La responsabilidad de Ratzinger
Tras la Audiencia Papal del arzobispo Robert Zollitsch se hablaba de una "gran consternaci¨®n" y de "profunda conmoci¨®n" por parte del Papa debido a los numerosos casos de abusos. Zollistch, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, pidi¨® perd¨®n a las v¨ªctimas y nombr¨®, una vez m¨¢s, las medidas tomadas y por tomar. Pero ni ¨¦l ni el Papa han contestado a las preguntas fundamentales que de ning¨²n modo pueden ser pospuestas. Seg¨²n la ¨²ltima encuesta del Emnid (Instituto Alem¨¢n de Investigaci¨®n de Opiniones) s¨®lo el 10% de los participantes cree que la Iglesia est¨¢ haciendo lo suficiente para superar esta situaci¨®n; pero el 86% de los alemanes reprocha a quienes dirigen la Iglesia falta de disposici¨®n al esclarecimiento. La negaci¨®n obispal de cualquier relaci¨®n entre la ley del celibato y el abuso de menores ha de confirmarles en sus cr¨ªticas.
Ahora el mundo espera ante todo un 'mea culpa' de Benedicto XVI
Parece que a los obispos les importa m¨¢s proteger a sus curas que a los ni?os
Pregunta 1. ?Por qu¨¦ sigue el Papa, enfrentado a la historia, definiendo el supuesto "sagrado" celibato como un "preciado regalo" y pasando por alto el mensaje b¨ªblico que permite expl¨ªcitamente a todos los cargos el matrimonio? El celibato no es "sagrado", ni siquiera "dichoso", sino m¨¢s bien "desdichado" por excluir a innumerables buenos candidatos al sacerdocio y haber expulsado de sus cargos a multitud de sacerdotes por su disposici¨®n a casarse. La ley del celibato no es una verdad de fe, sino una ley eclesi¨¢stica del siglo XI que debi¨® ser abolida tras las protestas de los reformadores en el siglo XVI.
Una respuesta seria hubiera exigido que el Papa al menos prometiera la revisi¨®n de esta ley, tan ansiada por una absoluta gran mayor¨ªa del clero y el pueblo. Tambi¨¦n el presidente del Comit¨¦ Central de Cat¨®licos Alemanes, Alois Gl¨¹ck, y el obispo auxiliar de Hamburgo Jaschke exigen un comportamiento menos crispado frente a la sexualidad y una igualdad entre sacerdotes c¨¦libes y casados.
Pregunta 2. ?Realmente opinan, tal y como repiti¨® el arzobispo Zollitsch, "todos los expertos" que el abuso de menores por parte de cl¨¦rigos y la ley del celibato no tienen nada que ver? ?Qui¨¦n puede acaso conocer la opini¨®n de "todos los expertos"! Innumerables son, sin embargo, las declaraciones de psicoterapeutas y psicoanalistas que s¨ª ven una relaci¨®n: la ley del celibato obliga a los sacerdotes a abstenerse de cualquier actividad sexual; pero sus impulsos prevalecen, virulentos, con el riesgo de que sean apartados y compensados en una zona tab¨².
Una respuesta seria exige que se tome en serio la correlaci¨®n entre el abuso y el celibato, en lugar de negarla. As¨ª en sus estudios de 25 a?os de duraci¨®n -Knowledge of sexual activity and abuse within the clerical system of the Roman Catholic Church, 2004- el psicoterapeuta Richard Sipe deja clarolo siguiente: el estilo de vida c¨¦libe, sobre todo el que conlleva este tipo de socializaci¨®n (a menudo internado, despu¨¦s seminario sacerdotal) puede alimentar una inclinaci¨®n ped¨®fila. Sipe constata una inhibici¨®n del desarrollo psicosexual que se manifiesta m¨¢s a menudo en c¨¦libes que en el resto de la poblaci¨®n media. Pero a menudo los d¨¦ficits en el desarrollo psicol¨®gico y las inclinaciones sexuales se hacen conscientes despu¨¦s de la ordenaci¨®n.
