El espeso cuerpo del delito
La resistencia de los procesos sobre corrupci¨®n pol¨ªtica a facilitar el esclarecimiento de los hechos y a fijar el castigo de los culpables en plazos razonables de tiempo no procede s¨®lo de la eficacia de las garant¨ªas constitucionales protectoras, tambi¨¦n de los cargos p¨²blicos que faltan deslealmente a su compromiso de cumplir las leyes. Juegan igualmente un importante papel obstruccionista las oscuras connivencias de las direcciones de los partidos con los militantes acusados de haber saqueado las arcas p¨²blicas o de haberse enriquecido mediante el cobro de comisiones. Ese encubrimiento corporativo tiene muchas fuentes: desde los toscos sentimientos de solidaridad tribal ("m¨¢s roban los otros") hasta la paralela financiaci¨®n ilegal clandestina del partido, pasando por la navide?a creencia de los pastorcitos en que cualquier observaci¨®n cr¨ªtica sobre el portal de Bel¨¦n es una intoxicadora maledicencia.
Tras la Semana de Pasi¨®n de Jaume Matas, llega la Semana de Pascua de la trama G¨¹rtel
La actitud de rechazo de las denuncias de corrupci¨®n aparecidas en los medios y trasladadas luego a sede judicial suele traducirse en el ventajista diferimiento de cualquier opini¨®n comprometedora hasta que los tribunales pronuncien -muchos a?os despu¨¦s- la ¨²ltima palabra. Pero esa ¨²til t¨¢ctica para ganar tiempo, enfriar pasiones y cultivar la desmemoria de la opini¨®n p¨²blica resulta ineficaz -como los socialistas tuvieron ocasi¨®n de comprobar en los a?os noventa- si los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n se multiplican, la propia militancia se siente avergonzada por su zafiedad y la direcci¨®n del partido adopta actitudes diferentes ante cada denuncia en funci¨®n de los chantajes potenciales de sus autores.
Tal vez esa hora le est¨¦ llegando al PP: sin apenas tiempo para metabolizar en la Semana de Pasi¨®n las medidas cautelares dictadas contra Jaume Matas (ex presidente popular de Baleares y ex ministro de Aznar), Rajoy deber¨¢ afrontar durante la Semana de Pascua sin soluci¨®n de continuidad la resurrecci¨®n de otros viejos fantasmas. El diario EL PA?S publicaba anteayer que las investigaciones de un juzgado de Castell¨®n sobre las cuentas entre 1999 y 2004 de Carlos Fabra, presidente de la Diputaci¨®n y gran cacique del PP en la provincia, no encuentran la justificaci¨®n debida a 5,3 millones ingresados. Ayer, el juez Pedreira levantaba el secreto sobre varias decenas de miles de folios del sumario G¨¹rtel, iniciado hace m¨¢s de un a?o en la Audiencia Nacional por el juez Garz¨®n y continuado despu¨¦s -a causa del fuero procesal de algunos parlamentarios auton¨®micos imputados- en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), salvo dos piezas separadas enviadas -tambi¨¦n por raz¨®n de fuero- al Tribunal Superior de Justicia del Pa¨ªs Valenciano (TSJPV) y al Supremo y que contin¨²an su tramitaci¨®n.
El levantamiento del secreto del sumario del TSJM podr¨ªa aportar novedades sobre los nexos entre el enriquecimiento personal de los g¨¢nsteres de la trama G¨¹rtel -situados tanto dentro como fuera del PP- dirigida por Francisco Correa y la financiaci¨®n ilegal desviada por ese tinglado mafioso hacia la organizaci¨®n madrile?a presidida ahora por Esperanza Aguirre como pagos de actos de propaganda electoral o de cualquier otro servicio. Tambi¨¦n se hallan pendientes de ejecuci¨®n las investigaciones del Supremo sobre el senador B¨¢rcenas dirigidas a deslindar su eventual enriquecimiento il¨ªcito a t¨ªtulo personal y los ingresos irregulares gestionados en su condici¨®n de tesorero nacional del PP. Finalmente, el sobreseimiento del presidente Camps dictado el pasado agosto por el TSJPV ha sido recurrido ante el Supremo.
El argumento central del novel¨®n decimon¨®nico de ambici¨®n, poder y dinero titulado caso Palma Arena es el irresistible ascenso de un matrimonio peque?o-burgu¨¦s al sancta santorum de la aristocracia mallorquina. Tampoco faltan en la historia, sin embargo, episodios de la inextricable fusi¨®n entre corrupci¨®n personal y corrupci¨®n institucional que ha unido los caminos te¨®ricamente paralelos del enriquecimiento individual de los altos cargos y de la financiaci¨®n ilegal de los partidos.
Y aunque Rajoy haya tomado distancias -m¨¢s por omisi¨®n que por acci¨®n- respecto a Matas en las ¨²ltimas semanas, todav¨ªa resuena en el aire su inolvidable compromiso de tomar como modelo para gobernar Espa?a al entonces presidente de Baleares.
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