El cumplea?os de Naomi
Su novio prepara la fiesta del 40 aniversario de la 'top model' en Cannes coincidiendo con el festival de cine
A punto de cumplir los 40 a?os, Naomi Campbell sigue reteniendo ese f¨ªsico espectacular que la ha mantenido como modelo de primera l¨ªnea desde hace casi cinco lustros. Es ese temperamento caprichoso, irritable, proclive a unos ataques de ira que se han saldado varias veces en el juzgado, el que parece haber domado a fuerza de veteran¨ªa. "Me averg¨¹enzo de los errores que he cometido, pero he trabajado muy duro para corregirlos y no pienso sentirme reh¨¦n de mi pasado", es su declaraci¨®n de intenciones para encarar la madurez.
Quien fuera la primera belleza negra en protagonizar la portada de Vogue, cuando s¨®lo contaba 15 a?os, estrenar¨¢ la cuarentena el pr¨®ximo 22 de mayo en la Riviera francesa, de la mano de su novio Vladimir Doronin. El millonario ruso est¨¢ organizando una fiesta por todo lo grande coincidiendo con el festival de cine de Cannes, que congregar¨¢ a sus amigos de la jet de Londres, Nueva York y Mosc¨². El entusiasmo volcado por Doronin en la celebraci¨®n ha resucitado los rumores del pasado verano sobre un compromiso de la pareja, que Campell ni confirma ni desmiente.
"No soy perfecta, pero estoy intentando mejorar", dice la modelo
S¨ª ha subrayado en varias ocasiones que esa relaci¨®n contribuye a serenar su car¨¢cter, al igual que su amistad con el ex presidente sudafricano Nelson Mandela, de quien se proclama "nieta adoptiva", o con la esposa del primer ministro brit¨¢nico, Sarah Brown, una aliada en diversas causas caritativas. Pero sobre todo "la nueva Naomi" responde a su propia resoluci¨®n de atajar un recorrido de excesos, de mucho trabajo, fiestas, alcohol y coca¨ªna, seg¨²n sus propias palabras. Varios empleados sufrieron las consecuencias: en 2000, Campbell se declaraba culpable de agresi¨®n a su asistente personal; tres a?os despu¨¦s, otra de sus ayudantes la acus¨® de haberle arrojado un tel¨¦fono, suceso al que sigui¨® una bofetada a la encargada de la limpieza, que le cost¨® una condena de cinco d¨ªas de servicios comunitarios en Nueva York. Una sentencia similar le fue impuesta por un tribunal de Londres, hace s¨®lo dos a?os, por reaccionar violentamente ante la p¨¦rdida de su equipaje en Heathrow y llegar a agredir a un polic¨ªa. Pero en esa ocasi¨®n la cumpli¨® sin luz ni fot¨®grafos ("para mi sorpresa, me dejaron en paz").
La modelo que tuvo su pico en los a?os noventa, como parte del grupo de tops que tambi¨¦n integraron Kate Moss, Linda Evangelista, Cindy Crawford y Claudia Schiffer, se ha autoimpuesto hoy un r¨¦gimen laboral que intercala diez d¨ªas de trabajo intenso con una semana de descanso obligado. El a?o pasado lleg¨® a sugerir una retirada de las pasarelas, pero todav¨ªa no parece dispuesta a dar ese paso. Sigue recibiendo muchas ofertas y aprovechando su fama para denunciar la escasa presencia de modelos negras en el mundo de la moda, aunque ha rebajado el tono y ya no hable directamente de racismo. Quiz¨¢ su ego no haya encogido, aunque al menos se toma las cosas de otra manera: "No soy perfecta, pero estoy intentando mejorar. Es todo lo que puedes hacer: seguir trabajando en ello".
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