Y 70 a?os despu¨¦s, volvieron
Las familias de 15 presos muertos en un penal franquista reciben sus restos
A veces los descendientes ya han muerto. Otras, no hay dinero. Y en muchos casos, cuando finalmente se lleva a cabo una exhumaci¨®n, los huesos hallados en la fosa no corresponden a los familiares de los que le est¨¢n buscando, sino a los de otros. Por todo esto, el acto celebrado ayer en el Ateneo de Madrid para entregar a 15 familias los restos de los suyos fue algo extraordinario, que ha ocurrido muy pocas veces en los ¨²ltimos 70 a?os. "Querido abuelo, gracias por ser como fuiste, yo quisiera ser como t¨². Te llevamos con la abuela, tu esposa", anunci¨® Juli¨¢n de la Morena, nieto de una de las v¨ªctimas, al recoger, envuelto en la bandera republicana, una caja con sus restos.
En este caso, los asesinos no mataron a sus v¨ªctimas, todos presos del penal de Valdenoceda (Burgos), sino que las dejaron morir de hambre y fr¨ªo. "Aquello fue una prisi¨®n de exterminio adonde mandaban a los presos de otras c¨¢rceles a morir", describi¨® uno de los pocos supervivientes, Isaac Arenal, que ayer lloraba emocionado al entregar los restos de algunos de sus compa?eros a sus familiares.
Arenal cuenta que en el libro que escribi¨® sobre esta c¨¢rcel omiti¨® algunas de sus experiencias m¨¢s truculentas "porque nadie creer¨ªa que ocurrieron de verdad". Ayer, no quiso detenerse en "las cosas desagradables", como la mancha negra de chinches que hab¨ªa por el d¨ªa en el techo de sus celdas, pero s¨ª quiso recordar a los brigadistas internacionales: "El d¨ªa que los trajeron los colocaron en fila, desnudos, en el patio...".
Por el penal de Valdenoceda pasaron, entre 1938 y 1943, casi 6.000 personas. En el registro civil constan los nombres de 153 presos fallecidos. Aranzadi ha exhumado, desde 2007, los restos de 114. Los otros 39 est¨¢n sepultados bajo enterramientos posteriores, ya que el lugar en el que fueron inhumados fue adquirido en 1989 por la parroquia del pueblo para ampliar el cementerio. De esos 114, 16 han podido ser identificados por ADN, aunque la familia de David Ruiz no recogi¨® ayer sus restos porque una sepultura posterior ha impedido recuperarlos completamente.
Tambi¨¦n han sido identificados con estudios antropol¨®gicos otros diez presos, sin descendientes conocidos. Los responsables del penal obligaban a los reclusos a enterrar a sus compa?eros. Lo hicieron en cajas, a un metro de profundidad y con sus escasas pertenencias: un anillo, un l¨¢piz de carpintero, una goma de borrar... que ayer ense?¨® el antrop¨®logo forense Luis R¨ªos.
Tras recoger los restos, todos los familiares corr¨ªan a abrazarse al mismo hombre: Jos¨¦ Mar¨ªa Gonz¨¢lez, quien, en 1999, intentando cumplir el ¨²ltimo deseo de su padre, descubri¨® que su abuelo yac¨ªa con otros 150 compa?eros de prisi¨®n, en Valdenoceda y se puso a buscar a sus familias.
Hubo agradecimientos tambi¨¦n para el Gobierno y los ayuntamientos que han ayudado econ¨®micamente y un recuerdo constante al juez Garz¨®n.
"Todav¨ªa, ante el intento de hacer justicia a la historia, hay fuerzas que se oponen, como muestra la persecuci¨®n al juez Garz¨®n", lament¨® Carlos Par¨ªs, presidente del Ateneo.
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