El Gobierno abre la puerta a rebajar las cotizaciones a las empresas

La reforma laboral est¨¢ a punto de entrar en una fase decisiva y los tab¨²es planteados al inicio de la negociaci¨®n comienzan a caer. El Gobierno est¨¢ dispuesto a rebajar las cotizaciones sociales un punto o algo m¨¢s si eso garantiza la firma de un acuerdo m¨¢s amplio. Se tratar¨ªa de una medida "casi simb¨®lica", seg¨²n fuentes del Ejecutivo, un gui?o a la patronal en su principal demanda ante la mesa de di¨¢logo social. Hasta ahora, el Ministerio de Trabajo hab¨ªa rechazado esa posibilidad, pues la salud de las cuentas p¨²blicas no permite grandes alegr¨ªas.

Los negociadores del Ejecutivo dedicar¨¢n la pr¨®xima semana a perge?ar un boceto de reforma que entregar¨¢n a los agentes sociales el 12 de abril, casi tres semanas despu¨¦s de la ¨²ltima reuni¨®n tripartita. Es poco probable que ese documento incluya ya la rebaja de cuotas, pues se trata de un ¨²ltimo recurso para salvar el di¨¢logo en caso de que sea necesario. El Ministerio de Trabajo ha dado de plazo hasta finales de abril.

El Ejecutivo presentar¨¢ su propuesta definitiva el 12 de abril

Sindicatos y CEOE quieren separar este proceso del pacto de Zurbano

Cada punto de cotizaci¨®n aporta unos 2.500 millones de euros, cantidad equivalente al presupuesto asignado al Ministerio de Industria para todo el a?o. Es dif¨ªcil que los guardianes de las cuentas p¨²blicas renuncien a una cantidad tan jugosa; lo m¨¢s probable es que el Ejecutivo intente compensar de otra manera esa p¨¦rdida de ingresos. Por ejemplo, elevando la cotizaci¨®n al desempleo de los contratos temporales, una de las medidas contempladas para desincentivar el eventual y hacer m¨¢s atractivo el fijo. Tambi¨¦n podr¨ªa introducirse otra cotizaci¨®n para sufragar despidos como alternativa a la indemnizaci¨®n que actualmente abonan las empresas, seg¨²n inform¨® ayer La Vanguardia. La f¨®rmula, no obstante, est¨¢ poco definida.

La duda reside en qu¨¦ parte de la cotizaci¨®n a la Seguridad Social podr¨ªa asumir esa rebaja. Una fuente cercana a la negociaci¨®n considera que en contingencias comunes -la cuota m¨¢s voluminosa, con un 28,3% sobre la base reguladora- hay poco margen. Es m¨¢s probable que se ofrezca en desempleo para contratos fijos o en la aportaci¨®n que hacen las empresas por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales. En este apartado, no obstante, el ministerio acaba de hacer un gesto con rebajas para las empresas que reduzcan la siniestralidad.

Aunque el Ejecutivo est¨¦ dispuesto a dar un paso adicional, eso no significa que la CEOE acepte. La anterior ronda de di¨¢logo social, que se sald¨® con un fracaso en julio, encall¨® precisamente en ese punto. Entonces, la oferta gubernamental consist¨ªa en rebajar un punto de forma coyuntural y medio de forma permanente a las empresas, pero a cuenta del fondo de excedentes de las mutuas. Los empresarios, que piden una rebaja de cinco puntos (unos 12.500 millones) pueden considerar insuficiente la propuesta.

Adem¨¢s, la rebaja de cuotas amenaza con soliviantar a los sindicatos, reacios a premiar a las empresas a costa de adelgazar la caja com¨²n. Espa?a es uno de los pa¨ªses donde m¨¢s pesan las cotizaciones sociales sobre los ingresos p¨²blicos. El Estado obtiene m¨¢s por las cuotas de empresas y trabajadores que por todas las figuras tributarias. Perdonar dinero a las empresas requerir¨ªa, por tanto, un aumento de los ingresos fiscales.

Pese a que la CEOE pide rebajas pr¨¢cticamente en todas las reuniones sobre reforma laboral, hasta ahora no se han debatido. No es la ¨²nica idea que se ha soslayado en el proceso iniciado a principios de febrero. Las reuniones celebradas hasta ahora, a un ritmo de dos por semana, han evitado los asuntos m¨¢s espinosos y se han centrado en lo que concita mayor acuerdo.

Todas las partes asumen que no ser¨¢ dif¨ªcil alcanzar pactos en tres materias: bonificaciones, empleo juvenil y modelo alem¨¢n de reducci¨®n de jornada. Los negociadores coinciden a grandes rasgos en reordenar las pol¨ªticas de incentivos al empleo, que destinan cada a?o 3.000 millones de euros a bonificar contratos de colectivos muy diversos. El objetivo es convertir a los j¨®venes, que soportan un paro del 40%, en los principales destinatarios de esas ayudas. Tambi¨¦n est¨¢ bastante avanzado el marco que permite al empresario reducir la carga de trabajo y el sueldo del empleado en momentos de crisis si renuncia a despedirlo. A cambio, el Estado complementa el salario pero se ahorra la prestaci¨®n por desempleo, una de las principales sangr¨ªas del Presupuesto.

La urgencia por frenar la oleada de desempleo -roza ya el 19%- ha llevado a los sindicatos, en especial Comisiones Obreras, a pedir al Ejecutivo que vaya aplicando estas medidas sin necesidad de esperar al acuerdo final, que se demorar¨¢. Es poco probable que acepte.

El Gobierno intentar¨¢, no obstante, satisfacer otra petici¨®n, esta vez de todas las partes: que el acuerdo del di¨¢logo social se separe -en el tiempo y en las formas- del pacto pol¨ªtico de Zurbano, que la ministra de Econom¨ªa, Elena Salgado, trata de cerrar con los grupos parlamentarios. Ninguno de los dos est¨¢, de momento, garantizado, pero, en caso de producirse, se pretende que la opini¨®n p¨²blica los perciba como procesos separados.