La ca¨ªda de las torres se produjo por el 'efecto l¨¢tigo'

El n¨²mero de torres de alta tensi¨®n ca¨ªdas, 33, ha propiciado una reflexi¨®n sobre si son las instalaciones adecuadas. Lo son al menos desde la normativa actual. Lo que ocurre es que no est¨¢n pensadas para una acumulaci¨®n simult¨¢nea de nieve y vendaval, que muy dif¨ªcilmente coinciden.

Josep Maria Rovira, vicedecano del Col¡¤legi d'Enginyers Industrials, explica que se produjeron dos circunstancias simult¨¢neas: la acumulaci¨®n de nieve sobre los cables, que va formando una especie de manga en su entorno que incrementa el peso. Se produce, dijo, tanto por nieve como por escarcha, lo que hace que se altere la resistencia al aire y acaben por romperse.

Cuando se rompe un cable, se produce el efecto l¨¢tigo. El cable no cae sin m¨¢s al suelo, sino que azota toda la instalaci¨®n con fuerza, lo que produce nuevas roturas. Y el efecto se propaga de una torre a otra, rompi¨¦ndose casi de forma simult¨¢nea los conductores y las torres en cascada.

Cada torre dista de su compa?era unos 330 metros de media, de modo que las 33 ca¨ªdas esta semana hacen que se hayan roto unos 10 kil¨®metros de conducci¨®n. Situaciones similares se han dado en el pasado. En 1985 se produjo tambi¨¦n en Girona, "una zona con suministro al l¨ªmite de su capacidad", dice Rovira, y poco tiempo despu¨¦s, cerca de Vic. Tambi¨¦n se ha producido al otro lado de la frontera por causas similares.