"El Vaticano no ha investigado, s¨®lo encubierto"
El portavoz de las v¨ªctimas de Austria denuncia que el Papa conoc¨ªa los abusos y no actu¨® para impedirlos
El religioso Udo Fischer, la voz de las v¨ªctimas de los abusos sexuales de los curas cat¨®licos en Austria, est¨¢ convencido de que "el Vaticano nunca ha investigado, s¨®lo ha encubierto" los casos de pederastia. "Tanto el papa Juan Pablo II como el actual, Joseph Ratzinger, cuando era cardenal, s¨®lo los han encubierto. Ambos protegieron al prelado ped¨®filo Hermann Groer para que quedase impune. Es un esc¨¢ndalo", asegura Fischer.
Este religioso tuvo un activo papel en la denuncia de los abusos que sufrieron, entre otros, j¨®venes seminaristas en la d¨¦cada de los setenta por parte de quien era en ese momento su profesor de religi¨®n, que lleg¨® a primado de la Iglesia cat¨®lica en Austria, el cardenal Groer.
"Yo no tengo nada que perder porque ya fui represaliado como sacerdote"
Fischer, de 57 a?os, ha advertido ahora de que los fieles "se decepcionar¨¢n a¨²n m¨¢s si el Papa no introduce cambios" en la Iglesia ante las denuncias de abusos sexuales. "Jes¨²s, con toda seguridad, no habr¨ªa callado sobre esto", comenta a EL PA?S en su casa parroquial de Paudorf, en Baja Austria.
En su opini¨®n, "Benedicto XVI ten¨ªa que haber comparecido p¨²blicamente y de forma contundente hace tiempo". Su silencio ha sido "muy da?ino". "Sin duda, los casos de pederastia son el mayor reto al que se enfrenta la Iglesia en los ¨²ltimos 100 a?os", y la confianza en la que se basa una comunidad como la Iglesia "est¨¢ rota".
A la pregunta de por qu¨¦ ¨¦l es el ¨²nico cl¨¦rigo que critica al pont¨ªfice, contesta: "Alzo la voz porque me arropan las 6.000 firmas que me apoyaron en 1998", cuando el obispo de St. Poelten (capital de Baja Austria), Kurt Krenn -"qui¨¦n protegi¨® siempre a Groer"-, "me prohibi¨® que en los siguientes siete a?os siguiera ejerciendo de sacerdote".
Fischer explica que el primado le investig¨®. "No hall¨® nada improcedente en mi conducta. Ah¨ª se acab¨® todo, pero Krenn se neg¨® a bendecir nuestra nueva iglesia. Todo ocurri¨® porque yo, que coincid¨ª en el seminario con Josef Hartmann -el primero que denunci¨® p¨²blicamente haber sido abusado por Groer-, y afirm¨¦, pese a la postura de los obispos, que no era un loco, sino una persona t¨ªmida que jam¨¢s se habr¨ªa atrevido a denunciar algo as¨ª si no fuera real".
"Tres a?os m¨¢s tarde", prosigue, "compa?eros de mi monasterio se alzaron contra el cardenal. Le inculparon de los abusos. Volv¨ª a defender a las v¨ªctimas. M¨¢s de 170.000 personas de toda Austria firmaron en mi favor".
"Entonces los sacerdotes desconoc¨ªamos con qu¨¦ reglas se jugaba en Roma. Ignor¨¢bamos el decreto de 1962, que fija que quien ha sido abusado sexualmente por religiosos no puede hablar por estar bajo secreto de confesi¨®n. Ese decreto, que trascendi¨® porque fue filtrado en lat¨ªn y en ingl¨¦s en Internet, a finales de los noventa, fue reelaborado en 2001 por Ratzinger. Se llama De Delictis Gravioribus e introduce como ¨²nica diferencia que es la Santa Sede la que debe decidir sobre los casos", a?ade.
La soluci¨®n, opina este religioso, pasa por "remitir los delitos cometidos por religiosos a tribunales civiles, pues s¨®lo ellos pueden dictar sentencias y proteger a las v¨ªctimas".
Con ello se contrarrestar¨ªa, en su opini¨®n, la pr¨¢ctica habitual de la jerarqu¨ªa cat¨®lica de trasladar al sacerdote pederasta a otra parroquia. "Lo hacen sin avisar de su conducta a su nueva comunidad, y obligan al abusado a callar debido al secreto de confesi¨®n. Luego, presionan y persiguen a quien intenta denunciarlo. As¨ª, vuelven a cometer delitos una y otra vez con menores".
"El actual Papa tiene que reconocer su culpa porque estaba informado al cien por cien y no hizo nada. No s¨®lo los obispos son culpables". Cuando hace tres a?os visit¨® Austria "no emiti¨® ni una sola s¨ªlaba sobre ¨¦sta, la mayor crisis en la Iglesia en este pa¨ªs en el ¨²ltimo siglo, ni sobre las v¨ªctimas. Si ahora exigimos una disculpa del Vaticano, del pont¨ªfice, no es un ataque contra la Iglesia, ya que la Iglesia somos nosotros, sino que exigimos que quede sin m¨¢cula", subraya el sacerdote.
Udo Fischer cree que actualmente muchos sacerdotes comparten su opini¨®n, pero no se atreven a expresarse en voz alta. "Yo no tengo nada que perder dado que ya fui represaliado", comenta.
El n¨²cleo eclesial "est¨¢ frustrado y amargado", contin¨²a. Si se hiciera un sondeo, "el 85% de los sacerdotes y profesores de religi¨®n responder¨ªa que no conf¨ªa en el actual Papa. Nosotros somos los que damos la cara por la Iglesia cat¨®lica. Nuestra posici¨®n es muy dif¨ªcil. Lo estamos pasando muy mal".
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