18 faros espa?oles y sus atractivas formas
De Punta Galera, en Torredembarra, a Punta del Castillete, en Gran Canaria, un recorrido entre torres de luz, tanto mediterr¨¢neas como atl¨¢nticas, que sorprenden por su dise?o apartado del canon as¨ª como por la belleza de las costas que iluminan
Los faros, como estructuras circulares o su versi¨®n moderna siguiendo el patr¨®n de torres de hormig¨®n normalizadas, representan un clich¨¦ petrificado, pura iconograf¨ªa costera. Para acabar con esa monoton¨ªa est¨¦tica, el Plan de Se?ales Mar¨ªtimas de 1985-1989 alent¨® dise?os m¨¢s personales, estructuras de jalonamiento de costa convertidos en reclamos tur¨ªsticos para los amantes del mar. Estas nuevas torres de luz deb¨ªan orientar ¨Dal menos una¨D a cualquier barco situado a 20 millas n¨¢uticas (37 kil¨®metros) de tierra. Adem¨¢s, con estos nuevos faros, se consegu¨ªa que cualquier nave a menos de 12 millas n¨¢uticas (22 kil¨®metros) de la costa dispusiera al menos de dos luces de referencia.
El dise?o far¨ªstico, supeditado siempre a la funcionalidad, estaba encomendado tradicionalmente a los ingenieros de caminos, canales y puertos. Hasta que los arquitectos fueron invitados en este plan de se?ales mar¨ªtimas. Con el paso de los a?os, esos hitos luminosos se han ganado el cari?o del vecindario, que ya los concibe como algo propio, como s¨ªmbolo de su identidad territorial. En Canarias, los far¨®filos, que son m¨¢s de lo que pueda parecer, dispondr¨¢n del mejor caladero de formas y alturas.
1. Los 189 escalones del faro de Punta Galera, en Torredembarra (Tarragona)
Este faro firmado por el arquitecto Josep Llin¨¤s i Carmona para Torredembarra ¡ªuno de los pocos faros visitables en Espa?a¡ª supera con mucho la condici¨®n de edificaci¨®n p¨²blica de car¨¢cter civil. Es ante todo un ejercicio de arquitectura humildemente atrevida que personaliz¨® el paraje costero a partir del 1 de enero de 2000 con una torre prism¨¢tica octogonal de hormig¨®n que brota directamente del acantilado. ¡°Ocupaci¨®n m¨ªnima para preservar la naturaleza original del terreno¡±, apunta Llin¨¤s. La memoria del proyecto original dispon¨ªa que el faro emergiese del Mediterr¨¢neo y que, al tiempo que se?al mar¨ªtima, fuese punto de atracci¨®n tur¨ªstica (esto s¨ª se ha llevado a cabo).
¡°Las 48 ventanas con alf¨¦izar volado de chapa de bronce que acompa?an la escalera se pensaron para que ya desde el inicio se fueran adquiriendo visiones parciales del territorio que hicieran deseable la gran vista desde el mirador¡±, aclar¨® el arquitecto. Los marcos de los ocho ventanales del mirador, desde los que se otea el cabo de Salou ¡ªy Mallorca, con buen tiempo¡ª, as¨ª como las ventanas que recorren el fuste, son de aluminio anodinado a fin de resistir la corrosi¨®n.
La linterna, marca Maquinista Valenciana, es de fundici¨®n de hierro recubierta parcialmente con chapa de cobre y elementos de lat¨®n, y alberga una ¨®ptica de 350 mil¨ªmetros de distancia focal. Con el sistema de rotaci¨®n constante (algo muy habitual en los faros) se busca no quemar los equipos electr¨®nicos bajo el efecto lupa. En el voladizo ornamental que le da al conjunto su impronta personal, ?qui¨¦n no ha cre¨ªdo ver una sombrilla de c¨®ctel?
La mayor¨ªa de los fines de semana ¡ªy diariamente en verano¡ª se puede acceder al mirador situado en la parte superior de la torre tras negociar 189 escalones y 6 descansillos, reservando la entrada en la oficina de turismo de Torredembarra, al precio de 3 euros. Los grupos son de un m¨¢ximo de siete personas y no se recomienda la visita a menores de 10 a?os.
