La conexi¨®n emocional
Un amigo psiquiatra me pide si puedo presentar el libro de un psicoanalista, por lo que me manda el pr¨®logo como aperitivo.
Sin hincarle el diente a¨²n, mi primera intenci¨®n es decir no, ya que el psicoan¨¢lisis y, sobre todo, Freud, siempre me han creado un rechazo atroz, rechazo que comparte un sector significativo de la poblaci¨®n y de la comunidad cient¨ªfica, algunas de cuyas cr¨ªticas reelabora Richard Webster en su libro Por qu¨¦ Freud estaba equivocado.
Al margen de la tendencia del doctor a reinterpretar las evidencias cuando no confirmaban sus hip¨®tesis, personalmente no soporto su misoginia. Por ejemplo, su est¨²pida clasificaci¨®n del orgasmo femenino en dos categor¨ªas, buena o madura -el vaginal, alcanzado por un 5% de las mujeres- y mala o infantil -el clitoridiano, del que disfrutan el 95% restante-, que ha amargado la respuesta sexual de muchas generaciones. O su perversa idea -a¨²n postulada por terapeutas en activo- de que las mujeres maltratadas lo son por la tendencia femenina al masoquismo. O su alucinante ocurrencia de que ellas tienen envidia del pene. ?C¨®mo se puede ansiar algo que, por erguirse cuando no es pertinente, te deja en evidencia, y te vuelve a dejar en evidencia si no se yergue siendo pertinente? M¨¢s que una prebenda de los dioses, parece un castigo mitol¨®gico.
Las relaciones son la fuente principal en la que los humanos aprendemos c¨®mo afrontar la vida emocionalmente
A pesar de mis reservas, leo el pr¨®logo. Me sorprende agradablemente, puesto que su autor, Ramon Riera, se centra en la importancia del aprendizaje emocional para nuestro posterior funcionamiento como personas. Lo cuenta as¨ª: "Los humanos hemos evolucionado y nos hemos diferenciado de los grandes simios en el hecho de que podemos utilizar las relaciones con los dem¨¢s para aprender a regular nuestras reacciones emocionales. Por tanto, en la especie humana, las relaciones son la fuente principal en la que aprendemos nuevas maneras de afrontar emocionalmente la vida".
Una frase resume de forma precisa la importancia de la conexi¨®n emocional para los seres humanos: "Yo siento que t¨² sientes lo que yo siento". Una frase que, por poner un contraejemplo, no parece alentar ni la conducta del gerente del Instituto Metropolitano del Taxi, que us¨® un insulto machista y poco novedoso para calificar a la directora de TV-3, ni la de ella en su irrespetuosa entrevista al presidente de la Generalitat.
El resto de la lectura de La connexi¨® emocional, pues as¨ª se titula el libro, no me defrauda. Por un lado, el autor plantea la terapia psicoanal¨ªtica como una escucha activa y emp¨¢tica con el paciente, de modo que me reconcilia con ella. Por otro, refuta muchas de las teor¨ªas de Freud y las reelabora a la luz de su propia experiencia m¨¦dica. En ning¨²n caso, desde luego, intenta "comprimir" el malestar del otro para encajarlo en alguna idea peregrina, sino que trata de averiguar qu¨¦ aprendizaje emocional en los inicios propici¨® una determinada respuesta adaptativa, que ahora ha dejado de ser eficaz y genera dolor. Un ejemplo de ello puede ser el comentario respecto a cu¨¢nto ha cambiado su forma de tratar a pacientes homosexuales: "He aprendido que suele ser m¨¢s ¨²til investigar la verg¨¹enza que les genera el hecho de ser homosexuales en un mundo dominado por heterosexuales, que no investigar las posibles causas de su homosexualidad".
Y, por ¨²ltimo, echa por tierra no s¨®lo algunas de las teor¨ªas mis¨®ginas de Freud, sino tambi¨¦n las de los biologistas puros y duros, que no dudan en proclamar la subordinaci¨®n femenina bas¨¢ndose, por ejemplo, en la jerarqu¨ªa animal y los machos alfa, olvidando justamente que la conexi¨®n emocional diferencia a la humana de las otras especies.
Si a todo eso a?adimos que, mediante la resonancia magn¨¦tica, el autor puede probar los puntos de contacto que hay entre ciertos aspectos de la psicolog¨ªa cognitiva y algunos de los nuevos postulados psicoanal¨ªticos, entender¨¢n que les recomiende este libro interesante y ameno, que cumple con su prop¨®sito inicial: "No entiendes algo a fondo hasta que no eres capaz de cont¨¢rselo a tu abuela".
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