La matanza de gamos en Riofr¨ªo debiera haber sido evitada
Los animales que all¨ª hac¨ªan peligrar el equilibrio ecol¨®gico habr¨ªan contribuido, sin embargo, a crearlo en otras zonas del pa¨ªs. La raz¨®n de ello parece ser la falta de coordinaci¨®n en las instituciones existentes para la protecci¨®n de la naturaleza que hace posible la realizaci¨®n de hechos como ¨¦ste, carentes de sentido y planificaci¨®n. Alfonso Garc¨ªa P¨¦rez hizo una informaci¨®n sobre este problema.La alarma fue dada por un diario castellano. Dos periodistas tuvieron ocasi¨®n de comprobar, durante el martes y el mi¨¦rcoles de la semana pasada, c¨®mo cientos de gamos eran muertos a palos. El espect¨¢culo no fue nada grato: los gamos, obligados a meterse en un recinto vallado previamente, eran golpeados hasta su muerte.
?Por qu¨¦ esta matanza? El gerente del Patrimonio Nacional, se?or Fuertes de Villavicencio, en una nota hecha p¨²blica, explicaba las razones de este sacrificio. El bosque tiene 623 hect¨¢reas; viven en ¨¦l 2.100 gamos y cien ciervos, lo que supone una densidad de 3,53 cabezas por hect¨¢rea. Ante esta densidad excesiva, los animales no encuentran posibilidades para su desarrollo vital, d¨¢ndose ejemplares de gran pobreza biol¨®gica. El eliminar varios cientos de ejemplares depauperados, unido a la introducci¨®n de un n¨²mero de reproductores de alta calidad, permitir¨¢ un mejor desarrollo de las piezas existentes.
Los animales sacrificados -dice la nota oficial-, se eligieron entre quinientos capturados inicialmente. Seg¨²n esa comunicaci¨®n, 168 hembras y tres machos, elegidos entre los m¨¢s depauperados y los peores fenotipos, fueron los sacrificados en la matanza. Dos ejemplares escaparon, seg¨²n estas mismas fuentes, y uno se golpe¨® violentamente contra la empalizada por lo que hubo que sacrificarle.
Animales depauperados
? Realmente hab¨ªa gamos que sobraban. Creo que ha habido algo de algarada informativa en este asunto. Eran demasiados ejemplares para la extensi¨®n disponible.? Qui¨¦n as¨ª se expresa es Carlos Carrasco, secretario general de la Asociaci¨®n Espa?ola para la Ordenaci¨®n del Medio Ambiente (AEORMA). El se?or Carrasco contin¨²a: ?Lo sorprendente es que el Patrimonio Nacional haya permitido llegar a una situaci¨®n como la protagonizada por los gamos de Riofr¨ªo. Debieran haberse aplicado mecanismos correctores cada a?o. Ha habido desidia en este asunto. Los animales est¨¢n poco atendidos. Les vigilan personas sin suficientes conocimientos ecol¨®gicos.?El gamo es un mam¨ªfero rumiante que se caracteriza por su cornamenta, con ramificaciones terminales, y por un pelaje manchado en su juventud, as¨ª como por la poca longitud de su cola. Se conoce una especie europea y otra asi¨¢tica. Este animal, que ya exist¨ªa en la era cuaternaria, est¨¢ en la actualidad acantonado en el sur de Europa: en las monta?as de Marruecos, Argelia, Asia Menor, Espa?a y Grecia. En Europa central, s¨®lo quedan gamos casi dom¨¦sticos en los parques.
La carne de gamo es un manjar bastante apreciado. Precisamente los ejemplares del Patrimonio Nacional, generalmente, van a parar a los restaurantes de la zona de El Pardo, donde los madrile?os acuden los fines de semana. En la actualidad, el precio de la raci¨®n de gamo oscila en tomo a las doscientas pesetas.
