"En Irak debemos separar la pol¨ªtica de la religi¨®n"
"Parece claro que las listas de Al Maliki y Allawi van en cabeza, pero a¨²n puede cambiar", responde prudente Wijdan Mijail Salim, ministra iraqu¨ª de Derechos Humanos y candidata en las elecciones del pasado domingo en la lista del primero. Sin embargo, no tiene empacho en respaldar una coalici¨®n entre ambos que ella misma califica de "dif¨ªcil". "Ser¨ªa bueno para Irak porque el Estado de la Ley
[del primer ministro, Nuri al Maliki] quiere cambiar hacia una pol¨ªtica separada de la religi¨®n y eso es justo lo que propone Iraqiya . Adem¨¢s, permitir¨ªa que m¨¢s iraqu¨ªes se sintieran identificados [con el nuevo Gobierno]", argumenta esta ingeniera en v¨ªsperas del anuncio de los resultados provisionales.
"Nuestra sociedad no va a aceptar a los homosexuales como colectivo"
Salim, defensora militante de la separaci¨®n entre Estado y religi¨®n, es un ejemplo de la fluidez de la pol¨ªtica en Irak. En 2005 se present¨® en la lista no confesional de Allawi. En mayo de 2006 acept¨® formar parte en el Gobierno (confesional) de Al Maliki, en cuya coalici¨®n ha concurrido a las ¨²ltimas elecciones. "El primer ministro est¨¢ tratando de desligar pol¨ªtica y religi¨®n, y estoy con ¨¦l en ese intento", justifica esta mujer, una de las cuatro que se sienta en el Consejo de Ministros y la ¨²nica cristiana en toda la mesa.
Su cartera, considerada menor, ten¨ªa una enorme tarea por delante y a¨²n hoy reconoce que queda mucho por hacer. "En 2009 hemos observado un aumento de la violaci¨®n de los derechos humanos", admite con franqueza cuando se le menciona el ¨²ltimo, y preocupante, informe de Amnist¨ªa Internacional. "De las denuncias de tortura que recibimos pasamos 530 al fiscal, quien elev¨® casi la mitad de ellas a los tribunales". La ministra se?ala no obstante que, adem¨¢s de los problemas de saturaci¨®n de las c¨¢rceles, "a principios del a?o pasado hubo una intensificaci¨®n de los ataques contra las fuerzas de seguridad y eso en cualquier pa¨ªs se traduce en una actitud m¨¢s dura de la polic¨ªa".
"En estos cuatro a?os hemos establecido las instituciones encargadas de proteger los derechos humanos, este ministerio, nuestros equipos de investigadores, oficinas en todas las provincias y departamentos en otros ministerios", se?ala, sabedora de que es s¨®lo el principio. El a?o pasado Irak firm¨® la Convenci¨®n contra la Tortura y firm¨® acuerdos con la Cruz Roja y la ONU para que visiten sus c¨¢rceles. Este a?o acaban de dar acceso a las ONG. "Es algo nuevo para Irak, pero estamos abiertos para que vengan, vean y nos ayuden a mejorar", resume.
Sin embargo, hay un tema en el que parece dif¨ªcil que Irak vaya a escuchar a sus aliados occidentales. El a?o pasado el pa¨ªs vivi¨® una campa?a de intimidaci¨®n, agresiones e incluso asesinatos de homosexuales. Cuando se le pregunta a la ministra qu¨¦ tiene que cambiar para que los iraqu¨ªes acepten a ese colectivo, su rostro se ensombrece. "Nuestra sociedad no va a aceptar algo as¨ª. Ahora bien, la ley no acepta el asesinato. As¨ª que si alguien comete un crimen, vamos a perseguirlo como tal", responde.
Su defensa del trabajo realizado no le impide ser cr¨ªtica con los muchos retos que a¨²n tiene pendientes. Mientras la violencia pol¨ªtica se ha reducido en la mayor¨ªa del pa¨ªs, est¨¢ aumentando en las dos provincias cuyo control se disputan ¨¢rabes y kurdos, N¨ªnive y Kirkuk, y est¨¢ afectando sobre todo a las minor¨ªas. En las semanas previas a las elecciones al menos ocho cristianos fueron asesinados en Mosul, la capital de N¨ªnive.
Tampoco tiene reparos en mostrarse cr¨ªtica con la reciente actuaci¨®n de la Comisi¨®n de Justicia y Responsabilidad que en v¨ªsperas electorales vet¨® la participaci¨®n de cerca de 500 candidatos a los que acusa de haber colaborado con el Partido Baaz de Sadam Husein, ya la que el primer ministro dio su visto bueno. "Algunos afectados llevaban tiempo en pol¨ªtica ?por qu¨¦ se les veta justo ahora?", se pregunta.
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