Una competici¨®n a 300 km/h
La identidad y la lengua, la econom¨ªa, la bici o los Juegos: los alcaldes de Madrid y Barcelona analizan subidos en el AVE la distancia entre sus ciudades
Ocurre desde hace dos a?os. Centenares de port¨¢tiles, maletines e informes a subrayar viajan lanzados a 300 kil¨®metros por hora en los 56 AVE que unen los corazones de Madrid y Barcelona entre conversaciones telef¨®nicas de sus due?os, en castellano o catal¨¢n. Y cada vez son m¨¢s. El tren ha mordido al avi¨®n casi la mitad de los viajeros que se trasladan ahora entre las ciudades m¨¢s importantes de Espa?a.
En el convoy 03090 Barcelona-Madrid del viernes pasado, dos pasajeros conversan codo con codo. Se conocen y se respetan. Les gusta el AVE porque, viviendo y trabajando cada uno en su ciudad, se sienten m¨¢s cerca. Uno, el socialista Jordi Hereu, afronta la etapa m¨¢s complicada como regidor de Barcelona en su primera legislatura. Suspira porque "hubiese m¨¢s gallardones en el PP", mientras mira a su compa?ero de viaje, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, alcalde de Madrid, lanzado hacia su tercer mandato. EL PA?S ha reunido a ambos en el segundo aniversario del AVE y ha pasado revista a las dos ciudades. Primero un copioso desayuno en la Boquer¨ªa para romper el hielo, y despu¨¦s, ya sentados en un vag¨®n, dos horas y 45 minutos de debate.
Hereu: "Esto cambi¨® sistemas de vida: se vive en un sitio y se trabaja en otro"
Gallard¨®n: "Un fen¨®meno positivo de cooperaci¨®n ha sido CaixaForum"
Pregunta. ?Ha cambiado la relaci¨®n entre las dos ciudades con el tren de alta velocidad?
Jordi Hereu. Hay m¨¢s contactos, m¨¢s proximidad y m¨¢s oportunidades. El AVE es parte de la red que nos debe enlazar con Europa y con el Mediterr¨¢neo. Es m¨¢s que proximidad geogr¨¢fica. Se gana en tiempo y comodidad.
Alberto Ruiz-Gallard¨®n. Ha sido mucho m¨¢s que una alternativa al avi¨®n. Hoy hay m¨¢s intercambio entre las dos ciudades y es muy importante que llegue hasta Francia y de ah¨ª al resto de Europa. Ahora las distancias se miden en tiempo, no en kil¨®metros. Ahora nos conocemos mejor. La competitividad es sana y lo que hay que hacer es sumar.
J. H. Tambi¨¦n ha ayudado a romper ideas preestablecidas. Y cambiar sistemas de vida: se vive en un sitio y se trabaja en otro. Ahora hay que reforzar el eje del Mediterr¨¢neo y dar el impulso final hacia el resto de Europa. Entre Barcelona y Madrid, conocerse mejor romper¨¢ viejos t¨®picos, que no es poca cosa.
A. R.-G. Barcelona y Madrid se deben entender, compartir discurso cultural y experiencia. Una debe aprender de la otra, de aciertos y errores. No nos podemos refugiar en la rivalidad hist¨®rica, aunque eso pueda arrancar alg¨²n aplauso. El progreso de las dos ciudades beneficia al conjunto de Espa?a porque somos los grandes motores de la econom¨ªa y del discurso cultural y social.
P. ?Prima la competencia o la cooperaci¨®n?
J. H. Tiene que haber competencia y es imprescindible la cooperaci¨®n por ejemplo en todo lo relacionado con el conocimiento y lo que impulsa el di¨¢logo cultural. Hay que trabajarlo en red.
