El f¨²tbol entroniza al Madrid
La entrada de Guti y Van der Vaart propicia una fabulosa remontada del equipo de Pellegrini, l¨ªder, ante un Sevilla defensivo
La casta para no rendirse ante la adversidad, el tes¨®n permanente y, sobre todo, el f¨²tbol, el buen f¨²tbol, elevaron ayer al Madrid al liderato de la Liga. Dos azotes visitantes necesit¨® Pellegrini para dar un vuelco al equipo, para elegir el sendero de Guti y Van der Vaart en vez del de Lass. O el de Kak¨¢, por muy reputado que sea. Con ellos al frente, el Madrid acab¨® en la epopeya frente A un Sevilla demasiado estrecho, muy acostado delante de Palop desde que se pusiera por primera vez en ventaja. Cuando el Madrid sac¨® a los violinistas, no s¨®lo mantuvo el empuje, sino que result¨® devastador. Gan¨® en el ¨²ltimo suspiro, pero lo mereci¨® media hora antes.
Al Madrid no le basta con ser un equipo anest¨¦sico, digamos al estilo del Bar?a. Lo suyo es otra cosa, necesita jugar con energ¨ªa, ser un equipo vitam¨ªnico. Es tan capaz de imponer un voltaje imposible para sus adversarios como de quedar en trance y dejarse ir. De todo tuvo ante el Sevilla, que le gobern¨® de entrada y se qued¨® a rebufo cuando el grupo de Pellegrini toc¨® la corneta. Pasivo al inicio, el Madrid recibi¨® un gol y no atisb¨® la pelota. Pero hay goles indigestos. Le ocurri¨® al conjunto andaluz, que con el paso del tiempo perdi¨® soltura, se encogi¨® y cav¨® la trinchera ante Palop. Todo un riesgo ante un equipo huracanado como el Madrid, que, a falta de arquitectos en el eje, se salta varios pasos para el asalto. Cuando sus l¨ªneas aprietan, en el ataque aumentan los decibelios. A la carrera, sin pausa, con empe?o, el equipo local logr¨® arrinconar al Sevilla, que pas¨® un calvario hasta el descanso, y un desgaste inquietante: Stankevicius, un lateral improvisado como central, y Drago, su auxiliar en la defensa, fueron sancionados muy pronto. Por delante de ambos, Fazio, caudillo del juego al inicio, cada vez recul¨® m¨¢s. Al fin y al cabo es un central, por mucho que Jim¨¦nez, el entrenador andaluz, le maquille en el medio.
REAL MADRID 3 - SEVILLA 2
Real Madrid: Casillas; Ramos, Albiol, Garay, Arbeloa (Van der Vaart, m. 54); Lass (Guti, m. 54), Xabi Alonso, Marcelo, Kaka (Ra¨²l, m. 74), Higua¨ªn y Cristiano. No utilizados: Dudek; Metzelder, Diarra y Granero.
Sevilla: Palop; Konko (Adriano, m. 20), Stankevicius, Dragutinovic, Navarro; Zokora, Fazio, Navas, Perotti, Capel (Kanout¨¦, m. 46); Negredo (Duscher, m. 74). No utilizados: Varas; Escude, Lolo y Acosta.
?rbitro: Iturralde Gonz¨¢lez. Mostr¨® amarilla a Dragutinovic, Garay, Arbeloa, Capel, Navarro, Kanout¨¦, Marcelo y Van der Vaart.
Goles: 0-1. M. 9. Xabi Alonso en propia puerta. 0-2. M. 52. Dragutinovic. 1-2. M. 59. Cristiano. 2-2. M. 63. Ramos. 3-2. M. 91. Van der Vaart.
Unos 80.000 espectadores en el Bernab¨¦u.
