Cumplea?os feliz
Hasta donde uno llega a entender, un Xacobeo es una celebraci¨®n. Los gallegos celebramos otras muchas cosas y eso es una buena costumbre. Mientras tengamos cosas que celebrar, al menos ahogamos nuestras penas en papatorias bien regadas. Lo que pasa es que el Xacobeo utiliza mayoritariamente eventos culturales por aquello del qu¨¦ dir¨¢n. Eso tambi¨¦n est¨¢ muy bien pero este A?o Santo se resiste a dejarse ver en eventos mayoritarios de altos vuelos. Tampoco es cuesti¨®n de despilfarrar y siempre ser¨¢ mejor repartir el presupuesto entre acontecimientos m¨¢s accesibles y m¨¢s interesantes. A¨²n as¨ª, las quejas por la ausencia de tremendos pifostios se centran en la escasa respuesta que este Xacobeo puede tener en el exterior y lo que tal cosa puede repercutir en el gremio de hosteler¨ªa, por ejemplo.
La cultura se acercar¨ªa a la calle si los artistas acuden subvencionados a bodas o bautizos
Hace unos d¨ªas, unos amigos preparaban una fiesta sorpresa de cumplea?os para otros dos que en 2010 hacen n¨²meros redondos. Vieron c¨®mo la fiesta se les iba de presupuesto y decidieron comunic¨¢rselo a los homenajeados para que tambi¨¦n contribuyesen a la cuchipanda y as¨ª no quedarse sin juerga. Con la lista de invitados rondando las 60 personas y aumentando, la desilusi¨®n hizo mella entre ellos: no est¨¢n los tiempos para gastarse el past¨®n que supon¨ªa ese ba?o de multitudes. Entonces surgi¨® la idea. ?Por qu¨¦ no invitar a unos cuantos artistas a la fiesta? No s¨¦, alg¨²n escritor, alg¨²n pintor, alg¨²n m¨²sico (todo el mundo tiene alg¨²n amigo, o amigo de alg¨²n amigo, que se dedica a esas cosas) y as¨ª convertir el fiest¨®n en un evento cultural subvencionable. Y qu¨¦ mejor subvenci¨®n que la que pueda venir de este Xacobeo que no acaba de calar entre la poblaci¨®n. Todo el mundo saldr¨ªa ganando. Evidentemente, los de la fiesta en cuesti¨®n, pero tambi¨¦n el restaurante en el que pensaban encargar la merendola, la imprenta en la que se har¨ªan las invitaciones, el supermercado que les vendiera las bebidas y otras muchas empresas subsidiarias. La presencia de artistas meter¨ªa de lleno el jolgorio dentro de los eventos culturales porque se podr¨ªan colgar algunos cuadros, leer algunos poemas o cantar alguna canci¨®n que no fuese solamente porque es un muchacho excelente.
La idea no deber¨ªa caer en saco roto ya que hay m¨¢s cosas que cumplea?os en el calendario. La cultura gallega se acercar¨ªa m¨¢s a la calle si este a?o los artistas acuden subvencionados a primeras comuniones, bodas, bautizos o simples reuniones de antiguos alumnos. Y no solamente artistas. ?Qu¨¦ mejor que unos cuantos fil¨®sofos en medio de una romer¨ªa al aire libre? Si hace buen tiempo, se puede recuperar el esp¨ªritu de los fil¨®sofos griegos paseando por Atenas y dando la chapa al vulgo con tanta sabidur¨ªa. Porque de eso se trata, de acercar la sabidur¨ªa al pueblo llev¨¢ndola a las puertas de las casas como si de un servicio de pizzas se tratase. Con los artistas un poco m¨¢s a la cabeza, detr¨¢s ir¨ªan los antes citados fil¨®sofos adem¨¢s de cient¨ªficos, economistas, juristas o ciudadanos m¨¢s de a pie con una conversaci¨®n amena e interesante. Los invitados a ese cumplea?os estar¨ªan bien atentos a discursos, debates o recitales, sabedores de que si el sarao pierde su car¨¢cter cultural, perder¨ªa tambi¨¦n la subvenci¨®n y no habr¨ªa manera humana de llevarlo adelante. En una especie de sistema retroalimentado, podr¨ªamos prescindir de las cifras m¨ªnimas de visitantes con las que cada Xacobeo tiene que contar para resultar rentable. Hay que evitar abusos, eso s¨ª, pero se puede articular una sencilla estrategia: a los pocos d¨ªas de la celebraci¨®n se publican las conversaciones, los poemas escritos para la ocasi¨®n, discos con las canciones, serigraf¨ªas personalizadas y todo tipo de informaci¨®n que, una vez colgada en Internet, llegar¨ªa a much¨ªsima m¨¢s gente y nos dar¨ªa un cach¨¦ de pueblo culto y refinado. Todo puede tener un barniz: pi¨¦nsese en el partido de f¨²tbol entre fil¨®sofos alemanes y griegos de Monty Python, por ejemplo. Y de cada reuni¨®n podr¨ªan salir peque?as obras maestras de la cultura que engrosen nuestras bibliotecas, fonotecas y museos. Hac¨ªan falta contenidos y los ten¨ªamos delante de las narices.
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