Las v¨ªctimas no son h¨¦roes, ni los h¨¦roes sabios
Las v¨ªctimas no son h¨¦roes y los h¨¦roes no son siempre sabios, pero hay pocas personas en este mundo que se atrevan a decir eso, tal vez porque vivimos sepultados por las corrientes de opini¨®n, que son los escombros de la teor¨ªa, las c¨¢scaras de la idea, y por tanto casi nadie se atreve a caminar en direcci¨®n contraria o a no estar de acuerdo. La palabra v¨ªctima, en realidad, se ha abaratado bastante, porque ahora lo son, por ejemplo, los familiares de alguien que sufri¨® un atentado terrorista, lo cual, seg¨²n sostiene Juan Urbano, aunque lo hace con el temor de estar diciendo una inconveniencia, ser¨ªa como decir que el hijo de un difunto que muri¨® de c¨¢ncer es tambi¨¦n una v¨ªctima de esa enfermedad; o del tr¨¢fico, si fue atropellado; o de la depresi¨®n y la locura, si se suicid¨®. "Pero no lo pongas en el art¨ªculo, ?eh?", me advierte, "que esas cosas, al menos aqu¨ª y ahora, no se pueden decir".
Siempre pens¨¦ que el nombramiento de Neira era absurdo, que ¨¦l no iba a actuar como debiera
Estamos hablando de esto despu¨¦s de leer la noticia de que el Partido Socialista de Madrid ha pedido la destituci¨®n inmediata del profesor Jes¨²s Neira como presidente del Consejo Asesor del Observatorio Regional contra la Violencia de G¨¦nero, porque dicen que no puede ostentar ese puesto alguien que en su libro Espa?a sin democracia afirma que "el sustrato de violencia y terror" forma parte de las "entra?as mismas del socialismo", o que la elaboraci¨®n de la Constituci¨®n fue una "anormalidad antidemocr¨¢tica". Es verdad que si algo le sobra a nuestro pa¨ªs son libros llenos de aire y supuestos historiadores, cient¨ªficos o periodistas que pueden afirmar cualquier disparate con la seguridad de que hacerlo les proporcionar¨¢ un gran ¨¦xito, da lo mismo si dicen que el divorcio provoca ceguera, que el cambio clim¨¢tico no existe, que la capa de ozono se puede reparar con cinta aislante o que la Guerra Civil la provoc¨® un intento de golpe de Estado del PSOE y Esquerra Republicana: por desgracia, en muchas ocasiones de ah¨ª a la lista de los 10 m¨¢s vendidos no hay m¨¢s que un paso.
En el 90% de los casos las v¨ªctimas no son h¨¦roes, pero el profesor Neira s¨ª lo fue, y todo el mundo aplaudi¨® su acto de valor, cuando quiso impedir que un hombre dejara de golpear a su pareja en medio de la calle, y se emocion¨® al ver el precio tremendo que tuvo que pagar. Pero ?eso lo convierte en una persona preparada para dirigir un Observatorio contra la Violencia de G¨¦nero? Siguiendo la l¨ªnea de argumentaci¨®n de Juan Urbano, eso ser¨ªa lo mismo que pensar que cualquier persona que se haya estrellado con su coche est¨¢ capacitado para dirigir la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico. Es verdad que hay por ah¨ª algunos parientes de personas asesinadas por ETA que se sienten autorizados a dirigir el Ministerio del Interior, y alg¨²n partido pol¨ªtico que les ayuda a sujetar la pancarta, pero ?tiene todo eso alguna l¨®gica? ?La tiene el oportunismo de llevarse a los m¨ªtines a un secuestrado, o el de buscar un voto meti¨¦ndole un carn¨¦ en el bolsillo a la novia, la hermana o la madre de un concejal ejecutado por los criminales? Tiene raz¨®n Juan Urbano, va a ser mejor no escribir este art¨ªculo.
Porque si lo escribiese, tendr¨ªa que decir que siempre pens¨¦ que el nombramiento de Neira era absurdo, que ¨¦l no iba a actuar como debiera y que los que pusieron su nombre en la puerta del despacho actuaron con un cinismo escalofriante, porque lo hicieron a favor de la cobard¨ªa de los dem¨¢s y, por tanto, sab¨ªan que nadie iba a ser capaz de cuestionarlo. Me alegro de que el PSM haya tenido el coraje de saltar, aunque s¨®lo sea esta vez, por encima de las barricadas de la correcci¨®n pol¨ªtica y de quitarle la t¨²nica al santo. Igual debajo no hay m¨¢s que un andamio de madera, de esos que se ponen para sujetar la cabeza de las v¨ªrgenes en los altares. Ojal¨¢ cunda el ejemplo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.