La Biblia, al aparato
"?La Biblia en verso!", sol¨ªa decirse para encarecer una tarea compleja y de gran alcance. Hubo intentos de llevarla efectivamente a cabo, como el de Ignacio de Luz¨¢n, por suerte in¨¦dito. V¨¦ase Babel: "Quando a los aires se eleva / la torre, Dios enojado / de los hombres el lenguaje / confunde en sonidos varios".
Pues bien: en verso no, pero en c¨®mic -y ya antes del sorprendente G¨¦nesis de Robert Crumb- han salido muchas veces a la luz los libros sagrados. Tras las traducciones, las versiones en lenguaje simple y las adaptaciones para ni?os, lleg¨® el deseo de trasponer el Libro al medio del siglo XX (y, por lo que parece, tambi¨¦n del XXI): los c¨®mics.
Dibujada por Picanyol, la editorial BCNmultimedia acaba de editar una Biblia de los ni?os. Lo curioso es que aparte de venderse en papel, tiene una versi¨®n digital. Y es para un tel¨¦fono de los avanzados: el iPhone. Aparecida en siete lenguas, la primera entrega, gratuita -como es frecuente en el medio digital-, se ha colocado entre los libros m¨¢s descargados no s¨®lo en Espa?a, sino tambi¨¦n en Alemania, Estados Unidos o Francia.
La verdad es que el iPhone ha sido una gran sorpresa para la edici¨®n. Este pol¨ªfono (m¨¢s que tel¨¦fono) est¨¢ dotado de una pantalla peque?a pero de buena resoluci¨®n, en principio pensada para fotos, Youtubes, portadas de ¨¢lbumes musicales, y cosas as¨ª. Pero peri¨®dicos, revistas y libros han acabado aterrizando en un aparato donde, por cierto, se lee sorprendentemente bien. Desde septiembre pasado, las descargas de libros han superado a las de cualquier otra aplicaci¨®n (juegos, programas, etc¨¦tera). ?Pero los c¨®mics...? Ese g¨¦nero gr¨¢fico en el que intervienen la puesta en p¨¢gina, el color, el juego con las vi?etas y los bocadillos de texto, ?en una pantallita?...
Los c¨®mics est¨¢n teniendo tambi¨¦n un ¨¦xito creciente en el iPhone. Los grandes relatos gr¨¢ficos de hoy y de ayer, como los de Marvel, se pueden leer en unas aplicaciones especiales (ComiXology, iVerse, Ave!Comics...) que sacan un partido asombroso del soporte. Los programas hacen todo un trabajo de presentaci¨®n: zooms dram¨¢ticos sobre las p¨¢ginas y sus detalles, movimientos que recorren las im¨¢genes panor¨¢micas, zonas que se ocultan para resaltar otras... ?Estos c¨®mics en pantalla han requerido de todo un realizador!
La lectura discurre en suaves barridos y aproximaciones a im¨¢genes y textos a demanda sucesiva del lector, o al tempo que ¨¦ste marque... En la pantalla del m¨®vil est¨¢ surgiendo un nuevo negocio: los c¨®mics se venden por entregas a precios que oscilan entre 0,6 y 4 euros. De esta forma sus editores perciben al final m¨¢s que por la venta de la obra en papel.
Mientras en el metro leo o miro o recorro estas obras (ya se trate de la Biblia o de Hunter Killer) me vienen dos pensamientos a la cabeza. Primero: ?qu¨¦ habilidad la de Apple abriendo su aparato a cualquier tipo de productos, incluso aquellos en los que no hab¨ªa pensado nadie! Cierto que ejerce un control f¨¦rreo de lo que se introduzca en el aparato, porque todo debe pasar por su tienda en l¨ªnea.
Y segundo (mientras doy un golpecito en la pantalla y el detalle del rifle al sol se va alejando hasta verse todo el desfiladero dominado por el centinela al acecho, y luego se acerca el bocadillo con sus pensamientos): tal vez estemos aqu¨ª en los umbrales de un g¨¦nero in¨¦dito, el relato gr¨¢fico con propiedades cinem¨¢ticas. Una forma novedosa de "leer" los c¨®mics del pasado o imaginar las obras del futuro que combinar¨¢n, en dispositivos port¨¢tiles, im¨¢genes, texto, movimientos, sonido, interactividades... La Biblia en verso...
Jos¨¦ Antonio Mill¨¢n (Madrid, 1954. http://jamillan.com) escribe sobre nuevas formas de edici¨®n y lectura en Librosybitios.com.
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