A. R.-G. Barcelona se construye de abajo arriba y Madrid de arriba abajo. Ah¨ª es la burgues¨ªa, en Madrid es la corte. Hubo miedo de que las autonom¨ªas acabaran con la capital y fue al contrario, se fortaleci¨® y aprendi¨®. Hay un ejemplo clar¨ªsimo: el Liceu y el Teatro Real. El Liceu lo construye la sociedad catalana y ahora el poder participa en ¨¦l. El Real lo cre¨® la corte y luego se fue acercando a la sociedad. Resultado hoy: la participaci¨®n y porcentaje de lo p¨²blico y la sociedad es muy similar. Uno de los fen¨®menos m¨¢s positivos de cooperaci¨®n cultural ha sido el CaixaForum en Madrid. Se ha convertido en la segunda instituci¨®n preferida por los madrile?os y eso significa que se han eliminado antiguas barreras artificiales, y lo m¨¢s importante: ha sido por impulso de la sociedad, no de las administraciones.
J . H. Hoy las dos ciudades son punta de lanza del nuevo modelo productivo. Nos complementamos.
S¨ª. Pero tambi¨¦n compiten. Y echando un vistazo a las cifras, Barcelona arrasa en aspectos como instalaciones culturales, la implantaci¨®n de la bicicleta, los polideportivos o el m¨²sculo comercial. La capital responde al desaf¨ªo con sus buenos datos econ¨®micos, sus kil¨®metros de metro, escuelas infantiles o capacidad hotelera.Barcelona y Madrid son puertas de entrada a mercados internacionales. Barcelona para los asi¨¢ticos y el sur de Europa y Madrid para el latinoamericano. P. ?Y d¨®nde est¨¢ la competitividad entonces?
J. H. Se compite en lo econ¨®mico, en captar inversi¨®n mundial. Tambi¨¦n en las ferias, aunque tal vez deber¨ªan complementarse. Madrid es gran centro financiero, mientras que Barcelona es m¨¢s ciudad de industria manufacturera. Y, claro, si una corporaci¨®n internacional se quiere establecer, los dos competiremos. Como en el f¨²tbol.
A. R. -G. A veces lo competitivo puede ser complementario. En Madrid hemos conseguido congresos muy importantes al sumar la posibilidad de pasar unos d¨ªas en Barcelona. Y tambi¨¦n puede ser al rev¨¦s. Gente que haya asistido al congreso del 3GSM y que en un d¨ªa viajara a Madrid para ver El Prado, por ejemplo.
J. H. Para m¨ª, como alcalde, es importante que el Estado establezca organismos en Barcelona y eso choca con la idea del centro que no quiere que nada se vaya a la periferia.
P. El turismo es una fuente de ingresos para las ciudades pero tiene efectos secundarios no deseables. ?C¨®mo se equilibra?
J. H. Trabajando la oferta. Hay que acotarla y desestacionalizarla y combatir lo que no interesa. La mitad de los turistas que vienen a Barcelona asisten a congresos y convenciones. La otra mitad es turismo urbano y tambi¨¦n de sol y playa. Hay que buscar el que m¨¢s aporta, no el parque tem¨¢tico.
A. R. -G. Madrid se ha especializado en turismo cultural, de negocios y ferias y congresos. Hace 20 a?os estaba muy lejos de atraer turismo pero se tomaron algunas decisiones estrat¨¦gicas, como el impulso de IFEMA. Luego hemos creado unas buenas infraestructuras.
P. Muchos residentes de Barcelona se quejan de esa masificaci¨®n de los visitantes.
A. R.-G. Los centros hist¨®ricos tienen que estar rehabitados, no solo rehabilitados. Nosotros queremos ciudades vividas, que est¨¦n habitadas, no s¨®lo renovar fachadas y aceras. El visitante tiene que saber que est¨¢ en un centro habitado.
J. H. La ciudad mixta es la garant¨ªa de que nadie se apropie del espacio, porque son los residentes los que la defienden.
P. Barcelona es la cuarta ciudad de negocios seg¨²n los r¨¢nquings y Madrid ha pasado del s¨¦ptimo al sexto puesto...
J. H. Eso quiere decir que estamos arriba... Espa?a es referencia en apuesta por el AVE. Otros grandes activos son las propias ciudades, que compiten con los referentes del mundo. Podemos estar orgullosos.
A. R.-G. El AVE, adem¨¢s, ha introducido el concepto de la excelencia en el transporte. No puedes ofrecer un mal transporte metropolitano si se tiene una buena red de alta velocidad.
