Ayuntamientos al borde del colapso
Centenares de municipios se enfrentan a una crisis fiscal y han iniciado ya un severo ajuste que incluye despidos, rebajas de sueldos, huelgas y servicios bajo m¨ªnimos
Burbuja inmobiliaria. Desmanes financieros. A?os de excesos. Cada ¨¦poca, en fin, tiene sus cosas. Todo ese relato desemboc¨® en la mayor crisis en d¨¦cadas en EE UU y en Europa, cuyos Gobiernos evitaron una Gran Depresi¨®n meti¨¦ndose en otros problemas: endeud¨¢ndose hasta las cejas. La crisis fiscal amenaza ahora, a vista de p¨¢jaro, a las mayores econom¨ªas. Pero si se usa el zoom, las verdaderas dificultades est¨¢n en California, en Grecia, tal vez en Espa?a, en los flancos m¨¢s d¨¦biles de las grandes ¨¢reas econ¨®micas. Y, a medida que se enfoca m¨¢s de cerca, aparecen mayores agujeros. El Gobierno espa?ol tiene un fenomenal desaf¨ªo fiscal a medio y largo plazo, y lo mismo vale para las comunidades aut¨®nomas. Pero para la Administraci¨®n local no hay largo plazo que valga: los problemas ya est¨¢n ah¨ª.
En Espa?a, los ayuntamientos no pueden quebrar ni ser embargados
Och¨¢nduri (La Rioja) es el pueblo m¨¢s endeudado per c¨¢pita de Espa?a
Los municipios obten¨ªan el 30% de los ingresos de la construcci¨®n
La crisis fiscal de las corporaciones puede aumentar el pr¨®ximo a?o
La econom¨ªa espa?ola incurri¨® en 2009 en el mayor desfase presupuestario en d¨¦cadas, con un agujero del 11,4% del PIB. Pero el d¨¦ficit p¨²blico no es igual para todos. Buena parte de ese saldo negativo hay que apuntarlo en el debe del Gobierno (8,7%), y en menor medida, de las autonom¨ªas (2,2%). Las m¨¢s de 8.000 entidades locales (ayuntamientos, cabildos y diputaciones) apenas sumaron un d¨¦ficit equivalente al 0,5% del PIB. Y, sin embargo, mientras la Administraci¨®n central y auton¨®mica ponen en marcha planes de austeridad para los pr¨®ximos a?os -en plata: recortes-, en muchos municipios el ajuste ya es una dolorosa realidad. Despidos, rebajas de sueldos, huelgas y servicios bajo m¨ªnimos dan fe de una crisis virulenta que no ha hecho m¨¢s que empezar.
En Detroit (EE UU), las agencias de rating consideran que la deuda est¨¢ por debajo del nivel de inversi¨®n (equivalente a bono basura), y su alcalde amaga con acogerse a la suspensi¨®n de pagos, asfixiado por la deuda. Pero en Espa?a los ayuntamientos no pueden quebrar. A los municipios no se les pueden embargar los bienes. Y sin embargo, la amenaza de la crisis fiscal es ya m¨¢s que evidente en algunas localidades. Los n¨²meros son preocupantes en algunos casos: Och¨¢nduri (La Rioja), el pueblo m¨¢s endeudado per c¨¢pita de Espa?a, debe m¨¢s de 9.000 euros por persona. Y en Madrid, la deuda roza los 7.000 millones (algo m¨¢s de 2.000 euros por persona), lo que ha obligado a recortar la inversi¨®n y el gasto corriente, a subir tasas y a buscar soluciones de ingenier¨ªa financiera para cuadrar las cuentas.
Cuando otras administraciones se plantean no cubrir vacantes como una forma menos traum¨¢tica de aligerar plantillas, en varios ayuntamientos ya se negocian expedientes de regulaci¨®n de empleo: el de Jerez de la Frontera quiere despedir a 550 personas. Si el Gobierno o las comunidades se ven forzados a alargar el plazo de grandes obras en proyecto, los municipios se ven en la disyuntiva de cerrar guarder¨ªas, servicios escolares y dependencias sanitarias, que antes financiaban sin ser de su competencia. Hay empresas municipales en las que los salarios ya han bajado. Como hay huelgas, un d¨ªa s¨ª y otro tambi¨¦n, en las contratas para recoger basuras o cuidar jardines. El ocio, una se?a distintiva de las prestaciones municipales, tambi¨¦n sufre: no hay dinero para conciertos o exposiciones, los centros deportivos reducen horarios y hasta las fiestas patronales adelgazan.
Incluso el debate sobre la subida de impuestos est¨¢ superado en el ¨¢mbito municipal: quien m¨¢s quien menos, ha dado un estir¨®n a todo tipo de tasas y precios p¨²blicos en una suerte de pacto de Estado t¨¢cito del que participan todos los partidos.
Aunque hay una gran diversidad, "la situaci¨®n es francamente mala", sintetiza Pedro Arahuetes, presidente de la comisi¨®n de Hacienda de la Federaci¨®n Espa?ola de Municipios y Provincias. Es cierto que el Gobierno (por las prestaciones del paro) o las comunidades (la factura de la educaci¨®n y la sanidad no disminuye con la crisis) deben hacer frente a un nivel de gasto p¨²blico mucho mayor. Como tambi¨¦n es cierto que todas las Administraciones se han visto afectadas por el bajonazo de la recaudaci¨®n. Gobierno y comunidades salvan la papeleta endeud¨¢ndose, un recurso que la ley, con la relativa excepci¨®n de los grandes municipios, complica sobremanera a los ayuntamientos. Y la onda expansiva del desplome del ladrillo se deja notar con crudeza en los municipios.
