M¨²sica impura tras la batalla
Ni el propio Paddy Moloney (Donnycarney, 1938) conoc¨ªa la existencia del Batall¨®n de San Patricio. En origen, la idea del l¨ªder de The Chieftains, la banda de m¨²sica tradicional irlandesa m¨¢s popular de la isla, era montar un disco en torno a la guerra civil estadounidense, un proyecto al que llevaba dando vueltas casi veinte a?os, pero en el camino se le cruz¨® otra batalla. Un buen d¨ªa descubri¨® que un grupo de soldados de origen irland¨¦s -cabezas de patatas los llamaban- desert¨® del Ej¨¦rcito de Estados Unidos para unirse al de M¨¦xico en la guerra por la independencia de Tejas que sostuvieron ambos pa¨ªses entre 1846 y 1848. Los historiadores nunca le dieron demasiada importancia a este suceso puesto que el conflicto, que no fue excesivamente popular, qued¨® oscurecido tras la Guerra de Secesi¨®n. S¨®lo en M¨¦xico recordaban como "h¨¦roes" a los soldados que lucharon de su parte en aquella contienda. Con esa informaci¨®n en la mano, Moloney aparc¨® la guerra civil y se centr¨® en este suceso. Ayudado por su amigo el guitarrista Ry Cooder (Los ?ngeles, 1947), un experto en la m¨²sica de frontera, reuni¨® a artistas de ambos pa¨ªses para poner en pie una leyenda olvidada. Linda Ronstadt, el actor Liam Neeson, Los Tigres del Norte, Chavela Vargas, Carlos N¨²?ez y Lila Downs, entre otros, participan en
"Lo genial de un disco como ¨¦ste es que une a la gente, acabas haciendo amigos", asegura Moloney
San Patricio, en el que se funden estilos e instrumentos de las m¨²sicas de ambos pa¨ªses.
Ry Cooder, con sus sempiternas gafas oscuras y un sombrero de cuero, parece de buen humor. Entre el escaso p¨²blico, invitado esta tarde en Dubl¨ªn al estudio de la televisi¨®n irlandesa para la presentaci¨®n del nuevo disco de The Chieftains, se sienta su amigo el m¨²sico brit¨¢nico Nick Lowe. Ambos artistas intercambian impresiones, con una cerveza en la mano, antes del concierto. Cooder acaba de llegar de Glasgow junto con The Chieftains, donde hace unos d¨ªas se present¨® con ¨¦xito el disco en el curso de un festival de m¨²sica folk.
Sobre el escenario se junta cerca de una veintena de m¨²sicos. La fusi¨®n de dos maneras de concebir la m¨²sica popular sorprende por su capacidad de adaptaci¨®n. Canciones irlandesas, baladas llenas de sentimiento se mezclan con sones -"Rel¨¢mpago en el viento / trae mucha electricidad; ac¨¢bame de querer / si me tienes voluntad"- y boleros llenos de nostalgia -"quisiera llorar, quisiera morir, de sentimiento"-.
A la formaci¨®n habitual del grupo irland¨¦s -flautas, gaitas, guitarras, silbato, viol¨ªn, arpa, bajo, bater¨ªa y panderos- se ha unido una banda mexicana -guitarra, acorde¨®n, trompetas, tromb¨®n- con toda su parafernalia est¨¦tica. En el grupo irland¨¦s hay bailarines tan buenos como los de cualquier cuadro flamenco. Sus tradicionales zapateados se combinan con los de las bailarinas mexicanas. Ahora todos conocen la historia de los sampatricio. Entre canci¨®n y canci¨®n desgranan datos que ayudan a entender lo sucedido. Hablan con naturalidad de la batalla de Buena Vista y Churubusco y manejan los datos sobre el suceso con fluidez. El batall¨®n lo integraban 175 emigrantes (40 eran de Irlanda) reci¨¦n llegados a las costas americanas huyendo de la hambruna de 1845. Tres meses de paga anticipada y unos acres de tierra figuraban como reclamo para alistarse al Ej¨¦rcito americano. Los historiadores de ambos lados de la frontera parecen ponerse de acuerdo en que los norteamericanos estaban dispuestos a todo para quedarse con Tejas, el territorio en disputa. El l¨ªder de The Chieftains no ignora que el arraigado catolicismo irland¨¦s y los malos tratos a los que se les somet¨ªa a sus compatriotas tuvieron mucho que ver en la decisi¨®n de los soldados irlandeses de pasarse al otro bando. "Los irlandeses odiaban disparar a los cat¨®licos, era como dispararse a s¨ª mismos", relata Moloney. "Tal y como la historia ha sido contada, no ganaron, pero pelearon hasta el final, lo que provoc¨® una horrorosa matanza". Tras derrotas devastadoras, los desertores fueron juzgados y muchos de ellos ahorcados. John Ryley, que cruz¨® el r¨ªo Bravo con un pase para asistir a misa y abandon¨® el Ej¨¦rcito d¨ªas antes de la declaraci¨®n de guerra, fue perdonado junto con otros soldados. A todos se les marc¨® la D de desertores en el rostro. Ryley falleci¨® en 1850 y fue enterrado en Veracruz con el nombre de Juan Reley, el que constaba en su inscripci¨®n en el Ej¨¦rcito mexicano.