2. Proa mineral y futurista en el faro de Punta del Hidalgo, en La Laguna (Santa Cruz de Tenerife)
De haberse erigido en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, este faro hubiera desencadenado todo un aluvi¨®n de autofotos y comentarios, sin contar con su aparici¨®n en pel¨ªculas y series. Ello por su espectacularidad: una macla n¨ªvea elevada a la condici¨®n de intrigante monolito (remite sin duda a la pel¨ªcula 2001: Una odisea del espacio) que parece surgir del magma volc¨¢nico con unos blancos vol¨²menes de hormig¨®n a modo de cristales orientados en progresi¨®n respecto a un eje, seg¨²n el proyecto del ingeniero Ramiro Rodr¨ªguez-Borlado. Su imponente formato de secci¨®n troncopiramidal irregular, sin curvas y activo desde 1994, se concibe como proa que quiere parecerse a la trompeter¨ªa de un ¨®rgano o a una flauta de pan. O salido mismamente de la geoda del Pulp¨ª (Almer¨ªa). Todo es imaginar. Uno aqu¨ª puede pasarse horas viendo el efecto cambiante de la luz solar y las nubes en su estructura.
Los 52 metros que median del oc¨¦ano hasta el foco impiden ver a los pies del faro la linterna a la intemperie que protege una ¨®ptica giratoria de tres bombillas responsables del grupo de tres destellos cada 16 segundos. En el exterior sigue prestando servicio la antena del Sistema de Identificaci¨®n Autom¨¢tica de Barcos (AIS), que transmite la posici¨®n de cada barco en la mar y que es obligatorio activarlo por los buques de pasajeros y por los que tengan previstas singladuras internacionales.
El acceso al recinto debe realizarse a pie desde el camping municipal Punta del Hidalgo, lo que supone disfrutar de kil¨®metro y medio de costa declarada zona Zepa (avifauna protegida), en la que no extra?a la presencia de una caseta de avistamiento de aves (existe otra al otro lado del faro) en una costa que es muy del gusto de surfistas experimentados y en la que se impone la vista de la monta?osa pen¨ªnsula de Anaga.
Hasta el 31 de diciembre abre, muy cerca, El Borgo?¨®n de Sandra, un agradable guachinche, t¨ªpico bar sumamente casero caracter¨ªstico del norte de Tenerife, abierto solo unos meses al a?o. Su oferta alterna la carne, los huevos a la inglesa y la pota en salsa.
3. Una nave ilumina la Costa da Morte en el faro de Punta Nariga, en Malpica de Berganti?os (A Coru?a)
Pocos faros est¨¢n asociados a un arquitecto como Punta Nariga con el pontevedr¨¦s C¨¦sar Portela. La obra se conserva en muy buen estado (casi tal y como estaba cuando se activ¨® en Malpica, all¨¢ por 1998). Fue a consecuencia del Plan de Se?ales Mar¨ªtimas 1985-1989 que Portela dise?¨® en este paraje brav¨ªo un buque que surcaba un mar de rocas muy erosionadas esperando que la marea lo alcanzase, muy a tono con un entorno fragoroso presidido por las islas Sisargas y el cabo Roncudo. ¡°He sido respetuos¨ªsimo con el escenario en que se encuentra sin llegar a ser servil, sin intentar camuflar la obra. Un faro cuya luz tenga que alcanzar 50 metros de altura focal para hacerse visible a 22 millas n¨¢uticas (40 kil¨®metros), no lo hubiera permitido¡±, comenta el autor a sus 87 a?os muy bien llevados.
Conforme asciende la estructura, el granito desbastado, tallado y pulimentado gana en elaboraci¨®n. Todo en las entra?as de este formidable barco, que recuerda al alc¨¢zar de Segovia, parece tener sentido. En el primer mirador, de planta triangular, estuvo a modo de mascar¨®n de proa la escultura en bronce Atlante, de Manolo Coia, hasta que hace un par de a?os fue robada y troceada para venderla como chatarra (va a volver a ser fundida). Lo que no quita poder inmortalizar un momento Titanic.
Subiendo 37 escalones se llega al segundo cuerpo, a modo de baluarte, inscrito en el anterior. En d¨ªas tormentosos, los celajes y el movimiento de los temporales transmiten a este conjunto un constante y fuerte dinamismo. Muchos se re¨²nen aqu¨ª, muy bien abrigados, para ver la ca¨ªda del sol en su avance hacia el oeste. El fuste circular de Nariga se eleva 17 metros de altura en una labor de canter¨ªa trazada con sillares curvos de granito gris Mond¨¢riz flameado, para aguantar los envites de los temporales. De su linterna aeromar¨ªtima (transparente para servir de gu¨ªa a barcos y aviones), de 3,5 metros de di¨¢metro, sale despedido un grupo de tres destellos seguidos de un destello aislado cada 20 segundos. Los alrededores asombran por un conjunto de rocas erosionadas a cual m¨¢s inspiradora, como la figuraci¨®n zoomorfa pr¨®xima al aparcamiento O Can (El Perro). Por aqu¨ª pasan intermitentemente los senderistas del Cami?o dos Faros.
