Rajoy s¨ª puede, y debe
Quiz¨¢s Matas no pueda demostrar su inocencia, pero el PP puede hacer m¨¢s ante la corrupci¨®n
Mariano Rajoy ha despachado con su caracter¨ªstica sorna su valoraci¨®n del caso Matas: "Que demuestre su inocencia, si puede". No era f¨¢cil para quien ha sido compa?ero de Consejo de Ministros de Jaume Matas, cont¨® con su apoyo pol¨ªtico en el partido y goz¨® de su amistad personal, tomar tan prudentemente mayor distancia del ex ministro y ex presidente balear imputado por 13 delitos. Pero como presidente del partido y m¨¢ximo responsable de lo que ocurre con sus finanzas y con sus dirigentes, su declaraci¨®n llega tarde y mal ante uno de los m¨¢s sonados y graves esc¨¢ndalos de corrupci¨®n de la democracia, que ha llevado al juez a pedir a Matas, para eludir la prisi¨®n, la mayor fianza, tres millones de euros, impuesta a un pol¨ªtico en Espa?a.
El PP tiene un serio problema con la corrupci¨®n, que aflora por toda su estructura como si formara parte de su ADN. No es as¨ª. Hablan por s¨ª solos los numerosos cargos p¨²blicos, parlamentarios y concejales que ninguna relaci¨®n tienen ni han tenido nunca con la confusi¨®n delictiva entre gesti¨®n de los intereses p¨²blicos e il¨ªcito enriquecimiento privado. Pero se debe a la actual direcci¨®n, encabezada por Rajoy, la dificultad para separar a los corruptos de los que no lo son, debido a la tolerancia con los sospechosos, de la que el m¨¢ximo exponente es precisamente el ex tesorero del Partido Luis B¨¢rcenas, que sigue manteniendo despacho en la sede central de la calle de G¨¦nova y cuenta con abogado pagado por el partido.
Esta dificultad del PP para lidiar con la corrupci¨®n es especialmente preocupante, porque podr¨ªa interpretarse como parte de un sistema de ocultaci¨®n de canales de financiaci¨®n irregular del partido. Por eso sus dirigentes debieran mantener una actitud m¨¢s vigilante y diligente, en vez de dar la sensaci¨®n de que tratan de esconder la basura bajo la alfombra. Esto sin contar con el deber de ejemplaridad al que est¨¢ obligado un partido que aspira a volver a gobernar.
En el caso Matas, centrado en el sobrecoste del vel¨®dromo Palma Arena, el juez ha redactado un dur¨ªsimo auto de imposici¨®n de medidas cautelares en el que hace un extenso relato de todas las pr¨¢cticas irregulares y presuntamente delictivas cometidas u ordenadas por Matas, adem¨¢s de destacar el "a todas luces notorio" incremento patrimonial del ex presidente balear". Y muestra su asombro por las "absurdas" explicaciones aportadas para justificarlo, hasta el punto de que se?ala que "ha venido a burlarse de los simples mortales".
Que un ex ministro y ex presidente auton¨®mico reconozca (para tapar delitos m¨¢s graves) haber defraudado a Hacienda y pagado en negro sus adquisiciones inmobiliarias y otros gastos, ya es motivo suficiente para que un partido que se define como "incompatible con la corrupci¨®n" le hubiera expulsado. Rajoy ha preferido esperar a que el interesado pidiera la baja. No se sabe si para no herirle o por alguna otra raz¨®n inexplicada.
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