Algo m¨¢s que una escuela
Los centros para adultos ofrecen un espacio de convivencia a los inmigrantes pero cada vez faltan m¨¢s plazas y hay m¨¢s listas de espera para entrar
F¨¢tima, Mansa, Mohamed, Ravinder, Ibtissam, Sadio, Iftikhar... son algunos de los alumnos que cada mediod¨ªa comparten la luminosa aula de acogida ling¨¹¨ªstica de la escuela de adultos de Salt (Giron¨¨s). Originarios de Gambia, Marruecos, Senegal y Pakist¨¢n, entre un amplio abanico de pa¨ªses extracomunitarios, estos inmigrantes representan el nuevo rostro multi¨¦tnico que ha adquirido en los ¨²ltimos a?os el alumnado de las escuelas de adultos, especialmente en las poblaciones con altas tasas de inmigraci¨®n, como Salt, con el 43% de extranjeros.
Los profesionales de estos centros no se limitan a ense?ar catal¨¢n o castellano a los inmigrantes -herramienta indispensable para ir a llamar a la puerta del mercado laboral-, o a formarles en unos estudios que ampliar¨¢n sus posibilidades de encontrar empleo, como la inform¨¢tica. Las escuelas de adultos ofrecen m¨¢s que esto: all¨ª los inmigrantes reci¨¦n llegados hallan un espacio de convivencia con ciudadanos aut¨®ctonos que "con una sonrisa en los labios y mucha paciencia" escuchan sus inquietudes y les explican sus deberes como nuevos ciudadanos catalanes, explica Montse Garcia Piti, jefa de estudios de la escuela Les Bernardes de Salt.
Hoy m¨¢s que nunca se hallan al l¨ªmite de sus capacidades
Ayuntamientos y sindicatos, y la propia Generalitat, de la que dependen las 120 escuelas de adultos que hay en Catalu?a, no dudan en reconocer que en los ¨²ltimos a?os estos centros, pese a su end¨¦mica carencia de recursos, han desempe?ado con ¨¦xito esta tarea integradora de la creciente inmigraci¨®n, pero hoy esta labor pende de un hilo porque est¨¢n literalmente desbordadas, con largas listas de espera que crecen sin cesar. "Durante estos a?os est¨¢bamos llevando bastante bien la integraci¨®n de los inmigrantes y la escuela de adultos ha sido una buena herramienta que nos ha ayudado mucho", explica el alcalde de Figueres (Alt Empord¨¤), Santi Vila (CiU), "pero este curso m¨¢s de 200 personas se han quedado sin plaza, la mayor¨ªa inmigrantes sin apenas estudios y en situaci¨®n de desempleo".
En Figueres, 4.200 ciudadanos est¨¢n inscritos en las listas del paro, de los que 1.784 son inmigrantes. Los que este curso han podido entrar en la escuela de adultos Maria Verdaguer de la ciudad, tienen, en su mayor¨ªa, un "conocimiento m¨ªnimo o nulo del catal¨¢n" y su sue?o es que su paso por este centro les ayude "a integrarse mejor y a encontrar trabajo", explica Montse Bassa, directora del centro.
Algunos ya hab¨ªan tenido su empleo. Era en los a?os de euforia en la construcci¨®n, pero la explosi¨®n de la burbuja inmobiliaria les alcanz¨® de lleno. "En la obra nadie les hab¨ªa exigido el catal¨¢n y, a menudo, ni siquiera ning¨²n tipo de formaci¨®n profesional. Ahora, en el paro y con escasas expectativas de hallar de nuevo trabajo en un mercado laboral en horas bajas, estos inmigrantes depositan todas sus esperanzas en la formaci¨®n", indica la coordinadora de estudios de la escuela de adultos de Salt.
En Mollerussa (Pla d'Urgell), el boom inmobiliario ejerci¨® desde el a?o 2000 un efecto llamada para la inmigraci¨®n, que en tan s¨®lo cinco a?os pas¨® del 2,5% de la poblaci¨®n al 33%, de manera que la ciudad se ha encontrado "de golpe, con los servicios saturados". "Muchos inmigrantes est¨¢n hoy en el paro y con pocas posibilidades de hallar empleo", explica la alcaldesa, Teresa Ginest¨¤ (CiU). V¨ªctimas de abusos de alquiler, residiendo en infraviviendas que no pueden rehabilitar, asfixiados por cr¨¦ditos, con problemas de convivencia en las comunidades de vecinos... Las necesidades que surgen son muchas y, seg¨²n Ginest¨¤, "el Ayuntamiento est¨¢ al frente para solucionarlas, para evitar una fractura social". "Pero necesitamos el apoyo del Gobierno porque estamos desbordados", alerta.