4. Cromatismo a gran escala en el faro de Ajo, en Bareyo (Cantabria)
Con la apariencia diurna se busca destacar la personalidad del faro, tradicionalmente encalando el fuste o pint¨¢ndolo con franjas horizontales, espirales o verticales en color azul o rojo; o con ajedrezado rojiblanco, que en el faro de n¡¯Ensiola (Cabrera) es rasgo ¨²nico. Lo que a nadie deja indiferente es que un faro c¨®nico y hormigonado de color blanco sirviera en 2020 de lienzo (no sin cr¨ªticas por su impacto en el paisaje) a la fantas¨ªa del artista c¨¢ntabro Okuda San Miguel, especializado en llenar de color grandes espacios abandonados o en parte olvidados. Raro es el puente de barco que surca el cabo de Ajo, en el extremo occidental del golfo de Vizcaya, cuya tripulaci¨®n no se d¨¦ de codazos al distinguir con prism¨¢ticos estas formas geom¨¦tricas y policrom¨¢ticas pintadas en la torre normalizada de 1980, fecha reproducida en la veleta. Se atisba la fauna c¨¢ntabra entre m¨¢s de cien colores, incluidas las coloraciones de numerosas banderas. Una imprimaci¨®n antioxidante garantiza que los colores no pierdan su brillantez con el salitre, si bien a esta obra de surrealismo pop se le concedi¨®, en principio, un plazo de ocho a?os.
Para contemplarlo ya no es preciso aplicar un teleobjetivo. De 10.00 a 20.00, de viernes a domingo y festivos, se puede acceder al recinto de la Autoridad Portuaria de Santander por una senda peatonal hasta quedar a 30 metros de la columna. Despu¨¦s una buena idea es degustar el pantagru¨¦lico men¨² Barra Libre (35 euros; 12 euros hasta 10 a?os) del restaurante El Rinc¨®n de Pitucos. ¡°Se puede repetir cuanto se quiera, mientras se termine todo lo anterior¡±.
5. La esbelta y f¨¦rrea columna del faro de San Sebasti¨¢n, en C¨¢diz
El faro de San Sebasti¨¢n, o de C¨¢diz, est¨¢ emplazado en el patio del castillo de San Sebasti¨¢n, protector del franco norte de la Tacita de Plata, construido tras el saqueo anglo-holand¨¦s de 1596. Habitualmente cerrado al p¨²blico, abre ininterrumpidamente al menos hasta el 31 de diciembre, merced al acuerdo alcanzado entre el Ayuntamiento y Demarcacion de Costas. Su torre de 1913 es f¨¢cilmente reconocible y conocida por su estructura de acero laminado y color gris¨¢ceo que la hacen impar en el litoral espa?ol. Una pista es tomar en La Caleta el paseo Fernando Qui?ones, tendido sobre los arrecifes hasta la antigua isla, para as¨ª apreciar el tubo de palastro (acero laminado) con contrafuertes radiales y frontones neocl¨¢sicos como ¨²nico elemento decorativo en las ventanas.
Utilizando metal hasta en la escalera de caracol se buscaba portabilidad, como sucedi¨® en el delta del Ebro, si bien los remaches practicados hubieran hecho muy improbable su desmontaje. Su caracter¨ªstica nocturna de dos destellos cada 10 segundos orienta a barcos que naveguen a 25 millas n¨¢uticas (46 kil¨®metros) de distancia. El segundo faro espa?ol en electrificarse fue proyectado por Rafael de la Cerda, a quien se le dedic¨® uno en Santander. Lo viejos vibradores de la sirena se encuentran a 70 metros. Los atardeceres aqu¨ª son de postal. A la hora de comer no se puede pasar por alto un hit de la gastronom¨ªa local como es el restaurante El Faro de C¨¢diz, situado a solo 200 metros de La Caleta.
6. El faro de Morro Jable, en P¨¢jara (Fuerteventura) y su id¨ªlico reflejo en el saladar
Seg¨²n se atraviesa el centro tur¨ªstico de Jand¨ªa, en el extremo meridional de la isla de Fuerteventura, se manifiesta paulatinamente un torre¨®n de grueso calibre que no es sino el faro de Morro Jable. Con este, el arquitecto Enrique Mart¨ªnez Tercero y el ingeniero Mariano Navas rindieron tributo a la arquitectura tradicional de las luminarias francesas e inglesas en una de las playas rectil¨ªneas y kilom¨¦tricas m¨¢s fastuosas de la Uni¨®n Europea, a sotavento de la pen¨ªnsula de Jand¨ªa.
Una pasarela de madera elevada con barandilla de 400 metros de longitud atraviesa desde la carretera el mayor saladar de Canarias, el de Jand¨ªa, entorno marisme?o que da paso a una envidiable postal con tumbonas y ba?istas en la playa de Matorral.