Con los cambios, el t¨¦cnico local comprob¨® que una v¨ªa m¨¢s sutil tambi¨¦n es eficaz
El gol de Xabi Alonso en propia puerta alert¨® al Madrid. Fue una jugada el¨¦ctrica, muy del Sevilla. Un aceler¨®n de Navas deriv¨® en un pase de ¨¦ste al otro extremo, donde apareci¨® otro jamaicano, Diego Capel, como una bala. Su centro al ¨¢rea fue atacado por Negredo, que lleg¨® como un molinillo junto a Alonso. ?ste se anticip¨® sin suerte, en mala direcci¨®n. Apenas 10 minutos despu¨¦s se lastim¨® Konko y entr¨® Adriano. Los dos episodios, el gol y la lesi¨®n, desenchufaron a los sevillistas. Ya no hubo pistas de Navas, Perotti y Capel, al que Jim¨¦nez relev¨® en el descanso, necesitado de un jugador como Kanout¨¨ que diera mayor templanza.
Pellegrini debi¨® rebobinar el martirio innecesario al que someti¨® a Marcelo en la derrota en el S¨¢nchez Pizju¨¢n, donde Navas le hizo un nudo toda la tarde. La vacuidad de Granero en las ¨²ltimas semanas tambi¨¦n contribuy¨® al regreso de Marcelo al medio campo. Guti y Van der Vaart, a la vista en el banquillo. Con Lass y Marcelo de escoltas de Alonso, no prevalece la imaginaci¨®n. Tampoco ayuda Kak¨¢, descosido todo el curso. Al Madrid le quedaba remangarse. Y lo hizo hasta que Drago no le dej¨® otra salida a Pellegrini. Sin cr¨¦ditos tras los arreones del primer tiempo, cuando Kak¨¢ e Higua¨ªn se quedaron a un palmo del gol, al alba del segundo tramo el Madrid se vio en la cuneta. Drago ejecut¨® una falta inocua desde medio campo. Un lanzamiento mal trenzado, por lo que Xabi Alonso se agach¨® para facilitar el tajo a Casillas. Fatal decisi¨®n, porque el amago despist¨® portero.
Ah¨ª empez¨® el verdadero partido para el Madrid, en doble desventaja a falta de poco m¨¢s de 40 minutos. La ansiedad dio paso al f¨²tbol. Hay a quien benefician las angustias. A Pellegrini, por ejemplo, que dio carrete de una tacada a Guti y Van der Vaart por Arbeloa y Lass. El resultado fue elocuente. El Madrid encontr¨® la pelota, adivin¨® espacios, tuvo otro comp¨¢s. Y todo sin perder voltios. Guti dio otro recital de los suyos, marca de la casa. Puro ingenio. Contagioso para el grupo y contaminante para el Sevilla. Con ¨¦l a la trompeta, el Madrid fue un vendaval. Dos remates a los postes de Higua¨ªn, otro del propio Guti, una remontada instant¨¢nea. El f¨²tbol hab¨ªa dado un paso al frente. Con Guti y Van der Vaart en escena, Jim¨¦nez se tap¨® m¨¢s. Duscher, un medio matraca, se sum¨® a los fogones de Fazio y Zokora.
En el tramo final el partido adquiri¨® una emotividad extraordinaria. Perotti dio alguna r¨¦plica a los constantes arrebatos del Madrid, que ahora ya ten¨ªa el mismo fuego que antes pero con otra sinfon¨ªa. Ramos y Marcelo por los costados eran un cicl¨®n; Higua¨ªn y Cristiano, adepto al juego gremial como pocas veces, ten¨ªan el mejor socio posible. Guti, en plenitud, ve lo que otros no ven, activa a cualquiera. A Kak¨¢ a¨²n no, hasta el punto de que Pellegrini, a la vista de su extrav¨ªo, orden¨® un cambio de gran calado pol¨ªtico: Ra¨²l por el brasile?o. En el ¨²ltimo lance, el Madrid tuvo remedio. Van der Vaart acert¨® y conquist¨® algo m¨¢s que el liderato. Comprob¨® cu¨¢l es la v¨ªa. Guti y Van der Vaart a punto estuvieron de llegar tarde. Pellegrini sabr¨¢ por qu¨¦. Guti, quiz¨¢ tambi¨¦n.
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