"Prefiero morir a pedir perd¨®n a un malvado"
"No lo parezco, pero soy muy complicado. Estoy bien y de repente cambio del todo"

Zidane ha empezado a distanciarse de la batalla. Sus haza?as, su Liga, sus scudetti, la Copa del Mundo de 1998 y la Copa de Europa de 2002 van instal¨¢ndose en un pasado cada vez m¨¢s lejano. Sus h¨¦roes, sus adversarios, los gigantes de su generaci¨®n, Ronaldo, Figo y ¨¦l mismo, dejan paso a otros. Tal vez por eso observa a los j¨®venes como Cristiano Ronaldo con asombro creciente. Cristiano dice que sue?a con retirarse y dejar monumentos en su honor. Una obra que alimente recuerdos inmarcesibles en la hinchada. Zidane nunca se atrevi¨® a decir semejante cosa en voz alta. Cuando le preguntan qu¨¦ quiso ser como futbolista, responde con voz suave y firme: "Lo que fui. Ni m¨¢s ni menos. A lo mejor fui demasiado. Cuando era joven, nunca pens¨¦ en llegar a este nivel. En mi barrio hab¨ªa muchos jugadores buenos. Mis amigos eran muy buenos. Tanto como yo o mejores. Pero ser los mejores del mundo les daba igual".
Al repasar sus anhelos, sus ambiciones, va intern¨¢ndose en intimidades de las que, normalmente, prefiere no hablar. Al hablar, ofrece pistas sobre la decisi¨®n que le llev¨® a retirarse en el verano de 2006 despu¨¦s del Mundial de Alemania. "A m¨ª me gustaba ayudar al equipo a jugar bien", recuerda; "y cuando no pod¨ªa me sent¨ªa fatal. Muy mal. Mi problema es que no pensaba m¨¢s all¨¢ del pr¨®ximo partido. Esto era lo malo. Y cada partido era un problema porque, si jug¨¢bamos mal, despu¨¦s entraba a casa y estaba mal. Lo pasaba mal¨ªsimo. Jugando cada tres d¨ªas, si las cosas iban mal, estaba mal en mi casa toda la semana. Hay gente que despu¨¦s de una hora ya lo asimila. Yo lo absorbo todo... Soy distinto. ?Qu¨¦ s¨¦ yo...! Cuando estoy tocado, me cuesta superarlo mucho tiempo. Es as¨ª. Y no quiero cambiar porque es as¨ª. No lo parezco, pero soy una persona muy complicada. Estoy bien y, de repente, puedo cambiar del todo. Pero pasa. Pasa poco. De vez en cuando. Pero es muy fuerte. Y es un ratito. Y luego... Sin ese car¨¢cter, no habr¨ªa podido competir como lo hice. No creo".
Cada genio opera en un espacio irracional, inexplicable, y Zidane lo manifest¨® hasta el ¨²ltimo gesto de su carrera. Sucedi¨® cuando estaba a punto de conducir a Francia a la conquista de la segunda Copa del Mundo. En lo m¨¢s ¨¢spero de la disputa de la final contra Italia, en un c¨®rner en el minuto 110, propin¨® un magn¨ªfico cabezazo al defensa italiano Materazzi.
Zidane fue expulsado. Francia perdi¨® la Copa y Zidane nunca m¨¢s volvi¨® a ponerse unas botas. "S¨ª, claro que me lo reprocho a m¨ª mismo", dice Zidane sin siquiera mencionar a su adversario; "pero, si yo digo 'perd¨®n', tambi¨¦n estar¨ªa admitiendo que lo que hizo ¨¦l fue normal. Y para m¨ª no fue normal. En el campo pasan cosas. Me ha pasado muchas veces. Pero ah¨ª no pude aguantar. Porque adem¨¢s... No es una excusa. Pero mi madre estaba enferma. Estaba en el hospital. Esto la gente no lo sab¨ªa. Pero era un mal momento. M¨¢s de una vez insultaron a mi madre y nunca contest¨¦. Pero ah¨ª... Y pas¨®. Y pedirle perd¨®n a ¨¦ste... Si hubiese sido Kak¨¢, un t¨ªo normal, un t¨ªo bueno, claro que le habr¨ªa pedido perd¨®n. ?Pero a ¨¦ste! Si le pido perd¨®n, me falto el respeto a m¨ª mismo y a todos los que quiero con toda el alma. Pido perd¨®n al f¨²tbol, a la afici¨®n, al equipo... Despu¨¦s del partido, entr¨¦ al vestuario y les dije: 'Perdonadme. Esto no cambia nada. Pero perd¨®n a todos'. Pero a ¨¦l no puedo. Nunca, nunca... Ser¨ªa deshonrarme... Prefiero morir".
Zidane procura extraer una lecci¨®n edificante de un episodio que le desagrada recordar. "A los j¨®venes hay que decirles que se puede jugar de manera m¨¢s noble", advierte; "que en el campo siempre pueden pasar cosas desagradables. Pero que el f¨²tbol es un deporte y no tienen por qu¨¦ haber humillaciones. Yo hablaba poco, pero a los rivales tambi¨¦n les dec¨ªa cosas. Todo depende de las personas. Hay rivales muy graciosos, que te dicen cosas y te hacen re¨ªr. Pero hay gente malvada. Y a esos t¨ªos no los quieres ni o¨ªr hablar. '?Qu¨¦ me vas a contar t¨²?'. Tambi¨¦n me encontr¨¦ rivales que me hicieron re¨ªr. Y ¨¢rbitros muy graciosos. Y compa?eros que me hac¨ªan re¨ªr todos los d¨ªas, como Ronaldo, un crack en todos los sentidos".

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