Activado desde 1996, el faro dispone de un fuste de 11 metros en su base, disminuyendo hasta los 7 metros del collarino, bajo la linterna aeromar¨ªtima de 3.000 mil¨ªmetros de di¨¢metro, girando su ¨®ptica BBT de 250 mil¨ªmetros de distancia focal a 58,60 metros de altura. Como casi todos los faros playeros, incluido el m¨¢s alto de Espa?a, en la localidad gaditana de Chipiona, necesita elevarse sobremanera para iluminar el horizonte y m¨¢s all¨¢, en este caso hasta alcanzar 20 millas n¨¢uticas, es decir, 37 kil¨®metros. El radar del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE), detector de embarcaciones, sigue en activo, y cerca de su base espera un chiringuito muy conocido de comida canaria. El Hotel Faro Jand¨ªa & Spa es otra buena recomendaci¨®n.
7. Un faro de autora en Nules, Castell¨®n
La presencia de los arquitectos lleva tiempo dej¨¢ndose sentir en el universo farero. Al Concurso Nacional de Ideas de Faros de 1989 se present¨® la madrile?a Blanca Lle¨® con un proyecto para el faro de Nules (Castell¨®n, 1995), que le vali¨® a la postre el primer premio. Este elemento que da identidad a una playa infructuosamente regenerada con arena, pero, quiz¨¢ por ello, relativamente tranquila en verano, proyecta sus modernas formas sobre el que fue muelle medieval y casa de carabineros. A fuer de playero fue preciso cimentarlo sobre pilotes de 21 metros de profundidad. En el fuste de secci¨®n cuadrada luce el sillarejo gris claro, primando el acero inoxidable en puertas y barandillas, de la misma manera que el cobre en los elementos de remate. A 33 metros se alza su ¨®ptica, que emite dos destellos cada 11 segundos. Lo que pocos saben es que la idea inicial de Lle¨® fue darle al edificio uso como mirador p¨²blico, idea que no fragu¨®, lo mismo que el ascensor ¡ªeste por problemas de mantenimiento¡ª.
El reparto de los vanos sin cristal que a¨ªsla el interior ha dado pie a que alguno crea estar ante una pajarera o un campanario, d¨¢ndose la circunstancia de que palomas y rapaces lo usen a veces de dormidero. A sus pies se ubica un parque infantil.
8. Un sacacorchos entre plataneras o el faro de Buenavista, en Buenavista del Norte (Tenerife)
Entre las singularidades de algunos faros canarios remarcaremos los que encandilan el oc¨¦ano por una parte y un mar de plataneras por otro, como el faro de Buenavista, erigido en la tinerfe?a punta de La Laja, en Buenavista del Norte. Cuando bordeamos en coche Icod de los Vinos ya se empieza a distinguir alineado con el volc¨¢n Monta?a de Taco. En el mismo casco de Buenavista del Norte arranca la se?alizaci¨®n que nos encamina por una estrecha pista de uso agr¨ªcola, entre los muros que cierran las huertas de plataneras.
La blanca silueta del faro, que entr¨® en servicio en 1997, se alza majestuosa muy cerca de las olas. Como otros faros de dise?o, fue consecuencia del plan de se?alizaci¨®n de 1985-1989. A la torre de planta cuadrada le adosaron el arquitecto Enrique Mart¨ªnez Tercero y el ingeniero Mariano Navas una escalera de exterior de caracol, con aires de sacacorchos, que obliga a so?ar con la escalera de incendios firmada por Oscar Niemeyer para el edificio Copan, en S?o Paulo. Un cl¨¢sico. La escalera permite al paso a la azotea y a la linterna con ¨®ptica giratoria elevada a 46,50 metros sobre la colada del volc¨¢n Monta?a de Taco, para generar su grupo de cuatro destellos cada 11 segundos. Las potentes olas del Atl¨¢ntico rompen furiosas sobre los cimientos, sinti¨¦ndose en la terraza las vibraciones. Quien lea el horizonte encontrar¨¢, por encima de las nubes, asomado, el Roque de los Muchachos, en La Palma. Este faro dispone del Sistema de Identificaci¨®n Autom¨¢tica (AIS) para saber la ubicaci¨®n de los barcos.
A 400 metros hacia el levante se encuentra una sima con un di¨¢metro de 30 metros que la tradici¨®n oral atribuye al impacto de un rayo. La sima de El Rayo, as¨ª se llama, con su arco de entrada, ha sido balizada para evitar males mayores. Y en la zona, el restaurante de cocina canaria La Caba?a tiene como complemento el lujoso hotel Meli¨¢ Hacienda del Conde.