J. H. Vosotros mejorasteis la red de transporte en los 90 y Barcelona lo est¨¢ haciendo en los 2000. P. ?Es ese un problema debido a la irregular financiaci¨®n?
A. R.-G. Las ciudades deben participar en los beneficios de las pol¨ªticas de inversi¨®n. Si una ciudad invierte en infraestructuras se genera m¨¢s actividad productiva. Ahora no hay retorno y s¨®lo se beneficia la comunidad aut¨®noma y el Estado.
J. H. La financiaci¨®n local es la asignatura pendiente de Espa?a. Ahora hace falta el pacto local. Las ciudades han cambiado el papel, antes ¨¦ramos solo prestadores de servicios, ahora no. No somos ni espectadores, ni escenarios, somos agentes activos.
P. Madrid ha optado por endeudarse enormemente, hasta 7.000 millones, para realizar sus proyectos. ?Es saludable para la ciudad? ?Barcelona podr¨ªa soportar ese nivel de endeudamiento?
A. R. -G. A Madrid no le supone ning¨²n problema, hay que verlo con su PIB: la deuda son los ingresos que tiene en un a?o. Ya le gustar¨ªa a la mayor¨ªa de familias.
J. H. Barcelona ha racionalizado el crecimiento de la deuda y en momentos de crisis podemos invertir.
P. Ambas ciudades han llegado a unas tasas de paro hist¨®ricas, Madrid de 14,1% y Barcelona de 15,2%. ?Qu¨¦ hacen ustedes para recuperar empleo?
A. R. -G. Invertir en infraestructuras, que es lo que te hace competitivo en comunicaci¨®n, informaci¨®n, mercanc¨ªas... Luego debemos facilitar la generaci¨®n de actividad, simplificando las ordenanzas y la mentalidad de la burocracia.
J. H. E incidir en los temas de formaci¨®n y educativos que pueden generar nuevos negocios: la capacidad de convertir una idea en un proyecto empresarial. No todos volver¨¢n a la construcci¨®n, una gran parte se tendr¨¢ que reciclar y reorientar hacia otros sectores. Se requiere formaci¨®n para reciclar a los parados y ayudar a emprendedores.
P. Hay una cierta percepci¨®n de que Madrid le ha arrebatado a Barcelona ese aura de modernidad. Que muchos creadores se han trasladado a Madrid y que lo cool ahora est¨¢ en la capital.
A. R. -G. Madrid lleg¨® m¨¢s tarde a unos lenguajes en relaci¨®n con la modernidad que Barcelona anticip¨®. Es verdad que Madrid se estanc¨® y se burocratiz¨® mucho. Pero hemos seguido esa senda que abri¨® Barcelona, no creo que ellos retrocedan.
J. H. Yo no estoy nada acomplejado por Madrid. Que avance, a m¨ª me impulsa. Adem¨¢s, Barcelona no se puede recluir en el t¨®pico de que fue capital del dise?o, porque seguimos apostando radicalmente por este sector. Pero vaya, esto de las tendencias...
P. En cambio, da la sensaci¨®n de que Barcelona ha trabajado el concepto de marca mucho mejor que Madrid.
A. R. -G. Barcelona tiene una proyecci¨®n extraordinaria y Madrid tiene una creatividad fant¨¢stica. Pero el hecho diferencial de Madrid es que no tiene hecho diferencial. Madrid es receptor de talentos de Espa?a y de cualquier parte del mundo. No es una marca, sino un espacio de oportunidades.
P. ?Y la lengua? ?Cuesta m¨¢s introducirse, personas y empresas, en Barcelona por la cuesti¨®n idiom¨¢tica y la personalidad catalana?
J. H. Tener personalidad es un gran activo en el mundo. Y en Barcelona se combina personalidad y cosmopolitismo. Son miles los estudiantes de Europa los que vienen a estudiar aqu¨ª. Y eso es porque Barcelona es el conatrapunto a una sociedad encerrada en s¨ª misma. La lengua no es el tema, aunque haya gente que lo quiera alimentar.
A. R. -G. Las ciudades tenemos que tener un discurso global. El talento no lo vamos a generar solo nosotros, tambi¨¦n lo vamos a recibir. Se puede originar en cualquier punto del mundo, pero solo se va a poder desarrollar en espacios locales.
