Culpables del mal tiempo
El domingo por la tarde, a ¨²ltima hora, un choque m¨²ltiple en la autopista AP-2 produjo un colapso en la circulaci¨®n que cost¨® horas desatascar. El lunes, una nevada m¨¢s fuerte de lo habitual en las zonas no monta?osas del pa¨ªs caus¨® un enorme caos en las carreteras y los transportes. El servicio meteorol¨®gico hab¨ªa anunciado el s¨¢bado a las 14.00 horas un episodio de fr¨ªo, nieve en cotas bajas, temporal en el mar y una fuerte bajada de las temperaturas en toda Catalu?a que se iniciar¨ªa el domingo por la tarde y seguir¨ªa el lunes. El lunes por la ma?ana se paraliz¨® ya el transporte escolar en numerosas comarcas.
Los automovilistas que el domingo hab¨ªan pagado, o iban a pagar, su peaje en la autopista mojada por un tipo de lluvia que facilita los accidentes, soportaron estoicamente el largo par¨®n sin recurrir al claxon y, efectivamente, pagaron su peaje en Martorell. Ayer al mediod¨ªa, la televisi¨®n de la Generalitat mostr¨® a unos cuantos conductores de turismos y de camiones indignados y quejosos porque no se les dejaba circular en ciertas rutas y porque no dispon¨ªan de informaci¨®n. Despu¨¦s de las quejas, el mismo programa informativo transmiti¨® tambi¨¦n unas breves im¨¢genes del secretario de Interior pidiendo a la ciudadan¨ªa que se abstuviera de circular en autom¨®vil porque la fuerte nevada hab¨ªa obligado a cerrar numerosas carreteras y advirtiendo de que no se desarrollara actividad de ning¨²n tipo en la l¨ªnea de costa, donde el temporal pod¨ªa ser muy peligroso para las personas que se acercaran al mar.
"Soportamos mal la incertidumbre y que los imprevistos modifiquen nuestras rutinas. Y siempre buscamos culpables"
Como es bastante comprensible, no todo el mundo anda pendiente de los partes meteorol¨®gicos, pegado a las emisoras de radio para conocer los avisos de la Administraci¨®n, ni ve siempre los noticiarios de la televisi¨®n. Y, adem¨¢s, muchas personas que s¨ª los han o¨ªdo y visto, creen que a ellos no les pasar¨¢ ahora lo que a otros les pasa en otros sitios y en otras ocasiones. Casi nadie piensa que la nieve puede llegar a inutilizar las rondas de Barcelona, por ejemplo. En Barcelona nieva poco y cuando nieva no cuaja. Esto se sabe de sobra. Tanto como otra verdad del mismo calibre: estas verdades lo son hasta que un d¨ªa dejan de serlo.
Para muchos ciudadanos ese d¨ªa indignante y sorprendente fue ayer. La nieve les paraliz¨® en los sitios m¨¢s inc¨®modos. Lo pasaron mal. Fr¨ªo y hambre en desapacibles condiciones. La culpa, naturalmente, es del Gobierno. Y si se paraliza el tr¨¢fico en las rondas de Barcelona, la culpa es del alcalde. Ya se sabe: "Piove, porco goberno!".
Cuando por la raz¨®n que sea el caos llega, ya sea por el agua, la nieve, el calor, el fr¨ªo, un corte de energ¨ªa, la tarea del gobernante es resolverlo, recuperar el orden, la normalidad. Pero esto no va a impedir, por supuesto, que se le acuse de no haber impedido la llegada del caos.
Los automovilistas que sufrieron el colapso en la AP-2 la tarde del domingo pagaron sin rechistar al llegar al peaje de Martorell. Hasta ah¨ª, vale. Pero lo que pase de ah¨ª, no.
Sin embargo, hoy habr¨¢ quienes exijan responsabilidades al Gobierno por las consecuencias de la gran nevada. Vivimos una cultura parad¨®jica. Por un lado, toleramos mal que los poderes p¨²blicos se inmiscuyan en la vida de los ciudadanos mediante regulaciones, como las restricciones a la velocidad de circulaci¨®n, el acceso a determinadas rutas, a zonas protegidas, etc¨¦tera, pero, al mismo tiempo, pedimos, y exigimos de esos mismos poderes que lo tengan todo siempre absolutamente controlado, incluso aquello que es tan dif¨ªcilmente previsible como si una nevada va a alcanzar los 10 o los 30 cent¨ªmetros de grosor.
Soportamos mal la incertidumbre y que los imprevistos modifiquen nuestras rutinas. Y en todo siempre buscamos culpables.
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