Un infinito pante¨®n de las letras

Jos¨¦ Carlos Mainer (Zaragoza, 1944) se siente "ins¨®litamente vac¨ªo" por vez primera en su vida. Catedr¨¢tico de Historia de la Literatura en la Universidad de Zaragoza, el gran especialista en la Edad de Plata espa?ola, considerado pionero de la historia de la literatura como historia cultural, se siente as¨ª porque, lector voraz y trabajador incansable, tras casi tres a?os se acaba de liberar de la direcci¨®n de un monstruo de 6.500 p¨¢ginas. Son las que conforman la Historia de la Literatura Espa?ola que lanza Cr¨ªtica, obra que se ha estrenado con el sexto volumen, Modernidad y nacionalismo 1900-1939, 828 p¨¢ginas que firma el propio Mainer.

La empresa est¨¢ llamada a ser un hito en la filolog¨ªa espa?ola. Hace tres d¨¦cadas que no se publica una obra de estas caracter¨ªsticas, desde que en 1979 Ariel decidiera editar una Historia de la Literatura Espa?ola dirigida por hispanistas ingleses y cuyo volumen destinado al siglo XX revis¨® ya el propio Mainer. Entre otros m¨¢s de por medio, el ¨²ltimo gran intento fue en Espasa en 1998, con el hoy presidente de la RAE V¨ªctor Garc¨ªa de la Concha, ambiciosa obra de la que s¨®lo aparecieron cuatro tomos.

La obra se abre con el tomo 'Modernidad y nacionalismo. 1900-1939'

Hace tres d¨¦cadas que no se publicaba un trabajo de estas caracter¨ªsticas

"La literatura tiene que ver con otras artes, por eso cito a Goya o El Greco"

El autor ve su estudio como un canto del cisne de la edici¨®n en papel

"Que hasta ahora no haya salido otra responde s¨®lo a un tema comercial: al calor de los cambios pol¨ªticos de los se quiso orear el panorama y el mercado casi se satur¨®; desde entonces, una excelente producci¨®n de estudios filol¨®gicos permite una masa cr¨ªtica que justifica que se revise a partir de una historia literaria", expone Mainer como muestra, una vez m¨¢s, de su capacidad de leer en clave de historia cultural.

Otro elemento diferenciador es la estructura que tendr¨¢ la Historia..., que arranca con la Edad Media y sigue con sendos vol¨²menes para los siglos XVI a XIX. El XX, iniciado por Mainer, lo completar¨¢ uno que llegar¨¢ hasta 2009, el m¨¢s delicado. As¨ª, cada tomo tendr¨¢ cuatro bloques: el primero, una especie de pensamiento literario del momento, al que seguir¨¢n aspectos de la industria cultural, el patrimonio literario (fij¨¢ndose m¨¢s en los textos que los autores) y un cuarto titulado Textos de apoyo. Ese y el primero, iconoclastas en una obra as¨ª.

"He pedido que cada tomo arranque con un interrogante sobre el campo literario, entendido a partir del concepto de Pierre Bordieu, mientras deb¨ªan acabar no tanto con la cl¨¢sica antolog¨ªa de textos sino con documentos de historia literaria, como opiniones de un autor o entrevistas".

Coherente con su manera de ser que le impide moralmente tener disc¨ªpulos ("porque conlleva que uno sea maestro"), Mainer ha sido generoso tanto en la elecci¨®n de sus colaboradores como en el supuesto canon que acaba imponiendo toda obra de esta ¨ªndole. "Entre los autores no est¨¢n quiz¨¢ los m¨¢s previsibles pero he buscado gente que, por trayectoria acad¨¦mica y obra publicada, entendiera una historia de la literatura con escas¨ªsimas notas, bibliograf¨ªa capital asumida y capaces de escribir un ensayo de alta divulgaci¨®n; es la ¨²nica manera que esta obra no se fosilice en poco tiempo", justifica.

Sobre el canon, enumera ufano: "la literatura siempre tiene que ver con otras artes, por eso, en mi caso cito generosamente a El Greco y a Goya, o me permito resaltar la figura de Mar¨ªa Guerrero o incorporar ausencias injustificables como el Joan Maragall articulista en castellano o el Eugeni d'Ors del Glosario, mucho m¨¢s divertido que Ortega y Gasset". Los periodistas Corpus Bargas y C¨¦sar Gonz¨¢lez Ruano, el novelista Benjam¨ªn Jarn¨¦s, el tapado de la Generaci¨®n del 27 Alonso Quesada, Gabriel Mir¨® y hasta un engarce in¨¦dito entre el P¨ªo Baroja y el Antonio Machado de los a?os veinte como "los dos grandes nihilistas de esa d¨¦cada" son algunas de las aportaciones de su volumen.

Si bien se citan autores catalanes, gallegos y vascos, sus literaturas no est¨¢n inseridas en cada tomo.

En uno de los dos tomos transversales que tendr¨¢ la obra, dedicada a El lugar de la literatura espa?ola, estar¨¢n, seg¨²n el autor, "las influencias mutuas entre la literatura espa?ola con el resto de las letras peninsulares, las relaciones con una literatura europea cuya noci¨®n ning¨²n pa¨ªs ha inventado y, claro, con la literatura hispanoamericana, con una etapa de literatura colonial, un siglo XIX com¨²n y un XX con su emancipaci¨®n y desde el que nos dictan las pautas". ?Y eso? "Hasta los a?os sesenta hab¨ªa una unidad de mercado hoy del todo inexistente, una divisi¨®n que oculta una ret¨®rica que se mantiene pero que aguantar¨¢ lo que aguantar¨¢".

Por alg¨²n jir¨®n entrevisto al final del pr¨®logo general, se intuye que esta obra puede ser un punto final en la trayectoria intelectual de Mainer. "Lo que est¨¢ claro es que no escribir¨¦ ya m¨¢s sobre la Edad de Plata ni una obra de tanto empe?o". Y tambi¨¦n est¨¢ convencido de que es un canto del cisne del sector editorial en papel: "Una obra de tal envergadura es muy cara y dificultosa; pero le garantizo que no hay nada para leer como el papel y el formato p¨¢gina". Vendr¨¢n, pues, otras historias de quiz¨¢ otras literaturas.