explica I?aki, que adem¨¢s es asistente del director musical del show y lo dirige una vez por semana, por lo que acaba la semana "muerto".
Para entrar en la compa?¨ªa, tuvo que demostrar sus dotes de improvisaci¨®n en una prueba que realiz¨® en Par¨ªs hace ya dos a?os. El departamento de casting del Circo del Sol realiza una selecci¨®n muy minuciosa y, antes de tomar una decisi¨®n, indaga en el entorno profesional de los candidatos. "Son como la CIA, al final saben m¨¢s de ti que t¨² mismo", bromea el m¨²sico.
Y Di¨¦guez les convenci¨®, porque un a?o despu¨¦s del casting, ya estaba en Corea, a 20 grados bajo cero, con el espect¨¢culo Alegr¨ªa. All¨ª tuvo que aprender a maquillarse, lo que menos le gusta de su trabajo. "Al principio tardaba dos horas, pero en este show es m¨¢s f¨¢cil y en medio hora estoy listo", se?ala.
A los tres meses de recorrer Corea con el circo, regres¨® al Pa¨ªs Vasco para encargarse de los arreglos del ¨²ltimo disco de Pantxoa eta Peio -tambi¨¦n ha trabajado con Gontzal Mendibil, Amaia Zubiria, adem¨¢s de publicar cinco discos, el ¨²ltimo de jazz- y, a los tres meses, le propusieron nuevamente participar en el espect¨¢culo en el que ahora act¨²a en California junto a otras 150 personas entre artistas, montadores, t¨¦cnicos...
I?aki es consciente del privilegio que supone trabajar con el Circo del Sol. "Echo en falta los conciertos que daba por ah¨ª, pero esta es una oportunidad que pasa una vez en la vida y hay que aceptarla. Se trata de trabajar en la compa?¨ªa m¨¢s importante del mundo", se?ala. Auqnue esta aventura tiene fecha de caducidad, porque pretende retomar dentro de unos a?os la vida que ha dejado en Ir¨²n.
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