El respirador artificial
Hay personajes que siguen en el cargo porque sus partidos los tienen enganchados a un respirador artificial. Le ocurre a Francisco Camps en Valencia. Se lo le¨ª en este peri¨®dico a Manuel Peris, quien afirmaba que el presidente de la Generalitat sigue en pol¨ªtica porque los suyos le tienen protegido en una burbuja, similar a la que hay en los hospitales para aislar a los enfermos. La democracia est¨¢ llena de pol¨ªticos que se mantuvieron en el cargo porque sus partidos le ofrecieron ox¨ªgeno cuando la realidad les dejaba sin respiraci¨®n, y tuvieron que pasar cosas muy evidentes para que les desconectaran la v¨¢lvula. Me acuerdo del nuevo ciudadano libre Luis Rold¨¢n, que termin¨® en la c¨¢rcel como pudo haber acabado de ministro del Interior.
En Andaluc¨ªa tenemos tambi¨¦n un pol¨ªtico que, sin tener el pedigr¨ª ni el fondo de armario de Camps, es un ejemplo de lo que les acabo de contar. Se trata del alcalde de Alhaur¨ªn el Grande, Juan Mart¨ªn Ser¨®n. Desde que fue detenido en enero de 2007 vive en estado vegetativo. Lo ¨²nico que le mantiene con vida pol¨ªtica es el respaldo del PP. Ustedes pensar¨¢n que no es cierto, que lo que le sostiene es haber ganado las elecciones, y hacerlo con una mayor¨ªa absoluta mayor que la que ten¨ªa antes de ser imputado. Igual es verdad, pero ?ser¨ªa Ser¨®n alcalde de Alhaur¨ªn si, tras ser detenido por la polic¨ªa, el PP no hubiera salido en tromba a reforzar la proclama de que "todo es un invento de la Fiscal¨ªa, que ha actuado cumpliendo instrucciones del Gobierno"? Dif¨ªcilmente. Esa estrategia del PP le dio a Ser¨®n m¨¢s votos que el posible convencimiento de muchos ciudadanos de su inocencia.
No conozco un solo cargo p¨²blico que, tras ser acusado de un delito, haya admitido su culpabilidad. Por lo tanto, que un pol¨ªtico imputado se declare inocente no es una garant¨ªa de certeza. Todos lo hacen y a algunos los condenan, por lo que es obvio que hay mentirosos. Entre la detenci¨®n de un cargo p¨²blico y su posterior condena o absoluci¨®n, hay un tr¨¢nsito marcado en la Constituci¨®n por el derecho a la presunci¨®n de inocencia. Pero una cosa es apelar a la inocencia y otra crear un m¨¢rtir. Por citar un ejemplo entre mil, la diputada del PP Celia Villalobos lleg¨® a afirmar que la actuaci¨®n policial en Alhaur¨ªn formaba parte de una campa?a contra el PP y acus¨® al PSOE de realizar "la utilizaci¨®n del poder judicial m¨¢s partidaria e impresentable de la democracia". Antes lo hab¨ªa dicho ¨¦l, pero reconocer¨¢n que no es lo mismo que lo repitiera una dirigente que fue ministra.
La fiscal¨ªa acusa a este alcalde de cinco delitos de cohecho pasivo y prevaricaci¨®n omisiva. El Ministerio P¨²blico sostiene que Ser¨®n cobr¨® 238.000 euros de varios promotores a cambio de concederles licencias ilegales de obras, y pide para ¨¦l cuatro a?os y medio de prisi¨®n y 19 de inhabilitaci¨®n. Este hombre recibi¨® con "alegr¨ªa" la calificaci¨®n y dijo que hab¨ªa ganado una "batalla", ya que se ha ca¨ªdo la acusaci¨®n de blanqueo. El PP lo ha vuelto a respaldar.
?C¨®mo quisiera ahora el PP poder vivir sin Mart¨ªn Ser¨®n, lanzarlo al olvido o borrarlo de un soplido? No pueden. Ser¨®n forma parte de una estrategia mayor, la de deslegitimar las tramas de corrupci¨®n del PP -el caso G¨¹rtel, Correa o Camps- diciendo que son operaciones pol¨ªticas. Al PP le gustar¨ªa que Ser¨®n fuera inocente, pero s¨®lo y exclusivamente para que fueran culpables de su detenci¨®n la Fiscal¨ªa y la polic¨ªa. Si al final Ser¨®n es condenado, nadie del PP le apoyar¨¢ ese d¨ªa. Miren a Jaume Matas, un ex presidente y ex ministro deambulando en solitario por los juzgados de Palma de Mallorca, desconectado hace tiempo del aparato que lo manten¨ªa con vida pol¨ªtica. Ser¨®n deber¨ªa ser consciente de que, cualquier d¨ªa, su partido le corta el respirador artificial. Les dar¨¢ igual que sea inocente o culpable. Es una peque?a pieza de una estrategia mayor.
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