9. El antiguo faro de la Banya, en el puerto de Tarragona: port¨¢til y olvidado
La mirada necesita la memoria para ver mejor. Y qu¨¦ mejor que este armaz¨®n desmontable y sin clavos fundido en 1864 con hierro forjado de la mejor calidad; un faro fabricado en Birmingham (Gran Breta?a) pensado para la blanda morfolog¨ªa de la bah¨ªa de los Alfaques, en pleno delta del Ebro, cuya playa de Trabucador soport¨® sus 49 toneladas de peso. Este antiguo faro de la Banya, logotipo del puerto de Tarragona, anta?o restaurante y museo de faros, hoy permanece vac¨ªo al impedirse al p¨²blico el acceso en coche. No en balde, para fotografiarlo, es preciso andar desde el aparcamiento situado justo antes de la torre del Reloj (de 1922) tres kil¨®metros por el Moll de l¡¯Escullera, entre bicicletas y runners, o bien alquilar un patinete o bicicleta el¨¦ctricos de Tier.
Dise?ado por el arquitecto Lucio del Valle, fue uno de los tres faros activos del Delta hasta la primera mitad del siglo XX, claro ejemplo de una arquitectura que escucha el paisaje. Estos pilotes de rosca enlazados con tirantes, estas paredes de chapa galvanizada fueron catalogados en su d¨ªa de tercer orden y su luz desempe?a hoy la funci¨®n de baliza portuaria. La pir¨¢mide invertida de su base serv¨ªa de aljibe.
Ya que estamos, no podemos dejar de acudir al Museu del Port de Tarragona. Quien recorra sus variados ¨¢mbitos apreciar¨¢ la reproducci¨®n de la popa de una galera que se supone utiliz¨® el rey Jaime I El Conquistador, una vitrina dedicada a se?ales mar¨ªtimas o el barco de pesca Capit¨¢n Arg¨¹ello, con el que el poeta Carlos Barral navegaba desde Calafell.
10. Un s¨ªmbolo f¨¢lico o el faro de La Salemera en Villa de Mazo, en La Palma
Normalmente, desde la ventanilla izquierda del avi¨®n, justo antes del aterrizaje en La Palma, se puede contemplar la linterna del faro conocido popularmente como La Salemera, dise?ado mano a mano por el arquitecto Enrique Mart¨ªnez Tercero y el ingeniero Mariano Navas Guti¨¦rrez. De penetrante contenido er¨®tico ¡ªpor su forma de vibrador¡ª no faltaron d¨¦cimas alusivas durante los carnavales de Villa de Mazo cuando se erigi¨® esta torre piriforme en 1989.
De los cuatro faros que prestan servicio en La Palma, este cilindro hueco de hormig¨®n armado se encarga de iluminar la costa oriental, justo delante de la l¨ªnea imaginaria que divide el mar del norte y el menos crispado del sur. En costas dominadas por oscuros malpa¨ªses, el faro refulge hasta la ceguera. Y se acompa?a con piedras calizas, a juego con el blanco de la torre, que contrastan en la playa de arena negra. De ah¨ª la toponimia del faro.
El faro de este lugar, construido en 1997 y de 37,5 metros hasta su foco, viene apantallado de f¨¢brica y con un ¨²nico sector de 90 grados como campo de iluminaci¨®n a base de ledes. Su caracter¨ªstica es de tres ocultaciones cada ocho segundos. Al ser una costa muy rocosa e inc¨®moda, los ba?istas usan dos peque?as piscinas intermareales. Y si algo abunda en La Salemera es la pesca ¡ªes zona de paso del alfonsi?o, pez parecido a la palometa roja¡ª y, adem¨¢s, constituye un interesante punto para fotografiar coral negro a 30 metros de profundidad. Para bucear y observar la fauna marina, lo mejor es preguntar en las empresas Tazacorte y Los Cancajos.
Por ¨²ltimo es imprescindible probar los productos del mar elaborados por la chef palmera Mar¨ªa Nuria Castro en su restaurante-kiosco Playa Salemera. Cocina lo que se pesca ese d¨ªa en este rec¨®ndito paraje.
11. Placeres al atardecer desde Torre de la Higuera, en Almonte (Huelva)
El aura del faro de Torre de la Higuera (1986) se ha convertido en una especie de burbuja que lo separa psicol¨®gicamente de la urbanizaci¨®n tur¨ªstica de Matalasca?as (Almonte, Huelva). Hasta ¨¦l se puede llegar por la pasarela que parte cerca de la oficina de turismo y atraviesa el imponente parque dunar, de 130 hect¨¢reas, dando un buen ejemplo de bosque mediterr¨¢neo costero salpicado de pinos, enebros y sabinas. Una alternativa para llegar es aparcar en la avenida de las Adelfas y costear por el agradable paseo mar¨ªtimo a lo largo de 350 metros.