Venta de carne
La carne de los gamos sacrificados ha sido vendida por el Patrimonio. Nacional. Seg¨²n la nota oficial, una serie de ejemplares fue vendida en vivo a industrias de productos c¨¢rnicos. El se?or Carrasco lamenta esta decisi¨®n, ya que los animales podr¨ªan haber te nido otro fin: ?Aunque hubiese animales de sobra, no hab¨ªa por qu¨¦ haberlos sacrificado. La m¨ªsera suma que sin duda habr¨¢ obtenido el Patrimonio con la venta de estos gamos no compensa el sacrificio de unos animales aprovechables. Se podr¨ªan haber trasladado a otras zonas del pa¨ªs para contribuir a la repoblaci¨®n. Los argumentos que se esgrimen en el sentido de afirmar que estos animales, por su mansedumbre y adaptaci¨®n al hombre, no sobrevivir¨ªan a los depredadores, no son argumentos v¨¢lidos. Si bien es cierto que perdieron su timidez y est¨¢n expuestos a ese peligro, al menos servir¨ªan al fortalecimiento de los depredadores. Adem¨¢s, bastantes de ellos se adaptar¨ªan a la nueva sit¨²aci¨®n.?
Falta de coordinaci¨®n
La raz¨®n de todo ello es para ¨¦l secretario general de AEORMA la falta de coordinaci¨®n existente en la defensa de la naturaleza. ?Si hubiera una administraci¨®n realista de la naturaleza no suceder¨ªan estas cosas. Pero cada organismo va por su lado. Este tipo de cosas sucede constantemente. En el coto de Do?ana o en la sierra de Cazorla se sacrifican animales que se necesitan en otros sitios del pa¨ªs. Esto es lo que ha pasado en Riofr¨ªo. Se matan los gamos para venderlos cuando en otros sitios, como Galicia o la cornisa cant¨¢brica, en los prader¨ªos de media monta?a, podr¨ªan vivir perfectamente. ?Para el se?or Carrasco, una coordinaci¨®n en la protecci¨®n de la naturaleza impedir¨ªa hechos como ¨¦ste, y permitir¨ªa superar el falso conservadurismo de la naturaleza que, seg¨²n ¨¦l, existe en estos momentos en nuestro pa¨ªs. ?Se confunde la protecci¨®n de la naturaleza con la histeria. M¨¢s que de planificaci¨®n seria se da la imagen de aquellas se?oras antiguas protectoras de animales. La protecci¨®n de la naturaleza debe ser algo realista. El conservador real de la naturaleza es un ser consciente de lo que, est¨¢ manejando.?
El falso conservadurismo de la naturaleza es el que llev¨® a comportamientos contradictorios ante especies animales o situaciones ambientales. ?Ten¨ªan mucho sentido -contin¨²a el se?or Carrasco- aquellas costumbres de llevar sardinas a los gatos o proteger ciertos animalitos sin saber para qu¨¦? Todo aquello resultaba un poco hist¨¦rico. Pues ahora est¨¢ sucediendo lo mismo. Aqu¨ª se sacrifican animales, all¨ª se trasladan otros. ?Para qu¨¦??
?Existe multitud de organismos protectores: Icona, Patrimonio Nacional, Ministerio de la Vivienda. Los litorales son protegidos por el Ministerio de Comercio y las costas por el de Marina -prosigue el se?or Carrasco-. Parece ser muy dif¨ªcil llevar una pol¨ªtica coherente de protecci¨®n a la naturaleza.? El sacrificio de los animales de Riofr¨ªo plantea otra serie de interrogantes, acompa?ados a la repulsa ante el m¨¦todo empleado en su sacrificio. ?Por qu¨¦ se emplearon palos en la matanza? No deja de sorprender un tipo de muerte tan b¨¢rbara, cuando existe en la actualidad multitud de procedimientos para suprimir la vida a un animal, con el menor sufrimiento.
Se ha comenzado a especular con la posibilidad de que ese tipo de muerte fuese escogido para el aprovechamiento y posterior venta de las pieles de los animales.
?Cu¨¢l es el sentido de ese procedimiento de muerte? La actitud general del hombre ante los animales y el medio tendr¨ªa mucho que ver con todo ello. Acabar de esa forma con unos animales supone un comportamiento que -no es mojigater¨ªa decirlo- supone un desprecio hacia la vida que estar¨ªa en relaci¨®n con la falta de cuidado del hombre hacia su propio ambiente vital. Dejar abandonados unos animales, a?o tras a?o, sin preocuparse por las condiciones de su desarrollo, por sus necesidades de espacio y ambiente, para acabar mat¨¢ndolos a palos, cuando se considera que la situaci¨®n creada es perjudicial, se convierte entonces en un signo evidente de despreocupaci¨®n por la vida.
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