La brillantez de los otros arquitectos
Una muestra expone la excelencia de los profesionales de los a?os cincuenta
No eran los arquitectos m¨¢s conocidos y tampoco lo pretend¨ªan. Sobre los maestros de la d¨¦cada de los cincuenta no hab¨ªa dudas: S¨¢enz de Oiza, Javier Carvajal, Fisac, Alejandro de la Sota... Pero en la segunda fila, desde un anonimato casi premeditado, muchos otros realizaron obras brillantes que dan una idea de la excelencia de la arquitectura espa?ola de esos duros a?os, en un pa¨ªs que acababa de dejar atr¨¢s un conflicto b¨¦lico, la Guerra Civil y se resent¨ªa tras la II Guerra Mundial. La exposici¨®n Los brillantes 50 -hasta el 18 de abril en la sala Arquer¨ªa de Nuevos Ministerios- rinde homenaje a nombres como Luis Cubillo, Rafael de la Hoz, Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa de Paredes, Ram¨®n V¨¢zquez Molez¨²n o C¨¦sar Ortiz-Echag¨¹e, adem¨¢s de Rafael Echaide.
La vivienda y la sensibilidad social eran las grandes preocupaciones
Despu¨¦s de un ayuno de dos d¨¦cadas sin construir, estos arquitectos se lanzaron con vehemencia y optimismo ante la precariedad y la necesidad de viviendas, un af¨¢n que dio lugar a una arquitectura vibrante que miraba hacia adelante con entusiasmo. Su legado est¨¢ repartido por Andaluc¨ªa, Arag¨®n, Levante, Castilla o Navarra, lo que demuestra que la arquitectura espa?ola no s¨®lo es la de Madrid y Barcelona. Ni tampoco la de sus arquitectos. Estos secundarios constru¨ªan casi socializadamente, dejando de lado la autor¨ªa. Sus preocupaciones eran m¨¢s prosaicas: resolver problemas. "Todos participaban de dos caracter¨ªsticas: gran sensibilidad por la cuesti¨®n social y por el problema de la vivienda, a la que se entregaron de forma entusiasta con las limitaciones de la falta de medios econ¨®micos y t¨¦cnicos", explica el comisario, Jos¨¦ Manuel Pozo, profesor en la Escuela de Arquitectura de Navarra.
De los 35 proyectos que se exponen destaca, en el ¨¢mbito de la vivienda, el conjunto de De la Hoz en Montilla (C¨®rdoba), que supon¨ªa un avance notable en cuanto al espacio m¨ªnimo necesario y el aprovechamiento de la superficie. Incorporar nuevos materiales (uralita, chapa) fue otro rasgo de estos arquitectos, as¨ª como industrializar los procesos constructivos para abaratar costes y que el beneficio de las nuevas formas arquitect¨®nicas llegase a todos los estratos sociales. El resultado es un momento quiz¨¢s "irrepetible", seg¨²n Pozo, en la historia de la arquitectura espa?ola.
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