Los vestigios irreconocibles de la torre de vig¨ªa ¡ªde la cual el faro toma el nombre¡ª sirven de trampol¨ªn a los ba?istas al borde de la playa Torre de la Higuera. ¡±Busqu¨¦ con este tri¨¢ngulo equil¨¢tero la similitud poli¨¦drica con el afloramiento de un mineral¡±, nos dice el arquitecto Ismael Guarner Gonz¨¢lez. La torre prism¨¢tica, de 20 metros de alto y con una franja horizontal roja en la parte superior, es formidable. Adem¨¢s, est¨¢ rematada por una linterna cuyo sistema luminoso va a ser sustituido en breve por otro de menor consumo, sin contar el cambio de motor y el nuevo mecanismo de telecontrol.
Al atardecer, muchos son los visitantes ¡ªsobre todo parejas¡ª que se recrean en el paseo mar¨ªtimo para, a pocos metros del faro, ser testigos de c¨®mo un sol redondo como un globo se hunde en un mar rosa y malva. La costa del Espacio Natural de Do?ana pone el resto.
12. El faro Punta Frouxeira en Valdovi?o, en A Coru?a, un contenedor arquitect¨®nico
Sin perder el h¨¢lito de su originalidad, este prisma innovador de la comarca de Ferrolterra, firmado por el ingeniero Mariano Navas y el arquitecto Enrique Mart¨ªnez Tercero, fue erigido hace tres d¨¦cadas, y en 2007 fue objeto de una profunda remodelaci¨®n. Esta consisti¨® en el cerramiento de tres de las caras del edificio: el muro cortina acristalado en forma de ¡°U¡± se sustituy¨® por una pared ciega con ventanales, acabando as¨ª con las filtraciones que anegaban la estructura. Un ejemplo de cuando la brutal climatolog¨ªa se impone a los proyectos arquitect¨®nicos.
De trazado rectil¨ªneo, la torre de luz equivale a un edificio de nueve plantas y constituy¨® un arriesgado reto de hormig¨®n y cristal porque sus l¨ªneas puras buscan un contraste con el desorden rocoso. El faro, debido a esto, est¨¢ expuesto a los temporales por lo que siempre hay que enfundarse en ropa de abrigo. Adem¨¢s, dispone de ascensor.
Seg¨²n Ignacio Fern¨¢ndez, coordinador farero de la Autoridad Portuaria de Ferrol-San Cibrao, ¡°la sostenibilidad de Punta Frouxeira se sustenta en una bombilla de led de solo 60 v¨¢tios, lo que permiti¨® sustituir los grupos electr¨®genos ¡ªgrandes emisores de CO2¡ª por una bancada de bater¨ªas cargadas permanentemente con paneles fotovoltaicos y un generador e¨®lico¡±.
Y, junto al faro, se extiende el espacio t¨²nel que se estira en dos emplazamientos de bater¨ªas de costa, convertidos hoy en balcones sobre la rompiente. La ruta acaba en la Pizzeria Campelo, un m¨ªtico establecimiento inaugurado en 1982 donde tiene mucha fama su pizza Campelo, compuesta de grelos, beicon, chorizo, lac¨®n y queso.
13. El faro junto al aparcamiento de Puerto de la Cruz, en Tenerife
El faro de Puerto de la Cruz, construido en 1996, iba a integrarse en un parque mar¨ªtimo que acab¨® deviniendo en aparcamiento ¡ªlo que le hizo un flaco favor a estos seis cubos ciegos en los extremos que, salvo que se advierta de manera espec¨ªfica, muy pocos adscriben al formato de faro¡ª. Sorprende esta torre cuadrangular negra, con el tiro de la escalera blanca en diagonal alrededor del rojo que ostenta la columna central. Todo ello delineado por los arquitectos Estanislao P¨¦rez Pita y Jer¨®nimo Junquera. La altura focal de su ¨®ptica giratoria, desde la que proyecta su caracter¨ªstica nocturna integrada por un grupo de dos destellos cada siete segundos, es de 31 metros.
Esta costa, denominada ¡°de norte¡±, es muy peligrosa para el ba?o o la pesca, por lo que est¨¢ prohibido pasear por la escollera. Siguiendo el litoral 1,5 kil¨®metros se llega al complejo tur¨ªstico Costa Marti¨¢nez, unas vistosas piscinas intermareales dise?adas por C¨¦sar Manrique y que nadie deber¨ªa perderse. De camino se pasa por el puerto Viejo, el Museo de Arte Contempor¨¢neo, la Casa de Miranda y el mirador de la Cala de San Telmo.