J. H. Barcelona es la explicaci¨®n palpable de que no existe debate sobre esta cuesti¨®n [se nota que esta pol¨¦mica molesta a Hereu]. Es posible ser la capital de Catalu?a, de la cultura catalana y a la vez ser capital de la editorial en castellano en el mundo. Y a la vez ser referente del talento del mundo que viene a Barcelona. Hay la tendencia en pensar que uno tiene que renunciar a lo que es para poder expresarse de manera abierta al mundo. Y frente a t¨®picos con los que algunos hacen grandes teor¨ªas, que vengan a pasear conmigo por Barcelona. Aunque yo s¨¦ que Alberto es la ant¨ªtesis de los que lanzan estos t¨®picos en un cierto Madrid. No eres de mi partido, pero s¨¦ que siempre has defendido esto. Porque hay gente que vive de alimentar estos t¨®picos que dicen que en Catalu?a nos comemos con patatas a cierta gente que habla ciertas cosas...
P. ?A qui¨¦n se refiere?
J. H. Bueno, pues mira, a los representantes del unitarismo espa?ol, que creen que para defender un cierto proyecto hay que eliminar la diversidad.
P. Y en todo este asunto, ?c¨®mo casa que la Barcelona biling¨¹e diga que el catal¨¢n sea la ¨²nica lengua del Ayuntamiento? Y en el caso de Gallard¨®n, ?c¨®mo se entiende que comparta las siglas del partido con gente como la que citaban que alienta ciertas ideas contrarias a la pluralidad de Espa?a?
J. H. Nosotros tenemos una ley donde se especifica cu¨¢l es la lengua natural de Catalu?a, pero somos una comunidad biling¨¹e, donde todo el mundo tiene el derecho de utilizar ambas, y la obligaci¨®n de conocerlas. El derecho es el que supone el deber. No hay problema. Y no lo hay de manera cotidiana o normal. La fractura por lengua nunca existir¨¢.
A. R. -G. No hay que confundir las voces del PP, que es muy amplio, con voces de fuera del partido que dicen representar las esencias del PP. Lo que el partido quiere decir lo hace a trav¨¦s de sus ¨®rganos de direcci¨®n. Y el discurso con relaci¨®n a la lengua es el de nuestros compa?eros de Catalu?a.
J. H. Con toda sinceridad, ya me gustar¨ªa a m¨ª que en el PP hubiera m¨¢s gallardones. Me parecer¨ªa muy importante que el anticatalanismo no fuera moneda de cambio en la pol¨ªtica.
A. R. -G. Ese es un ejercicio de convicci¨®n y voluntad que he practicado siempre. Utilizar un anticatalanismo para ganar cr¨¦dito en Madrid es un error infinito. No s¨¦ si a unos d¨ªas de unas elecciones puede mover algunos sentimientos, pero se volver¨¢ en contra. Prefiero una Barcelona compitiendo con Madrid por el liderazgo que una que le da la espalda a Madrid y sea un alejamiento del proyecto compartido de Espa?a.
J. H. Pues a ver si influyes alg¨²n d¨ªa para retirar el recurso del Estatuto... es una petici¨®n que te hago si tienes influencia (se r¨ªen).
A. R. -G. Todo lo que sea saber que nos va a determinar la Consitituci¨®n, para los que somos constitucionalistas, lo tenemos que considerar muy positivo.
J. H. Pero t¨² ya sabes que no es as¨ª. [Se vuelve a re¨ªr]. Es un tema que aqu¨ª preocupa.
A. R. -G. No debe preocupar que sea la Constituci¨®n la que tenga la ¨²ltima palabra.
P. Madrid tom¨® la delantera en el metro (tiene 275 kil¨®metros frente a los 111 de Barcelona) y en el transporte p¨²blico, pero en la bicicleta parece que Barcelona lleva a?os de ventaja (la mitad de la poblaci¨®n se desplaza andando o en bici, frente a un 28% que lo hace en Madrid).
