H¨¦roes del siglo XXI
Hace unos d¨ªas, en una calle vac¨ªa, de golpe, un se?or mayor se cay¨® al suelo. Inmediatamente, no s¨¦ de d¨®nde pero aparecieron corriendo cinco personas dispuestas a ayudarle. Una joven insist¨ªa en llamar a una ambulancia, mientras un caballero, a pesar del fr¨ªo, se ofreci¨® a sentarse con ¨¦l en un banco hasta que se encontrara mejor.
Ayer mismo, mientras iba corriendo me llam¨® la atenci¨®n una chica con una tristeza profunda, sentada al borde del pretil frente al mar, y vi c¨®mo una mujer encantadora se le acerc¨® para preguntarle si se encontraba bien. Me enterneci¨® el gesto.
Y lo cuento porque ha sido una semana empachosa de groser¨ªas: el dedo de Aznar o las barbaridades cutres de "los parlamentarios", adem¨¢s de los gestos impresentables de Cobra. Supongo que ser¨¢ porque estamos viviendo una ¨¦poca gris y aburrida, donde la tele para llamar la atenci¨®n y atraer audiencia, monta gallineros humanos a los que se provoca para que haya pelea. Una de las frases que m¨¢s oigo ¨²ltimamente es "c¨¢llate que estoy hablando yo" (en tono iracundo). Lo peor es que este tono se va extendiendo sin darnos cuenta, y es como que se nos ha concedido permiso para hablar as¨ª.
Vamos, que a este paso, hasta nos parecer¨ªa normal ver un reality show con dirigentes de la comunidad europea enfrentados. Imagino a Zapatero, Sarkozy, Merkel y unos cuantos m¨¢s reunidos en alg¨²n palacete de Berlusconi, conviviendo ante cientos de c¨¢maras y discutiendo a voz en grito, mientras se llaman de todo menos "bonito".
Aunque lo incre¨ªble es que Berlusconi, habiendo hecho sus pinitos como "cutre showman", todav¨ªa sigue ah¨ª dirigiendo un pa¨ªs.
Pero todo esto es se?al indiscutible de que estamos en una ¨¦poca de decadencia previa a un cambio radical (o eso espero).
Se ven se?ales de la necesidad de ese cambio en el cine, por ejemplo, que busca personajes ¨¦picos que tratan de salvar la humanidad o luchan contra de la injusticia como Agora o Avatar. Adem¨¢s lejos de la veneraci¨®n de lo cutre, las producciones m¨¢s espectaculares son las ¨²nicas que sobreviven en la cartelera. O en televisi¨®n, las series modestas han sido engullidas por series cinematogr¨¢ficas que cuentan dramas profundos. Vamos que hasta Spielberg y Tom Hanks han realizado una miniserie sobre el drama de la guerra de diez cap¨ªtulos para la tele, que ha costado 133,4 millones de d¨®lares (?uafa!). Y a pesar de no ser tan espectacular, recomiendo ver en Internet, el video sobrecogedor de un joven norteamericano, Mike Prysner, veterano de la guerra, que habla con conocimiento de causa y con la verdad de su experiencia, sobre la injusticia y la estupidez de la guerra. Y a pesar de que la inmensa mayor¨ªa de la gente est¨¢ dispuesta a ayudar al que se cae, o a atender al que no se encuentra bien, "otros" siguen empe?ados en acostumbrarnos a la pelea por que s¨ª, al enfrentamiento cutre, y tratan de convencernos de la necesidad de las guerras, grandes y peque?as.
Ojala pronto aparezca el h¨¦roe o la hero¨ªna del siglo XXI, capaz de luchar contra las brutalidades, pero que no sea "s¨®lo en cines".
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