Moloney se muestra emocionado con el resultado final. Un siglo largo despu¨¦s de aquella epopeya los artistas mexicanos les abrieron sus brazos y para celebrarlo corrieron r¨ªos de tequila. "Lo genial de un disco como ¨¦ste es que une a la gente, acabas haciendo amigos", recuerda Moloney nada m¨¢s concluir el
showcase. "Personalmente, me sorprendi¨® la cantidad de similitudes que hab¨ªa entre ambas m¨²sicas. El viol¨ªn y el arpa que se escuchan a lo largo de todo el ¨¢lbum son instrumentos comunes en las dos culturas. Del material grabado en el estudio llegamos a juntar hasta cuatro horas de grabaciones". De los 19 cortes de San Patricio mandan los temas seleccionados de la m¨²sica tradicional latinoamericana, algunos protagonizados por animales como la iguana, el chivo, el caballo o la golondrina, que se llevan interpretando desde el siglo XVIII. "Empezamos el proyecto con Lila Downs, una fant¨¢stica cantante que adem¨¢s nos demostr¨® que tambi¨¦n se trata de una persona magn¨ªfica para comunicar las canciones. Recuerdo que durante los ensayos ten¨ªamos a varios bailarines irlandeses y Lila se puso con ellos a zapatear porque se trataba de un baile tradicional complicado. Fue genial ver a Lila imitando a los dos bailarines expertos a su lado, todos juntos bailando... lo pasamos muy bien. Yo, mientras tanto, silbando con la flauta ?ja, ja, ja!".
Para fichar al resto de los artistas mexicanos sigui¨® los consejos de su amigo Ry Cooder. El productor de Buena Vista Social Club estaba muy interesado en Los Tigres del Norte -se refiere a ellos como "los mensajeros de la justicia"- y sus narcocorridos, pero para completar la lista le puso en manos de Mery Farleone, una brit¨¢nica propietaria de Corza Records, discogr¨¢fica ubicada en M¨¦xico DF, y experta en la m¨²sica de ese pa¨ªs. En este caso no hubo deserciones. Ni siquiera la cantante de rancheras Chavela Vargas, de 92 a?os y gravemente enferma, pudo negarse ante un proyecto de estas caracter¨ªsticas. "No llegu¨¦ a estar con ella, pero nos mand¨® cuatro temas a elegir y finalmente nos quedamos con su versi¨®n de Luz de luna". Para completar el reparto ech¨® mano del gaitero gallego Carlos N¨²?ez, considerado ya como el quinto chieftains debido a su amistad con Moloney, y del actor Liam Neeson, que, con voz poderosa, recita, acompa?ado por una banda de gaitas, Cruzando el r¨ªo Grande, un texto del novelista y compositor Brendan Graham. Ya han firmado una gira que les llevar¨¢ en los pr¨®ximos meses por Estados Unidos y que recalar¨¢ en Espa?a, probablemente, el pr¨®ximo verano. A los distintos escenarios se subir¨¢n aquellos artistas mexicanos con los que coincidan en el tour. Moloney habla de ello sin pasi¨®n, como el que se ha acostumbrado a muchos viajes. The Chieftains llevan en activo desde 1963, han grabado m¨¢s de treinta ¨¢lbumes juntos y otros tantos por separado m¨¢s el desgaste de las giras. El secreto para seguir soport¨¢ndose es dormir en hoteles separados y juntarse s¨®lo cuando quieren verse.
