La indignaci¨®n va a m¨¢s
Indignaci¨®n e incredulidad dominan los sentimientos de los alemanes ante un goteo diario de casos terribles de abusos sexuales a menores, consumados dentro de estructuras educativas cat¨®licas. "La credibilidad de la Iglesia se est¨¢ tambaleando muy gravemente", dijo Wolfgang Thierse, vicepresidente del Parlamento alem¨¢n y miembro destacado de la comunidad cat¨®lica.
La atm¨®sfera es tensa. Despu¨¦s de que la prensa destapara que el actual Papa, cuando era arzobispo de M¨²nich en 1980, ocult¨® al sacerdote pederasta Peter Hullermann, dirigentes de la Iglesia atacaron a los medios. En un serm¨®n dominical, el obispo de Regensburg equipar¨® la cobertura de los esc¨¢ndalos de abusos con la campa?a contra la Iglesia de la ¨¦poca nazi. La comparaci¨®n fue duramente rechazada por la sociedad civil.
La condena un¨¢nime por parte del Gobierno alem¨¢n a los casos de abusos se articula de formas diversas. Mientras la en¨¦rgica ministra de Justicia, Sabine Leutheusser-Schnarrenberger, ha condenado el oscurantismo de la Iglesia y ha acusado a las jerarqu¨ªas de escasa colaboraci¨®n, el partido cristianodem¨®crata (CDU) de ?ngela Merkel se ha esforzado en recordar que los abusos han tenido lugar no solo en estructuras cat¨®licas sino tambi¨¦n en laicas y, por tanto, la respuesta no tiene que ser contra la Iglesia, sino contra los abusos en general.
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