Con el toque de Manolo de la Osa
Las Rejas, en Las Pedro?eras, una experiencia gastron¨®mica envuelta en un men¨² degustaci¨®n reconfortante
Bajo la perspectiva que proporcionan varias d¨¦cadas de trabajo, la figura de Manolo de la Osa se ha agigantado hasta convertirse en un personaje clave en el proceso de evoluci¨®n de la cocina espa?ola contempor¨¢nea. Afable, sensible y con enorme talento, desde que comenz¨® a destacar en el mundillo gastron¨®mico ha constituido uno de los eslabones estrat¨¦gicos entre la doctrina tradicional y la vanguardia de altos vuelos.
Su papel ha sido siempre el de un cl¨¢sico contempor¨¢neo. Un depositario de sabores olvidados que ha desarrollado su creatividad sobre la base de recetas y productos de la despensa manchega. T¨¦cnica y ra¨ªces con un sentido innato del equilibrio. Y, tambi¨¦n, genialidad y sabidur¨ªa unidas a bajones profesionales que a intervalos han hecho temer por la regularidad de su trayectoria. Justo ahora, tras la salida de Ertlanz, su segundo de cocina, profesional que ha contribuido a consolidar una etapa fruct¨ªfera, cuando faltan pocos d¨ªas para la inauguraci¨®n de la cafeter¨ªa y el restaurante del nuevo museo de Cuenca, Ars Natura, que dirigir¨¢ de forma directa, De la Osa atraviesa un periodo culinariamente ambiguo, salpicado de interrogantes y aciertos.
Las Rejas
PUNTUACI?N: 7,5
General Borrero, 49. Las Pedro?eras (Cuenca). Tel¨¦fono: 967 16 10 89. Cierra: lunes y noches de domingo, martes y mi¨¦rcoles. Precios: entre 80 y 120 euros por persona. Men¨² degustaci¨®n, 80 euros (con vinos, 100). Ensalada de caza, 30. Crema de patata, hongos y trufa, 28. Lechona confitada con canela a la salvia, 35. Cremoso de azafr¨¢n con helado de cacao, 12.
Quienes aceptan las sorpresas que comporta su men¨² degustaci¨®n se tropiezan con platos reconfortantes junto a otros que hacen a?orar una vuelta radical a sus ra¨ªces. Ni los embutidos cortados en bastoncitos ni el salm¨®n semicurado con ciruelas encurtidas que se ofrecen para abrir boca est¨¢n a la altura esperable. Nada que ver con las gambas con jugo yodado y granizado de manzana, entrante serio, que deja en evidencia su capacidad para pisar muy alto. "Me considero m¨¢s en forma que nunca. Intento hacer una cocina sana y ligera, que se digiera bien y divierta", asegura el patr¨®n de la casa.
Perdiz gelatinizada
Tampoco la propuesta que sigue, un caldo de perdiz gelatinizado en copa de Dry Martini con anguila y huevas de arenque, que rememora su famosa sopa fr¨ªa de ajo, denota armon¨ªa entre los ingredientes, dominados por la presencia preponderante de la yema de huevo. Por el contrario, sus crom¨¢ticos dibujos de crema de pi?ones con tierras de caf¨¦ y regaliz, brotes verdes y shiso rojo constituyen una composici¨®n acertada a pesar de que la trufa pase inadvertida. Y como contrapunto, un extra?o ajoarriero ahumado de ostras con guisantitos, jugo de perejil y ajo negro, en el que la indefinici¨®n se apodera del plato.
En las sugerencias que siguen no convence su minibodeg¨®n de lomitos de liebre y setas con un caldo antol¨®gico de su propio civet, en el que la potencia r¨²stica de la salvia anula la fragancia de las lascas de trufa, y no parece l¨®gico que una ins¨ªpida ventresca de trucha n¨®rdica, con habas, calamares y esp¨¢rragos trigueros tenga enjundia para formar parte de sus especialidades. Tan s¨®lo cuando los sabores de la tierra emergen con fuerza, la inconsistencia deja paso a la sensatez que le caracteriza. Es suculenta la ensalada de caza con alubias al azafr¨¢n, acelgas rojas y lentejas; espectacular la crema de patata con setas y papada de cerdo y particularmente elegantes el pich¨®n asado y el lomo de ciervo con cerezas, sin ning¨²n regusto a brav¨ªo.
Al final, con el cap¨ªtulo dulce (transparencia de mel¨®n con yogur; t¨¦ con leche y especias) queda al descubierto su elegancia. L¨¢stima que el pan, hecho en la casa, desmerezca tanto de la comida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.