Pregunta 3. ?No deber¨ªan los obispos, en lugar de pedir s¨®lo perd¨®n a las v¨ªctimas, admitir por fin de una vez su propia culpa? Durante d¨¦cadas han convertido la cuesti¨®n del celibato en un tab¨² y los casos de abuso se han encubierto con silencio absoluto y traslados. A los obispos parec¨ªa importarles m¨¢s la protecci¨®n de sus sacerdotes que la de los ni?os. Pero existe una diferencia entre los casos individuales de abuso en colegios fuera de la Iglesia cat¨®lica y los sist¨¦micos y por ello, a menudo, se acumulan casos en la Iglesia cat¨®lica romana, donde sigue imperando una moral sexual rigurosamente tensa que culmina en la ley del celibato.
Una respuesta seria hubiera exigido que el presidente de la conferencia episcopal declarara motu propio, en vez de esperar a que la ministra de Justicia diera un ultim¨¢tum de 24 horas a la autoridad eclesi¨¢stica, para que en un futuro la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica no siguiera tratando los delitos penales al margen de la justicia estatal. ?O habr¨¢ que pagar primero millones en indemnizaciones para que esta jerarqu¨ªa entre en raz¨®n? En el a?o 2006 la Iglesia cat¨®lica de Estados Unidos pag¨® la suma de 1.300 millones de d¨®lares; en Irlanda en 2009 el Gobierno acord¨® con las ¨®rdenes religiosas la creaci¨®n de un fondo de indemnizaci¨®n de unos ruinosos 2.100 millones de euros. ?Estas cantidades reflejan un alto porcentaje estad¨ªstico de delincuentes c¨¦libes respecto a la totalidad de delincuentes sexuales!
Pregunta 4. ?No deber¨ªa sobre todo el Papa Benedicto XVI asumir su responsabilidad en lugar de quejarse de una campa?a contra su persona? Nunca nadie perteneciente a la Iglesia tuvo tantos casos de abuso sobre su escritorio como ¨¦l. Como recordatorio:
- Ocho a?os como catedr¨¢tico de Teolog¨ªa en Regensburgo: debido a su estrecho v¨ªnculo con el director de la orquesta de la catedral, su hermano Georg, estaba perfectamente informado sobre los sucesos en el Regensburger Domspatzen (el coro de la catedral de Regensburgo). No se trata en estos momentos de las, lamentablemente, habituales bofetadas de aquella ¨¦poca, sino posiblemente de delitos sexuales.
- Cinco a?os como arzobispo de M¨²nich: acaban de conocerse nuevos abusos por parte de un sacerdote y delincuente sexual trasladado durante el obispado de Ratzinger. Su leal vicario general de entonces, mi compa?ero de estudios Gerhard Gruber, asumi¨® toda la responsabilidad, pero no consigui¨® apenas exonerar al arzobispo, tambi¨¦n administrativamente responsable.
- Veinticuatro a?os como prefecto de la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe: es aqu¨ª donde bajo absoluto secreto (Secretum pontificium) todos los delitos sexuales de cl¨¦rigos fueron y son registrados e investigados. En su carta del 18 de mayo del 2001 sobre los "graves delitos" dirigida a todos los obispos, Ratzinger volvi¨® a ligar los casos de abuso al secreto papal cuya vulneraci¨®n se pena con el castigo eclesi¨¢stico.
- Cinco a?os como Papa sin hacer nada respecto a esta siniestra pr¨¢ctica.
Una respuesta seria reclamar¨ªa que el hombre que desde hace d¨¦cadas tiene la responsabilidad del encubrimiento mundial, justamente Joseph Ratzinger, pronunciara su propio mea culpa. Tal y como lo exigi¨® el 14 de marzo de 2010 el obispo de Limburgo Tebartz-van Elst en un discurso por radio a todos los creyentes: "Porque una indignante injusticia no puede ser encubierta ni aceptada necesitamos una inversi¨®n que d¨¦ lugar a la verdad. Inversi¨®n y penitencia tienen su comienzo en el pronunciamiento de la culpa, el ejercicio y la apreciaci¨®n del arrepentimiento, la asunci¨®n de la responsabilidad y la oportunidad de un nuevo comienzo".
Hans K¨¹ng es catedr¨¢tico em¨¦rito de Teolog¨ªa Ecum¨¦nica en la Universidad de Tubinga (Alemania) y presidente de Global Ethic. Traducci¨®n de Ana Berenique.
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