M¨¢s poblaci¨®n, peores cuentas
Los vecinos de Navalcarnero se han acostumbrado en pocos a?os a convivir en un paisaje salpicado de gr¨²as. A ver crecer urbanizaciones enteras de la nada. "Es uno de los municipios madrile?os que m¨¢s ha crecido en los ¨²ltimos a?os", reconoce la concejal de Hacienda, Mar¨ªa Jes¨²s Neira (PP). El pueblo tiene 24.000 habitantes. No es muy populoso pero est¨¢n previstas viviendas para duplicar la poblaci¨®n en poco tiempo.
Tras el pinchazo inmobiliario, Navalcarnero ha sufrido un frenazo que lo ha convertido en una de los municipios con la deuda per c¨¢pita m¨¢s altas de Espa?a. Cada vecino debe 2.090 euros. Las cuentas est¨¢n descuadradas y los ingresos se han desplomado. "Hemos tenido que renegociar los contratos de los servicios p¨²blicos, recortar las horas extraordinarias, ampliar el plazo de pago a proveedores. ?Cu¨¢nto?... bueno, m¨¢s de lo que quisi¨¦ramos", responde Neira. "Tenemos un problema de liquidez" admite.
La deuda asciende a 50 millones con un presupuesto, prorrogado durante los dos ¨²ltimos a?os, de 35 millones. Tal es el endeudamiento que el Ministerio de Econom¨ªa les ha obligado a elaborar un plan de viabilidad, que tutela peri¨®dicamente.
Uno de los afectados de esta fam¨¦lica situaci¨®n de las cuentas p¨²blicas ha sido el padre ?ngel. La organizaci¨®n que dirige, Mensajeros de la paz, gestionaba, mediante concesi¨®n municipal, una residencia de mayores en el pueblo. El Ayuntamiento aplaz¨® durante 14 meses el pago de 1,3 millones de euros hasta que la situaci¨®n sali¨® en los medios. Para entonces la situaci¨®n se hab¨ªa envenenado tanto que el alcalde del municipio, Baltasar Santos, decidi¨® suspender la concesi¨®n.
Navalcarnero podr¨ªa representar el papel de la vida alegre en la f¨¢bula de la cigarra y hormiga. Ha vivido con excesos la ¨¦poca de bonanza econ¨®mica. En 2006, el Ayuntamiento intent¨® cambiar su plan urban¨ªstico, aprobado s¨®lo cuatro a?os antes, para construir 12.000 viviendas. Antes de contar con el visto bueno del Gobierno regional vendi¨® los aprovechamientos urban¨ªsticos de los terrenos que iba a recalificar. El consistorio ingres¨® m¨¢s de 150 millones de grandes constructoras y se los gast¨® sin que ni siquiera se comenzara a construir. Ahora el t¨¦rmino est¨¢ repleto de parcelas a medio construir. Y con un problema: los ingresos de la actividad inmobiliaria se han desplomado m¨¢s de un 20%, seg¨²n el edil socialista, Juan Francisco Garc¨ªa.
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