Las alternativas son dos: una mejora de la financiaci¨®n local combinada con una subida de impuestos, o un severo recorte de gastos. O ambas cosas a la vez: "Los alcaldes van a tener que subir la presi¨®n fiscal", indica Myriam Fern¨¢ndez de Heredia, de la agencia de rating S&P, "y van a tener que recortar los gastos, pese a las rigideces habituales, porque en los a?os de bonanza crearon estructuras que ahora est¨¢n sobredimensionadas".
"Centenares de ayuntamientos financiaron sus gastos ordinarios con ingresos extraordinarios, procedentes del ladrillo, que se han ido para no volver", afirma Joan Jos¨¦ Rubio, ex director del Instituto de Estudios Fiscales. Un informe del Servicio de Estudios del BBVA advert¨ªa ya en 2007 de que algo as¨ª estaba sucediendo: "En algunos casos, se est¨¢n utilizando los beneficios extraordinarios de la actividad inmobiliaria para solventar los problemas de financiaci¨®n". "No hay datos del ¨²ltimo a?o, pero se intuye una ca¨ªda importante de esos ingresos", explica Virgina Pou, autora de ese informe. No hay demasiadas soluciones. "Los municipios que pueden, que son los grandes, han disparado su deuda. Y los que no, los peque?os, lo van a pasar mal: van a ver muy comprometidos servicios esenciales y muy diezmado el margen para la pol¨ªtica municipal", a?ade Juan Jos¨¦ Rubio.
El estudio del BBVA conclu¨ªa que cerca de un 10% de los ingresos no financieros de todas las Administraciones derivaban de la entonces pujante actividad inmobiliaria. Y advert¨ªa que en el caso de los ayuntamientos, esa proporci¨®n se iba al 30%. Un tercio de los ingresos municipales generados por el ladrillo corresponde al impuesto de bienes inmuebles (IBI), que tiene una recaudaci¨®n estable, pero el resto corresponde a impuestos vinculados a la obra nueva y la compraventa, a tasas por licencias, a aprovechamientos urban¨ªsticos y a ventas de terrenos. Los datos preliminares de 2008 aventuran aqu¨ª una ca¨ªda, que en 2009, vistas las cifras del sector, habr¨¢ sido a plomo.
"Pero es que del resto de ingresos tambi¨¦n recibimos menos", prosigue Arahuetes con el recuento de bajas. De las transferencias del Estado, que suponen m¨¢s del 20% de los recursos municipales y rondaban los ¨²ltimos a?os los 10.000 millones, el representante de la FEMP precisa que este a?o vendr¨¢n "3.000 millones menos". El alcalde de Segovia lamenta adem¨¢s que buena parte de las transferencias que llegan de los gobiernos auton¨®micos est¨¢n condicionadas a proyectos de inversi¨®n. "Y hay comunidades que ahora los abandonan y nos dejan solos frente a los ciudadanos", critica.
La ilusi¨®n de los ingresos inmobiliarios, el crecimiento demogr¨¢fico y la promesa de prestaci¨®n de servicios que correspond¨ªan a las autonom¨ªas como baza pol¨ªtica dieron lugar a un gasto hipertrofiado, y en algunos casos a corrupci¨®n y enchufismo. Pero ahora la falta de ingresos obliga a una cura de adelgazamiento, que adem¨¢s prescribe la ley: cuando el d¨¦ficit asoma, las normas exigen que los ayuntamientos reduzcan gastos o suban impuestos a la carrera. El endeudamiento, m¨¢s f¨¢cil para las grandes ciudades, se deja para algunas inversiones o para cuando la tesorer¨ªa insiste en los n¨²meros rojos pese a las medidas adoptadas (cr¨¦ditos a corto plazo). Eso s¨ª, pese al cors¨¦ legal, la carga financiera crece: el pago de intereses y la amortizaci¨®n de pr¨¦stamos ha pasado de suponer el 4,7% de los ingresos no financieros en 2004 al 8,2% en 2008.
"El problema para los ayuntamientos no es tanto la ca¨ªda de los ingresos como que tienen una estructura presupuestaria muy r¨ªgida. Por ser la Administraci¨®n m¨¢s cercana, cualquier recorte de gasto tiene un coste pol¨ªtico mayor", dice Pou. De la insuficiencia financiera de los ayuntamientos hablan tambi¨¦n las medidas extraordinarias del Gobierno: el fondo de inversiones de 2009 llev¨® 8.000 millones a los municipios; este a?o ser¨¢n 5.000, pero los municipios han conseguido que un 30% sirva para financiar gasto corriente. Como tambi¨¦n lograron que el Ejecutivo les permitiera endeudarse el a?o pasado para hacer frente a los pagos a proveedores.
"Los retrasos en los pagos llevan a los peque?os empresarios de nuestras localidades a cerrar", indica Arahuetes, quien urge a que la nueva financiaci¨®n local se cierre el pr¨®ximo a?o, como ha prometido el Ejecutivo. Porque ¨¦se es otro caballo de Troya que puede ahogar a los ayuntamientos: "Los ingresos del ladrillo se han evaporado y eso va a provocar que este a?o sea muy duro. Pero 2011 ser¨¢ peor: las entregas a cuenta del Estado a los ayuntamientos est¨¢n infladas y habr¨¢ que devolver dinero, como ya les sucede a las autonom¨ªas, lo que augura una crisis fiscal a¨²n mayor", augura Alfonso Utrilla, catedr¨¢tico de Hacienda P¨²blica de la Universidad Complutense.
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