14. El faro de Irta, en Alcal¨¤ de Xivert (Castell¨®n), disfrutable desde la linde del parque natural
Lo que no consigui¨® Blanca Lle¨® por la creciente urbanizaci¨®n de Nules ¨D¡±la contemplaci¨®n del luminoso entorno¡±¨D, lo logr¨® la arquitecta Rita Lorite en el faro de Irta gracias a que su alba estructura marca el l¨ªmite de la zona de m¨¢xima protecci¨®n del parque natural de la Serra d¡¯Irta: un milagro de 12 kil¨®metros de litoral virgen, mayormente pedregoso, que pide disfrutarse fuera de temporada. Con el de Nules, son los dos ¨²nicos faros en Espa?a dise?ados por arquitectas.
Frente al merendero de la cala Salada se deja el coche para as¨ª tomar el paseo hormigonado, de 600 metros de extensi¨®n, que conduce por la orilla hasta el faro. Esta curiosa tipolog¨ªa geom¨¦trica, que la mayor¨ªa de los visitantes no identifica con un faro (de ah¨ª que se haya colocado un cartel informativo), merece rodearse a pie. En el fuste de forma prism¨¢tica y secci¨®n cuadrada las diagonales concuerdan con los puntos cardinales. Levantando la vista hasta los 33 metros se aprecia la plataforma volada en forma de trapecio irregular que le da m¨¢s fuerza si cabe a la lucha de l¨ªneas. La plataforma soporta una instalaci¨®n m¨¢s propia de baliza que de faro, compuesta por grupos de leds blancos ¡ªla tecnolog¨ªa led est¨¢ muy implantada en los faros espa?oles¡ª alimentados con c¨¦lulas fotovoltaicas.
El juego de escuadra y cartab¨®n se completa con ocho ventanales rectangulares con lados menores de secciones decrecientes. Al costado de cala Mundina, este faro inaugurado el 28 de diciembre de 1993 cuenta con 33 metros de elevaci¨®n y 14 millas n¨¢uticas (26 kil¨®metros) de alcance.
Y tras la visita, qu¨¦ mejor para conocer el parque natural de la Serra d¡¯Irta que caminar por la orilla desde el faro hacia Pe?¨ªscola durante un kil¨®metro y medio para as¨ª tomar el sol en la playa del Serradal.
15. El faro de Moj¨¢car, en Almer¨ªa, el m¨¢s novedoso
El crecimiento desbocado e insostenible del norte de la costa almeriense lleg¨® a enmascarar la luz del faro que se?alizaba el puerto de Garrucha, famoso por su subasta de gambas. Y puesto que nada hay que confunda tanto a la navegaci¨®n como la superposici¨®n de luces ¨Dla de una discoteca lleg¨® a competir con la del faro garruchero¨D, hubo que erigir en 2021 el faro de Moj¨¢car, el ¨²ltimo inaugurado en Espa?a. Este se sit¨²a en la ladera norte del cerro del Moro Manco, sobre un edificio c¨²bico de color blanco, dise?o del arquitecto Alfonso Montilla, que no desentonar¨ªa dentro del caser¨ªo de Moj¨¢car. Las bater¨ªas se alojan en la primera planta y en la segunda se instal¨® la linterna acristalada, con c¨²pula semiesf¨¦rica. La lente acr¨ªlica de 300 mil¨ªmetros de distancia focal no es sino un modelo de baliza giratoria modificado por la empresa Mediterr¨¢neo Se?ales Mar¨ªtimas. Pero es la altura en que se halla elevado, a 163 metros sobre el Mediterr¨¢neo, la causa principal de que su luz alcance la friolera de 24 millas n¨¢uticas (44 kil¨®metros); el de Garrucha, sito en la orilla del mar, alumbraba la mitad.
Como la zona de aparcamiento es exigua, es aconsejable dejar el coche al final de la avenida del Mar o en la calle Finisterre, y subir a pie por el paseo del Moro Manco, tomando el primer desv¨ªo a la derecha, en pendiente. Junto al faro existe un mirador.
16. El faro de Punta de Lava, en Tazacorte (La Palma), un ejemplo de volcanismo de ayer y de hoy
No es casual que la materia derretida que descendi¨® hace tres a?os del volc¨¢n de Tajogaite, en la Palma, llegara hasta casi tocar el faro de Punta de Lava, de nombre no casual. Tambi¨¦n denominado de las Hoyas y popularmente conocido como Faro de La Bombilla (por el cercano poblado chabolista), se salv¨® de la erupci¨®n, lo mismo que el faro de Tenegu¨ªa durante otra erupci¨®n en 1971; a 100 metros estuvo de ser deglutido por la colada.
El acceso en coche por La Bombilla est¨¢ prohibido (salvo a los vecinos), al estar declarada zona de exclusi¨®n por el peligro que suponen los gases para la salud, pero dicen los vecinos que se puede acceder a pie al faro entre las plataneras. Otra posibilidad es detenerse en el kil¨®metro 44 de la carretera LP-213, en el mirador de Las Hoyas, para contemplarlo a 1,5 kil¨®metros de distancia.