A. R. -G. S¨ª. Ellos lo han hecho antes y mejor, pero tienen dos ventajas: el clima y la orograf¨ªa. Barcelona es m¨¢s c¨®moda para ir en bici. No es lo mismo desplazarse por las grandes llanuras de Berl¨ªn, por ejemplo, que subir las siete colinas de Roma. Pero vamos a asistir en los pr¨®ximos 10 a?os a una gran revoluci¨®n de la movilidad. Es probable que acabemos prohibiendo los motores de combusti¨®n en el interior los espacios urbanos. Y no exagero. La UE nos forzar¨¢ a una dr¨¢stica reducci¨®n de la circulaci¨®n de autom¨®viles. O nos preparamos antes o podemos sufrir un colapso.
J. H. En Barcelona la movilidad es un pacto de ciudad. Aqu¨ª la mitad de los ciudadanos caminan o van en bicicleta. Y casi un 30% de ellos se mueve en transporte p¨²blico. La movilidad privada es escasamente un 25%. Hemos avanzado mucho en movilidad sostenible y segura. Pero hay grandes retos, porque, como dice Alberto, esto va a m¨¢s. La bicicleta ha irrumpido con fuerza en Barcelona, antes era de fin de semana y de militantes, pero con el bicing [servicio de pr¨¦stamo] ha superado la mayor¨ªa de edad.
Hace media hora que el tren ha dejado atr¨¢s Zaragoza, una ciudad donde Hereu tiene ahora pocos amigos. La candidatura que Barcelona ha presentado para los Juegos de Invierno de 2022 rivaliza con las aspiraciones de Jaca.
P. ?Por qu¨¦ ese empe?o en ambas ciudades por conseguir unos Juegos?
A. R. -G. Conseguirlos es magn¨ªfico, pero intentarlo ya es positivo. Madrid ha logrado una proyecci¨®n internacional muy importante que en t¨¦rminos presupuestarios no tendr¨ªamos ni en diez a?os. Igual que Barcelona nos ayud¨® de forma extraordinaria, Madrid apoyar¨¢ a quien resulte elegida de las dos candidatas espa?olas para los Juegos de Invierno.
J. H. Nuestra ciudad disfruta del deporte. Es una gran fuerza que nos ayuda a construir ciudad, y el olimpismo es su m¨¢xima expresi¨®n. Hay una Barcelona antes y despu¨¦s de sus Juegos. Al cabo de m¨¢s de 20 a?os, planteamos otro reto. Hay una dimensi¨®n desconocida de nuestra ciudad que es la que mira a los Pirineos. Y, por otro lado, que Madrid lo vuelva a intentar lanza un mensaje muy positivo al olimpismo. Cuando grandes ciudades apuestan por un tema, es un halago para ellos.
P. Parece dif¨ªcil que puedan salir Madrid y Barcelona para ambos Juegos...
A. R.-G. Pero favorece a la otra ciudad. Los miembros del COI est¨¢n fascinados de la ilusi¨®n que hay en Espa?a. Aunque creo que hay un l¨ªmite para intentarlo. A Madrid le queda una bala, y hay que acertar en la fecha que elija. Hay que saber con qui¨¦n competir¨ªamos, porque sigue habiendo un espacio pendiente del mundo para celebrar unos Juegos en ?frica.
J. H. Unos Juegos te ayudan a reforzar la econom¨ªa, la conectividad o la cohesi¨®n social. Las ciudades tienen que arriesgar, y en el caso de los Pirineos, es una oportunidad hist¨®rica. 700.000 catalanes practican deportes de invierno.
A. R.-G. Por cierto, mira, eso es la Caja M¨¢gica, de Dominique Perrault. [Gallard¨®n se?ala por la ventanilla cuando el tren est¨¢ a punto de llegar].
J. H. Ahora le tienes que dar uso... (se r¨ªe).
A. R.-G. Mira qu¨¦ dise?o (Gallard¨®n vuelve a se?alar por la ventanilla), esa escultura es la Dama del Manzanares, de Manolo Vald¨¦s... Bueno, ?y ahora qu¨¦?...
J. H. Pues yo voy a comer.
A. R.-G. ?M¨¢s?
Con la colaboraci¨®n de Ana Alfageme y Oriol G¨¹ell.
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