Primavera nuclear
El 28 de marzo de 1979, tan s¨®lo 25 a?os despu¨¦s de la conexi¨®n a la red el¨¦ctrica del primer reactor nuclear, se produc¨ªa el accidente de Harrisburg (Pensilvania), el m¨¢s grave de la historia nuclear de EE UU y el segundo m¨¢s grave de la historia de la energ¨ªa nuclear.
El accidente de Harrisburg puso fin a la euforia de los que defend¨ªan el uso civil de la energ¨ªa nuclear y demostr¨® que las centrales nucleares eran inseguras, aumentando el rechazo de la opini¨®n p¨²blica. Por desgracia la experiencia de Harrisburg no fue suficiente para evitar el accidente nuclear de Chern¨®bil en 1986, el m¨¢s terror¨ªfico de los acaecidos hasta el momento.
La reflexi¨®n en torno a estas efem¨¦rides resulta oportuna en la encrucijada de esta primavera nuclear en la que se encuentra la poblaci¨®n de Castilla y Le¨®n, indefensa ante las decisiones que parecen haber tomado, mano sobre mano, los Gobiernos central y aut¨®nomo.
Por un lado el Ministerio de Industria nos amenaza con nuclearizar esta comunidad manteniendo en su territorio cuatro de las nueve candidaturas a albergar el cementerio nuclear -dos de ellas, en el coraz¨®n de Tierra de Campos, a unos 50 kil¨®metros de la ciudad de Le¨®n-. Podr¨ªan llegar a alguno de estos pueblos 7.000 toneladas de residuos radiactivos, muy t¨®xicos y peligrosos durante cientos de miles de a?os.
Por otro lado, la Junta clama por prolongar la vida ¨²til de la central nuclear de Garo?a, la m¨¢s antigua e insegura de Espa?a. Esta instalaci¨®n, varias veces amortizada, sufre de corrosi¨®n de la vasija del reactor y del circuito primario, con un nivel de afectaci¨®n -reconocido por el Consejo de Seguridad Nuclear- que no tiene parang¨®n con ninguna otra central del mismo tipo ni en Estados Unidos ni en otros pa¨ªses. En medio de este panorama desolador nos encontramos los ciudadanos de a pie, a los que no se consult¨® sobre la construcci¨®n de las centrales nucleares, proyectadas durante la dictadura, y a los que se sigue ignorando en la "democracia" a la hora de decidir sobre la conveniencia del cementerio nuclear o la pr¨®rroga de la central de Garo?a.
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