Tampoco hubo fisuras del lado norteamericano. Acostumbrado a hacer lo que le gusta, sin importarle si el producto se vende o no, Ry Cooder no dud¨® en apuntarse a un disco que, adem¨¢s del valor musical, narra una historia tan triste como desgarrada. Sentado en su camerino frente a una botella de vino blanco y un poco de queso irland¨¦s, el m¨²sico se muestra esc¨¦ptico ante los problemas que genera el mercado: "Ignoro qu¨¦ es lo comercial hoy en d¨ªa. Mi percepci¨®n es que nadie compra ced¨¦s, pero no me preocupa el aspecto mercantil del proyecto. En esta guerra, como en todas, hubo muchas mentiras por parte de los gobiernos, pero desde la perspectiva actual resulta muy interesante recordar esa parte desconocida de un pasado no tan lejano". Cooder asume que se trata de un hecho relevante que ha permanecido oculto, como muchos otros sucesos de la ¨¦poca. "En EE UU no hay una ense?anza buena de la historia, este tipo de cosas se obvian en el sistema educativo".
El autor de la banda sonora de Par¨ªs-Texas vive en el l¨ªmite de la frontera y su m¨²sica, en la que suele combinar el country, el folk, el blues o los sonidos latinos, protagonizados con frecuencia por personajes desarraigados, da como resultado un producto homog¨¦neo que de alguna manera podr¨ªa calificarse como el "estilo Cooder". Con esa filosof¨ªa, parece claro que participar en un proyecto de estas caracter¨ªsticas fue un regalo. "La idea de combinar y unir se encuentra en la base de este trabajo. De alguna forma, simula las ruedas de un molino en el que se muelen los ritmos y melod¨ªas irlandesas mezclados con todas las interpretaciones mexicanas, lo que viene a ser un cruce de caminos". No s¨®lo se implic¨® como productor, ha compuesto una canci¨®n para el ¨¢lbum y, de momento, ha participado en todos los actos de promoci¨®n en que se ha requerido. Todav¨ªa le da vueltas a la idea de acompa?ar al grupo en la gira mundial.
Hay conflictos que parecen no acabar nunca. El lugar donde se produjo la ¨²ltima batalla lo ocupa ahora la frontera, a la que se ha a?adido un muro y alambradas para impedir el paso de emigrantes. "La frontera en s¨ª es algo muy extra?o. Si est¨¢s a una milla hacia el norte eres rico; si te pilla al sur de este punto eres pobre. En el caso mexicano, se trata de la frontera m¨¢s extra?a del mundo porque, adem¨¢s, una parte de Tejas pertenece a M¨¦xico. La creaci¨®n de una frontera mexicano-estadounidense es algo que se movi¨® arriba y abajo en el mapa durante much¨ªsimos a?os, pero al fin y al cabo es irrelevante, la gente en Tejas habla espa?ol y la gente de M¨¦xico habla ingl¨¦s ahora m¨¢s que nunca". Sin duda, el tema le toca una fibra sensible porque se lanza en picado: "En Los ?ngeles, el 80% de los habitantes hablan castellano, pero si eres emigrante est¨¢s estigmatizado, un mexicano es un ciudadano de segunda clase. M¨¦xico supone un flujo de trabajo barato para EE UU, son jardineros, cuidadoras, empleadas dom¨¦sticas... Si un d¨ªa decidieran hacer huelga, California se hundir¨ªa". A Cooder le molesta aguantar la palabrer¨ªa de los pol¨ªticos, que, dependiendo de si se encuentran o no en campa?a electoral, cambian de opini¨®n sobre temas trascendentales: "Unas veces acusan a los emigrantes de quitar el trabajo a los americanos y otras reclaman medidas que ayuden a mejorar sus sueldos miserables; se han dado casos de trabajadores expulsados antes de las elecciones y recuperados tras los comicios". Sand of M¨¦xico, la balada compuesta por Cooder para el disco, se escucha como la carta que env¨ªa a casa un soldado que se enfrenta al verdugo y al pat¨ªbulo. "La l¨ªnea que separa a los h¨¦roes de los traidores es muy fr¨¢gil; para los americanos, los sampatricio fueron unos villanos, y para los mexicanos fueron sujetos dignos de ser recordados por sus haza?as". La canci¨®n incluye una frase de Fidel Castro: "La historia me absolver¨¢", que el m¨²sico recita expresamente en espa?ol. "Quer¨ªa citarla en el texto porque se trata de la reflexi¨®n de una persona que se encuentra desesperada y a la que s¨®lo le queda el consuelo de pensar que en el futuro se sabr¨¢ que no fueron unos desertores. S¨®lo espero que mi canci¨®n refleje esa idea, la de un aut¨¦ntico revolucionario, porque todas las revoluciones fracasan con el paso del tiempo".
