El at¨²n rojo
El at¨²n rojo no ser¨¢ una especie protegida, al menos de momento. As¨ª lo acordaron -o m¨¢s bien no acordaron- en la reuni¨®n de la convenci¨®n sobre el comercio internacional de especies amenazadas que se celebr¨® en Doha (Qatar) el pasado 18 de marzo y en la que participaron m¨¢s de 120 pa¨ªses. Este hecho es algo que no s¨®lo tendr¨ªa que preocupar a los ecologistas, sino a toda la poblaci¨®n en general y especialmente a los pescadores, aunque muchos de ellos celebrasen la falta de acuerdo en poner el veto a las capturas del at¨²n.
Seg¨²n diversas estimaciones, al ritmo actual de capturas el at¨²n rojo podr¨ªa desaparecer ya en 2012. Su desaparici¨®n supondr¨¢ una p¨¦rdida bastante mayor a la propia reducci¨®n que se propon¨ªa en la reuni¨®n. Se trataba de una reducci¨®n dr¨¢stica, temporal, para intentar que la especie se recupere de todos estos a?os de pesca intensiva. La desaparici¨®n del at¨²n rojo supondr¨ªa la eliminaci¨®n de la flota pesquera dedicada a su captura para siempre, pero, eso s¨ª, dentro de unos a?os.
De esta situaci¨®n me preocupan principalmente dos cosas. La primera es que los humanos s¨®lo observemos y queramos los beneficios econ¨®micos a corto plazo en vez de valorar una perspectiva m¨¢s global y a largo plazo. Desde toda l¨®gica, tanto econ¨®mica, social, como ambientalmente, ser¨ªa mejor la reducci¨®n de las capturas para asegurar la supervivencia del at¨²n rojo. Y la segunda es la incapacidad de los Estados para llegar a acuerdos en cuestiones que afectan a gran parte de la poblaci¨®n mundial, como ya observamos tambi¨¦n en la cumbre sobre el cambio clim¨¢tico en Copenhague.
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