Fabra y Matas
El PP elude responsabilidades por la corrupci¨®n confiado en su ventaja en las encuestas
Seis a?os han necesitado los peritos judiciales para desentra?ar la red de cuentas en las que el presidente de la Diputaci¨®n de Castell¨®n, Carlos Fabra, ingres¨® hasta 5,3 millones de euros sin justificar. Cuando el fiscal anticorrupci¨®n formule sus conclusiones tomando como base el informe de los peritos, Fabra deber¨¢ previsiblemente enfrentarse a tres presuntos delitos contra la Administraci¨®n p¨²blica -cohecho, tr¨¢fico de influencias y prevaricaci¨®n-, adem¨¢s de a un posible delito fiscal como el que ya le llev¨® ante los tribunales en 1999.
La investigaci¨®n judicial sobre el patrimonio de Fabra parte de la denuncia de un empresario que le acus¨® de exigir importantes comisiones a cambio de favores realizados desde la Diputaci¨®n. No se trata, pues, de una persecuci¨®n pol¨ªtica, seg¨²n la f¨®rmula en la que suelen escudarse los dirigentes del Partido Popular de la Comunidad Valenciana cuando deben rendir cuentas por presuntos delitos de corrupci¨®n. En este como en otros casos, se trata de un episodio que tiene como origen la iniciativa de alguien que se someti¨® a la extorsi¨®n y que, por la raz¨®n que sea, decidi¨® revelarla al cabo de un tiempo.
Los conductos por los que llegaron a las cuentas personales de Fabra los 5,3 millones de euros sin justificar, y que los peritos han identificado y cuantificado, conceden verosimilitud a la denuncia. El presidente de la Diputaci¨®n de Castell¨®n recibi¨® aproximadamente la mitad de esos fondos a trav¨¦s de cheques, muchos de ellos al portador. Otra parte sustancial, hasta 1.800.000 euros, mediante ingresos en met¨¢lico, y el resto en transferencias bancarias. El volumen total multiplica varias veces sus ingresos como cargo p¨²blico.
El cada vez m¨¢s oscuro horizonte judicial de Fabra se suma al del antiguo presidente balear Jaume Matas y a los avances en la investigaci¨®n de la trama G¨¹rtel, sin que la direcci¨®n del PP haya hecho hasta ahora otra cosa que distribuir diferentes dosis p¨²blicas de afecto entre los encausados, seg¨²n el grado de apoyo con el que cuentan. Lo que no ha hecho, en ning¨²n caso, es asumir responsabilidades pol¨ªticas ni exigir a los dirigentes implicados que las asuman. Por si cupiera alguna duda, el hecho de que haya sido Matas quien solicit¨® la suspensi¨®n temporal de su militancia, adem¨¢s de la condescendencia de la direcci¨®n popular frente a Fabra, demuestra que la aprobaci¨®n de un c¨®digo ¨¦tico, hace apenas unos meses, no pas¨® de ser una operaci¨®n propagand¨ªstica.
Confiado en las encuestas, el PP sigue sin asumir que la falta de respuesta pol¨ªtica a la corrupci¨®n en sus filas no s¨®lo envilece la alternativa que representa, sino que tambi¨¦n debilita a la totalidad del sistema democr¨¢tico. Creer que estos casos no pasan factura electoral es obstinarse en ver un rayo de sol en mitad de un cielo plagado de oscuros presagios: de nada sirve a un partido mantener sus votos de hoy, si para ello no duda en minar la confianza de los ciudadanos en la totalidad de la clase pol¨ªtica.
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