Ninguna clase de sue?os
Pocas veces un poeta de obra tan breve ha adquirido una reputaci¨®n tan s¨®lida e influyente. En efecto, Gil de Biedma escribi¨® s¨®lo tres libros de poemas -Compa?eros de viaje (1959), Moralidades (1966) y Poemas p¨®stumos (1968)- y con ellos se ha alzado a uno de los puestos m¨¢s rutilantes de la poes¨ªa espa?ola de los ¨²ltimos a?os. Sus seguidores son numerosos y sus imitadores no cesan de darle vueltas al molinillo de sus invenciones. Un cierto efecto bumer¨¢n perjudica al creador original puesto que la degeneraci¨®n de sus f¨®rmulas originales en manos de los ep¨ªgonos termina por proyectar una cierta forma de sospecha sobre su propia poes¨ªa, como si hubiera nacido ya convertida en t¨®pico. Sin embargo, tal consideraci¨®n ser¨ªa gravemente injusta con la poes¨ªa de este poeta, ciertamente original y arriesgada, adem¨¢s de verdadera.
Poes¨ªa y prosa
Jaime Gil de Biedma
Introducci¨®n de James Valender
Edici¨®n de Nicanor V¨¦lez
Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2010
1.374 p¨¢ginas. 39,90 euros
Si se toman en cuenta las opiniones m¨¢s extendidas -las del propio poeta en primer lugar- estamos ante un universo po¨¦tico caracterizado por la creaci¨®n de un personaje que se afianza poco a poco como un c¨ªnico descre¨ªdo, abatido por la experiencia desoladora de la existencia, tan poco propicia a regalar conquistas perdurables, del tipo que sean. Pronto el tiempo se ense?orea de la vida y adquiere un protagonismo claramente destructivo, puesto que, al imponer su ley, consigue igualmente que la felicidad so?ada, asociada a la vitalidad de la juventud, deje de ser posible, con el efecto desmoralizador en quien sufre esa experiencia. El amor, que poco a poco se hab¨ªa convertido en el santo y se?a de esa posible vida fulgurante y feliz, deja de ser una posibilidad real, y toda clase de experiencias, vinculadas al afecto, como las de la infancia, se debilitan en el sumidero de la memoria, que es el gran protagonista de estos poemas. Todo se percibe a partir de cierto momento desde el recuerdo, reconociendo as¨ª la fatalidad de la existencia, sometida a esa ley invencible por la que todo, absolutamente todo, degenera en espectro, por m¨¢s deslumbrante que sea.
Esa identidad, fraguada de esa manera, apoyada en esa clase de lucidez, busca lenta su desintegraci¨®n, como si de ese modo pudiera salir del callej¨®n sin salida de la vida. La muerte, vista as¨ª, es una liberaci¨®n, y de ah¨ª esa muerte del personaje, como si de una novela se tratara. El autor, convertido en ser de ficci¨®n, muere, pues nada puede hacer en esa vida a la que le faltan sus principales alientos. En nada se puede confiar puesto que la vida consiste en demoler y en hacer imposible cualquier clase de sue?o.
Sin embargo, algo queda en medio de esa desolaci¨®n y eso que queda lo aportan los poemas que escapan, por decirlo as¨ª, al radio de acci¨®n del personaje abocado a morir. Poemas como 'La ribera de los alisos', de Moralidades, aportan una especie de fe en otra cosa, que es la fe en un descubrimiento, no asociado al desgaste, sino, en cierto modo, a la perduraci¨®n. Todo ese universo de sensaciones de infancia, al retomarlo en la madurez, no se desintegra en nada, sino que alienta una especie de fe en la comuni¨®n con lo otro y con los otros que invita a pensar en la permanencia de lo sagrado, de la vida en su versi¨®n m¨¢s intocable. Aunque haya muerto el personaje Gil de Biedma, no ha muerto el hombre que supo ver esa parte de la vida pues, en cierto modo, se ha alzado contra ¨¦l, declarando lo que aquel, c¨ªnico y abatido, no hubiera sido capaz de decir.
Junto a todo este fascinante fulgor sombr¨ªo se asocia una cr¨ªtica literaria llena de filos agudos y de cortante inteligencia, adem¨¢s de un diario, escrito en 1956, que afirma c¨®mo se forma un poeta en medio de la enfermedad, c¨®mo se alza el deseo como motor de la existencia, c¨®mo el sexo lo es y no lo es todo y c¨®mo el lirismo es la ¨²nica verdadera fe, la fe de los descre¨ªdos, la fe, en definitiva, en los lugares sagrados de la infancia en los que surge "Algo que ya no es casi sentimiento, / una disposici¨®n / de afinidad profunda / con la naturaleza y con los hombres, / que hasta la idea de morir parece / bella y tranquila. Igual que este lugar". -
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