Como el de Mollerussa, los municipios intentan llegar adonde no alcanzan las escuelas de adultos organizando programas de alfabetizaci¨®n municipales o cursos de formaci¨®n y planes de inserci¨®n laboral. "Estamos haciendo gran cantidad de cosas, aunque muchas de ellas no nos tocar¨ªa a nosotros", sentencia la alcaldesa de L'Hospitalet de Llobregat, N¨²ria Mar¨ªn (PSC). Con el 25% de inmigraci¨®n, la ciudad cuenta con ocho escuelas de adultos, que Mar¨ªn califica como un "referente de integraci¨®n", aunque sin dejar de destacar la activa labor que en este sentido se est¨¢ realizando desde el tejido asociativo y desde el propio Ayuntamiento.
En Barcelona tambi¨¦n se han anunciado proyectos de ampliaci¨®n de las plazas de formaci¨®n de adultos, que actualmente superan las 10.500. Pero los planes del Consorcio de Educaci¨®n de Barcelona no satisfacen a los sindicatos. Representantes de CC OO, UGT y USTEC denunciaban el pasado viernes que las 11.200 plazas que el consorcio ofrecer¨¢ para el pr¨®ximo curso quedan muy lejos de las 42.000 que deber¨ªan existir "si la Generalitat cumpliera su compromiso de crear plazas para el 3% de la poblaci¨®n adulta de la ciudad". De las 14 "aulas" de formaci¨®n de adultos 10 se transformar¨¢n en "centros" de adultos, lo que les dotar¨¢ de oficialidad y de mayor calidad, algo que satisface a los sindicatos, pero los profesores aseguran que no se ataja el problema de las listas de espera, m¨¢s abultadas en los barrios m¨¢s afectados por la inmigraci¨®n.
MOHAMED ETTMALAH: "Busco lo que sea, s¨®lo quiero trabajar"
"No hay trabajo ahora". La respuesta se repite cada vez que el marroqu¨ª Mohamed Ettmalah, de 37 a?os, entra a pedir empleo. En Asilah, una poblaci¨®n cercana a T¨¢nger, ejerc¨ªa de camarero, aunque es licenciado en Letras. So?¨® que en Espa?a encontrar¨ªa un empleo acorde con su titulaci¨®n, pero su sue?o se ha desvanecido. "Busco lo que sea, s¨®lo quiero trabajar", dice. En la escuela de adultos de Salt recibe clases de catal¨¢n y su profesora le alienta a convertirse en profesor o traductor.
KUMBA KANTEH: "Me gustar¨ªa trabajar de administrativa"
Tiene 19 a?os y naci¨® en Banyoles, donde sus padres, cameruneses, llevan viviendo m¨¢s de 20 a?os. Cuando ten¨ªa 15 tuvo que abandonar sus estudios y no pudo acabar la ESO porque march¨® con sus hermanos a Senegal y no regres¨® hasta los 18. Su padre, mediador cultural, est¨¢ en el paro, como su madre. Kumba ha retomado sus estudios en la escuela de adultos de Salt para acabar la ESO. "Despu¨¦s, ya veremos si seguir¨¦ estudiando. Me gustar¨ªa trabajar de administrativa", afirma.
IBTISSAM SALMI: "Cuando empiece a hablar mejor ir¨¦ a buscar trabajo"
Quiere ser enfermera. Ibtissam, de 17 a?os, lleg¨® hace cinco meses a Salt procedente de Tetu¨¢n y se halla en una incipiente fase de aprendizaje del catal¨¢n. "Cuando empiece a hablarlo mejor, saldr¨¦ a buscar trabajo y, si puedo, seguir¨¦ estudiando", dice. Su padre lleva ya una d¨¦cada en Salt y, como tantos de sus compatriotas, ha perdido su trabajo en la construcci¨®n. En una ciudad que a¨²n se le hace extra?a, donde no conoce a nadie, Ibtissam se siente acogida en la escuela de adultos.
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