Varas de medir
Willy Toledo ha denunciado recientemente el linchamiento medi¨¢tico al que ha sido sometido por afirmar que Orlando Zapata, fallecido en una c¨¢rcel cubana tras permanecer m¨¢s de 80 d¨ªas en huelga de hambre, "era un delincuente com¨²n"; lo que diferenciar¨ªa su caso del de Aminatu Haidar, la activista saharaui que tambi¨¦n afront¨® una larga protesta sin ingerir alimentos, ante la negativa marroqu¨ª a dejarle regresar a su pa¨ªs.
Aunque sea de forma indirecta, la pol¨¦mica surgida en torno al actor madrile?o ha puesto sobre la mesa la cuesti¨®n de si toda persona dispuesta a realizar una huelga de hambre debe merecer un elemental respeto, con independencia de los motivos que le impulsen a ello. ?Es m¨¢s importante que un preso pol¨ªtico muera por no alimentarse a que lo haga un "delincuente com¨²n"? ?Y si el difunto es un pederasta, un violador o un sanguinario terrorista? ?Est¨¢ entonces justificado que se le permita agonizar de inanici¨®n?
En La paciente impaciencia, Tom¨¢s Borge recuerda que la huelga de hambre es el recurso de quien no tiene otro medio para rebelarse ante una situaci¨®n que considera injusta. De hecho, el futuro ministro del Interior sandinista, llev¨® a cabo un prolongado ayuno cuando se encontraba cautivo en las c¨¢rceles del dictador nicarag¨¹ense Anastasio Somoza.
Probablemente, el que Cuba no sea una democracia ha ayudado a aumentar la resonancia del caso Zapata. Sin embargo, tambi¨¦n estados donde impera el pluralismo pol¨ªtico han asistido a la muerte de sus presos tras este tipo de protestas. En 1981, bajo el mandato de Margaret Thatcher, diez reclusos del IRA perec¨ªan en las prisiones brit¨¢nicas por negarse a comer. En Espa?a, ese mismo a?o perd¨ªa la vida, por id¨¦ntico motivo, el vizca¨ªno Juan Jos¨¦ Crespo Galende, miembro del PCE(r).
Y es que es habitual que ante este tipo de lucha se utilicen diversas varas de medir. As¨ª, el PP se apresur¨® a condenar la muerte de Zapata, pero uno de sus dirigentes en el Pa¨ªs Vasco no ten¨ªa inconveniente en afirmar el pasado enero que si los presos de ETA en huelga de hambre "llegaban hasta el final", Euskadi tendr¨ªa "un problema menos". Precisamente, Arnaldo Otegi ayunaba durante el juicio tras el que acaba de ser condenado a dos a?os de c¨¢rcel por enaltecimiento del terrorismo. Cuando, ante tal circunstancia, su abogada pidi¨® permiso a la presidenta del tribunal para dar al acusado una botella de agua, ?ngela Murillo, con su gracejo caracter¨ªstico, le contest¨® con una frase que ya se ha hecho c¨¦lebre: "Por m¨ª, como si bebe vino".
Con semejantes antecedentes, es normal que Willy Toledo se haya sentido agredido por los medios de comunicaci¨®n. Ahora bien, resulta dif¨ªcilmente defendible que desde una posici¨®n de izquierdas se pretenda diferenciar el sufrimiento de quien afronta "el ¨²ltimo recurso" que supone una huelga de hambre en funci¨®n de la filiaci¨®n pol¨ªtica de su protagonista.
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