La evidente innovaci¨®n que imprime la enlucida torre octogonal en el paisaje contrasta con los tonos rojizos del espol¨®n formado en 1949 por la erupci¨®n del volc¨¢n de San Juan, cuya colada es perfectamente visible. Este promontorio, coronado en su cima por un faro de esbeltez particular, fue obra del arquitecto Enrique Mart¨ªnez Tercero y del ingeniero Mariano Navas, y su plano focal se halla a 45,25 metros sobre el mar. Dispone de una ¨®ptica led para dar su caracter¨ªstica nocturna de un destello, seguido de dos destellos cada 20 segundos. Cada uno es libre de conjeturar, pero los ocho metros de ancho tanto en la base como en la coronaci¨®n, as¨ª como el fuste acristalado, no hacen sino fingir un reloj de arena.
Su base est¨¢ cediendo ante el golpeteo del Atl¨¢ntico, as¨ª que se coloc¨® un muro para contener el oleaje.
17. El faro de Punta de Ba?os, en El Ejido (Almer¨ªa), toda una palmatoria
Tan ignoto es este faro dise?ado por los arquitectos Rafael M¨¦lida y Jos¨¦ Mar¨ªa Larrea que ni niquiera aparece se?alizado en Google Maps. En el Plan de Se?ales Mar¨ªtimas de 1985-1989 figuraban dos modernos dise?os en Andaluc¨ªa. Uno de ellos correspond¨ªa al faro de Punta de Ba?os (1991), emplazado en la l¨ªnea divisoria entre dos maneras de entender el litoral: por un lado el mar de pl¨¢stico caracter¨ªstico de El Ejido (Almer¨ªa); por otro, mar, naturaleza libre. Hac¨ªa falta un fanal que se?alara el peligroso bajo Culo de Perro, pero tambi¨¦n que avisara de la falta de relieve del Campo de Dalias, espejismo que confund¨ªa al navegante haci¨¦ndole creer m¨¢s alejado de tierra firme de lo que realmente estaba.
Es recomendable buscar la orilla desde la iglesia de Santiago Ap¨®stol de Guardias Viejas y tomar la pista de tierra que parte de la playa de los Ba?os. Si las olas no permitieran llegar en coche, solo habr¨ªa que caminar 700 metros. Punta de Ba?os es lo m¨¢s parecido a una palmatoria sobre cuyo voladizo redondo, a 21 metros de altura, en vez de una vela, hubieran colocado una baliza de luz de destellos led (4 cada 11 segundos), suficiente para alcanzar las 11 millas n¨¢uticas (20 kilometros) prescritas. Una ¨®ptica alimentada con energ¨ªa solar que resulta muy agradecida para las tareas de limpieza, al decir de los t¨¦cnicos en se?ales mar¨ªtimas.
No se entiende irse de aqu¨ª sin visitar, muy cerca, en el castillo de Guardias Viejas, el Museo de Fortalezas Costeras, que muestra r¨¦plicas de uniformes y armas de ¨¦poca, as¨ª como maquetas de otras fortalezas costeras. En sus alrededores se est¨¢ construyendo un jard¨ªn mediterr¨¢neo, junto con un centro de experiencias gastron¨®micas.
18. La torre invisible del faro de Punta del Castillete, en Mog¨¢n (Gran Canaria)
El de Castillete, en Mog¨¢n, encargado de balizar el suroeste de la isla de Gran Canaria, es uno de los faros menos visibles desde tierra de la costa espa?ola; incluso algunos moganeros desconocen su existencia. Se encuentra en el lomo de Tabaibales, junto a Playa de Mog¨¢n, en una parcela de la empresa Lopes¨¢n y casi inaccesible a pie. Antes se ve¨ªa fugazmente desde el kil¨®metro 44 de la carretera CG-500, que comunicaba Playa de Mog¨¢n con Taurito, pero la abundancia de desprendimientos hizo que la carretera litoral permanezca cortada desde 2017 a la espera de que se acometan las obras de un t¨²nel de 313 metros.
El dise?o del faro de Castillete (1996), de bandas blanquiazules, corri¨® a cargo de los ingenieros Manuel Monterde y Sergio de la Fe. La linterna Aga, a 114 metros sobre el nivel del mar, se apoya sobre una torre prism¨¢tica con n¨²cleo de hormig¨®n rodeado por una escalera exterior (algo solo admisible por el clima canario), que en el mundo de los faros es la m¨¢s extra?a estructura luminosa. Su fuente de energ¨ªa son paneles solares, l¨®gico en una de las costas que soportan mayor insolaci¨®n de Espa?a.
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