?Aguantar? No, gracias
Con esto de la primavera... el tema recurrente de conversaci¨®n es el amor, as¨ª en general. Y es lo que suelen preguntar las teles cuando no saben de qu¨¦ hablar. Hace un par de d¨ªas, me toc¨® escuchar una de estas encuestas callejeras televisivas, mientras tomaba un caf¨¦ en el bar de un pueblo perdido de Euskadi. La entrevistadora empe?ada en encontrar el secreto de Venus o de Afrodita, lanzaba la pregunta del mill¨®n: ?cu¨¢l es el secreto del amor eterno?. Y ante la pantalla desfil¨® un cat¨¢logo completo de parejas, y una detr¨¢s de otra, respond¨ªan lo mismo: que para llegar a las bodas de oro hay que "aguantarse".
Me qued¨¦ pegada mirando a la tele, esperando que alguien dijese que el secreto era seguir enamorado, o mantener ardiente el deseo sexual, o admirar a tu pareja, o divertirte con ella, o por lo menos tenerle cari?o... ?pero no!. El truco para conseguir podio y record de aniversarios de boda era "aguantarse". Me pareci¨® desolador, triste y lamentable.
Encima, el se?or que estaba al fondo de la barra con su caf¨¦ completo les daba la raz¨®n, diciendo que "claro que s¨ª, porque ahora ante cualquier problema la soluci¨®n de las parejas es el divorcio". No me pude callar, y en seguida se abri¨® un encendido debate, y eso que ¨¦ramos s¨®lo tres: la chica del bar, el se?or de la esquina con su caf¨¦ completo y yo. El se?or del caf¨¦ completo nos dec¨ªa: "?para qu¨¦ te vas a divorciar, eh, para irte con otra y caer en lo mismo? Para eso, m¨¢s te vale quedarte como est¨¢s". Y yo empecinada en que eso de aguantar es un concepto tan est¨²pido y poco vital como la resignaci¨®n cristiana., y... antes divorciarse que apagarse.
Seguimos discutiendo sin podernos convencer, hasta que el reportaje sobre una noticia sorprendente nos hizo firmar la tregua. Era sobre unos jubilados alemanes que hartos del enga?o y la ruina a la que les hab¨ªa llevado su asesor financiero, no se les ocurri¨® mejor idea que secuestrarlo meti¨¦ndolo en una caja. Los conocidos como la banda de los jubilados, hab¨ªan perdido los ahorros de toda la vida, por la mala inversi¨®n y los tejemanejes del asesor, que les hab¨ªa prometido el oro y el moro, pero los dej¨® pelados. Y como no consegu¨ªan que les devolviese ni chiquita, ni cortos ni perezosos, activaron el plan B, que fue meterlo en una caja, llevarlo a 500 kms, y retenerlo durante cuatro d¨ªas hasta que la polic¨ªa logr¨® soltarlo.
Me hizo gracia la noticia, y sobre todo, me hizo gracia comprobar que los miembros de la banda no eran unos desgarramantas, o "aguantadores" de caf¨¦ completo, sino que el "jefe de la banda" era un arquitecto de 80 a?os, su mujer de 81, y otra pareja de sesenta?eros, que no estaban por la labor de tragar y callar.
Sent¨ª simpat¨ªa por esta banda. Porque en estos momentos en los que lo gris y triste de "la situaci¨®n mundial" va calando por las tuber¨ªas de nuestras casas, notaba que lo de "aguantar" me hab¨ªa robado hasta el encanto que pueda tener el amor. Y por lo menos esos cuatro chalados, a los que les robaron sus ahorros, decidieron jugar a aquello de "de chorizo, a chorizo... y tiro para conseguir lo m¨ªo, o sino te atizo".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.