?Fueron ellas?
En cierta ocasi¨®n, Samuel Butler propuso ir¨®nicamente la hip¨®tesis de que la Odisea fue escrita por una mujer y que su verdadera protagonista es Pen¨¦lope: Robert Graves sustantiv¨® esta conjetura en su divertida novela La hija de Homero. Aunque la muy le¨ªda trilog¨ªa de Millenium no sea precisamente comparable a la Odisea, tambi¨¦n hay quien la supone escrita por mano femenina. Anders Hellberg, el jefe de Stieg Larsson en su agencia de noticias, tiene serias dudas sobre la capacidad de ¨¦ste para escribir los sucesivos mamotretos: "El lenguaje que utilizaba era pobre, el orden de las palabras incorrecto, la construcci¨®n de las frases era simple y la sintaxis completamente enloquecida". A m¨ª todo ello me parece prueba irrefutable de que Larsson y s¨®lo ¨¦l escribi¨® Millenium, pero Hellberg cree en cambio que esas caracter¨ªsticas de estilo le descartan: a su juicio, la autora del triple best seller es Eva Gabrielsson, la pareja del escritor a la que azares de la vida dejaron compuesta y sin las regal¨ªas millonarias.
No ser¨ªa la primera vez que ocurre algo parecido. En Espa?a el caso m¨¢s c¨¦lebre es el de Mar¨ªa de la O Lej¨¢rraga, esposa del dramaturgo Gregorio Mart¨ªnez Sierra y seg¨²n toda verosimilitud verdadera autora de Canci¨®n de cuna y el resto de las piezas a ¨¦l atribuidas. Lej¨¢rraga (que para mayor guasa naci¨® el d¨ªa de los Santos Inocentes de 1874) reivindic¨® su autor¨ªa -ya sospechada por los cr¨ªticos y parcialmente reconocida por su mismo marido ante notario- en su autobiograf¨ªa, a fin de aliviar su situaci¨®n econ¨®mica frente a la segunda mujer de don Gregorio y su hija: "Ahora, anciana y viuda, v¨¦ome obligada a proclamar mi maternidad para poder cobrar mis derechos de autora". Maternidad de criaturas ficticias, no de hijos de carne y hueso. Mar¨ªa fue diputada a Cortes por Granada y secund¨® a Clara Campoamor en la reivindicaci¨®n del voto femenino contra los recelos de Victoria Kent y Margarita Nelken. Exilada en EE UU, escribi¨® una comedia para ni?os -Merl¨ªn y Viviana o la gata ego¨ªsta y el perro atontado- que envi¨® a Walt Disney. Se la devolvieron sin mostrar inter¨¦s pero poco despu¨¦s se estren¨® La dama y el vagabundo con el mismo argumento. Otra inocentada... (m¨¢s detalles en La conspiraci¨®n de las lectoras, de J. A. Marina y M. T. Rodr¨ªguez de Castro, ed. Anagrama).
Como lector, el caso que m¨¢s me interesa es el de Dick Francis, el antiguo jinete metido a novelista polic¨ªaco de ambientes h¨ªpicos, a quien debo tantas vigilias jubilosas. Mi Hermandad de la Buena Suerte quiso ser un modesto homenaje a sus relatos, lo que me vali¨® regocijantes amonestaciones de alg¨²n reputado ceporro de nuestra cr¨ªtica. Francis escribi¨® una novela por a?o desde mediados los sesenta del siglo pasado: todas entretenidas, una docena buenas y seis o siete magistrales. En su biograf¨ªa no autorizada, Graham Lord puso en duda que el no muy instruido ex y¨®quey tuviese tama?o talento narrativo: la verdadera autora ser¨ªa Mary, su esposa durante m¨¢s de medio siglo, con buena preparaci¨®n en letras. En el 2000 falleci¨® la fiel Mary y Francis guard¨® silencio seis a?os: despu¨¦s volvi¨® a publicar otras tres novelas, pero auxiliado por su hijo Felix. Ahora acaba de morir, a punto de cumplir los 90 a?os, y no s¨¦ a quien agradecer la felicidad recibida, si a Dick, a Mary, a Felix o a los tres. Quiz¨¢ el destinatario de mi gratitud deba ser Devon Loch, el caballo de la Reina Madre que le derrib¨® inexplicablemente a pocos metros de ganar el Grand National y desencaden¨® la vocaci¨®n literaria de... de quien sea.
Babelia
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