Relajado y cordial, Cooder hace caso omiso de los avisos de uno de los miembros de la discogr¨¢fica para que acabe la entrevista y d¨¦ paso al siguiente turno. Los temas hist¨®ricos le ponen. Frente al Ej¨¦rcito norteamericano, los mexicanos dominaban la propaganda. Para incitar a la deserci¨®n lanzaban octavillas, impresas en alem¨¢n, ingl¨¦s y franc¨¦s, en las que rezaban consignas como: "?nete a nosotros y lucha por nuestros derechos y nuestra sagrada religi¨®n contra este enemigo infiel" y "os ofrecemos m¨¢s de lo que los yanquis os puedan proporcionar. Por su desfachatez nos hemos visto obligados a entrar en guerra". En otros momentos de la historia usaban los corridos para ilustrar a la gente analfabeta sobre lo que estaba ocurriendo. ?Pueden m¨¢s las canciones que los discursos? "La m¨²sica es genial porque va directa al coraz¨®n y a los sentimientos, pero, claro, la propaganda y la m¨²sica son m¨¦todos distintos de decir las cosas. En este caso, me interesaba el aspecto hist¨®rico del disco. Una canci¨®n es una oportunidad de decir las cosas claras, la m¨²sica transmite un mensaje en cuatro minutos y, desde luego, es m¨¢s f¨¢cil de asimilar que los discursos. A trav¨¦s del disfrute de la m¨²sica se pueden conseguir muchas cosas. Personalmente, me encontr¨¦ un m¨¦todo muy bueno con Buena Vista Social Club -el proyecto de m¨²sicas del mundo que vendi¨® ocho millones de discos- para comunicar un mensaje social porque hab¨ªa muchas historias entre l¨ªneas", dice. "A los cubanos en EE UU nos hab¨ªan ense?ado a aborrecerlos por sus ideas pol¨ªticas, pero a trav¨¦s de la m¨²sica han entrado en un mont¨®n de domicilios y han descubierto otros aspectos de su cultura. Con las canciones se llega a mucha gente y ¨¦se es uno de los objetivos de este trabajo".
En el terreno de las m¨²sicas de ida y vuelta en las que se desenvuelve tan bien Cooder sorprende que no haya hecho una incursi¨®n en el flamenco. "?Ni se me ocurre!, para m¨ª es una m¨²sica muy pura. Tengo un mont¨®n de discos de flamenco y desde peque?o escuchaba al Ni?o Ricardo y a otros cl¨¢sicos que le gustaban a mi padre; no hay nada mejor que un buen guitarrista flamenco. ?Por qu¨¦ un tipo humilde de Santa M¨®nica como yo va a distorsionar esa pureza? Su virtuosidad me supera. Si es genial, para qu¨¦ habr¨ªa de meterme yo, qu¨¦ podr¨ªa aportar. No puedo tocarlo. Luego se empez¨® a corromper, el pop-flamenco me parece horrible. ?Por dios, que dejen de meterse con esas horribles fusiones que no aportan nada! De momento voy a seguir con lo m¨ªo, que es lo que controlo". Tampoco le gustan nada las adaptaciones que los grupos de rock est¨¢n haciendo ¨²ltimamente de los mariachis. "Es una basura horrible; en origen la m¨²sica mariachi fue honrada, pero luego se convirti¨® en la m¨²sica del Estado, algo estereotipado, con esos trajes ajustados y esos sombreros, pero aun as¨ª no me molesta, lo otro es horrible". Cooder se despide con sonrisas recordando lo mucho que le gusta Espa?a, pero no se anda con bromas. En la escueta tanda de entrevistas con periodistas europeos, organizada por cortes¨ªa de la discogr¨¢fica Universal, dej¨® fuera a los reporteros alemanes porque algo no le agrad¨®. -
The Chieftains y Ry Cooder. San Patricio. Universal Music. www.thechieftains.com.
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