No se aplica la legislaci¨®n espa?ola contra la contaminaci¨®n

Tras plantear diversos aspectos sobre el futuro industrial espa?ol, se abord¨® el tema de la contaminaci¨®n. La legislaci¨®n espa?ola en materia de lucha contra la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica, expuso Alfonso Ensenat, subdirector general del Medio Ambiente Industrial, nacida del di¨¢logo entre los ministerios de Industria y de la Gobernaci¨®n, se puede considerar como una de las m¨¢s completas del mundo. Sin embargo, adolece de errores diversos. Se ha olvidado el papel importante del Servicio Meteorol¨®gico Nacional en su labor predictiva; el Ministerio de Hacienda, seg¨²n el, texto legislativo, no se compromete a dotar a los ministerios competentes de los medios econ¨®micos y humanos necesarios y, sin embargo, este Ministerio asume la facultad de proponer al Gobierno la concesi¨®n de beneficios econ¨®micos y fiscales, cuando realmente la responsabilidad de la pol¨ªtica ambiental descansa en Industria, Agricultura y Obras P¨²blicas. Conviene recordar que Hacienda no intervino en las deliberaciones sobre la ley, ?ausencia ilustrativa, seg¨²n el se?or Ensenat, de las escasas posibilidades que tiene de prosperar una pol¨ªtica ambiental en Espa?a ?.Con todo, el obst¨¢culo principal reside en el inmovilismo legislativo. Mientras la ?Clean Air Act?, de Estados Unidos, dictada en 1963, ha sido enmendada en cinco ocasiones, y la ?Air Pollution Control Law?, del Jap¨®n, aprobada en 1968, cuenta con cuatro enmiendas, la ley espa?ola de protecci¨®n del ambiente atmosf¨¦rico, de 1972, sigue inmutable, ?pese a los numerosos obst¨¢culos que encuentra su aplicaci¨®n?. A este respecto, Alfonso Ensenat a?ade: ?Tal vez no haya sido necesario siquiera perfeccionarla, dado el escaso uso que de ella se ha hecho, debido a que el legislador no atribuy¨® los medios necesarios para su mejor aplicaci¨®n.?

La generaci¨®n actual no s¨®lo ha conocido la mayor revoluci¨®n tecnol¨®gica, sino tambi¨¦n la m¨¢s gigantesca producci¨®n de desechos en toda la historia de la humanidad, raz¨®n por la que se plantea la necesidad de encontrar un nuevo modelo de crecimiento, basado en t¨¦cnicas de producci¨®n sin desechos.

El aumento de la preocupaci¨®n ambiental ha hecho necesario incorporar en el proceso planificador estudios relativos a los problemas ecol¨®gicos. Uno de los ternas m¨¢s actuales es la larga y violenta pol¨¦mica sobre la construcci¨®n de centrales nucleares. En Estados Unidos y Jap¨®n existen antecedentes de canalizaci¨®n de la opini¨®n p¨²blica, referente a los proyectos industriales. La compa?¨ªa Nothern States Power, de Minnesota, encomend¨® a un comit¨¦, formado por los representantes de los intereses p¨²blicos, la localizaci¨®n m¨¢s adecuada para su central nuclear. La compa?¨ªa present¨® cuatro posibles localizaciones, y la comisi¨®n evalu¨® los emplazamientos e hizo recomendaciones. Por otra parte, en Jap¨®n existen los comit¨¦s de opini¨®n p¨²blica, con representantes de la comunidad, administraciones central y local, y de la industria, as¨ª como expertos invitados.

Aplicar una pol¨ªtica ambiental a la situaci¨®n espa?ola requiere la formaci¨®n de un staff eficientes medios adecuados a los objetivos, coordinaci¨®n de los organismos implicados y toma de conciencia individual y colectiva sobre la contaminaci¨®n. ?En un momento de sensibilizaci¨®n de la opini¨®n p¨²blica, frente al problema de la contaminaci¨®n -dijo el se?or Ensenat-, es preciso prestigiar al m¨¢ximo la Administraci¨®n, frente a dicha opini¨®n p¨²blica, tratando que la Administraci¨®n sea neutral y objetiva y disponga de la informacion y medios humanos necesarios para la comprensi¨®n del contexto medioambiental y toma de decisiones.?

Muchas de las f¨¢bricas que han nacido durante el milagro espa?ol han sido construidas con tecno log¨ªas incompletas. Puede decirse que se ha venido practicando el nudismo industrial en lo que podr¨ªamos llamar la edad de piedra de la era de la industrializaci¨®n espa?ola. Mientras los pa¨ªses in dustrializados invierten en la lucha contra la contaminaci¨®n entre el 0,5 yel 2% del producto nacional bruto, en Espa?a no pasamos del 0,05%.