Jordi Borja analiza 35 a?os de urbanismo en Barcelona

Y despu¨¦s de la euforia de los Juegos Ol¨ªmpicos de 1992, la ciudad de Barcelona, ensimismada, despert¨®. Atr¨¢s quedaron la reflexi¨®n, la acci¨®n ciudadana y la gesti¨®n de conflictos que hab¨ªan singularizado, en positivo, el urbanismo de la capital catalana durante la Transici¨®n.

As¨ª lo expone, al menos, el ge¨®grafo y urbanista Jordi Borja (Barcelona, 1941) en el libro Llums i ombres de l'urbanisme de Barcelona (Emp¨²ries), donde repasa los ¨¦xitos y fracasos de planificaci¨®n de la ciudad desde la recuperaci¨®n democr¨¢tica.

Seg¨²n el autor (que form¨® parte del gobierno municipal entre 1980 y 1995), los primeros 15 a?os se caracterizaron por una cuidada planificaci¨®n ciudadana, que tuvo su c¨¦nit en los proyectos vinculados a los JJ OO. Pero la embriaguez ol¨ªmpica impidi¨® prever los efectos del reconocimiento internacional alcanzado: la llegada de inmigrantes y de una masa de turistas que, aunque molesta a veces, representa una notable fuente de ingresos para la ciudad.

Para el hoy director del ?rea de Urbanismo de la Universitat Oberta de Catalunya, durante los ¨²ltimos a?os la metr¨®poli sufre la mala imagen generada por el F¨®rum 2004 y el culto a "obras caprichosa de arquitectos famosos" mal recibidas, como el edificio de Gas Natural que dej¨® Enric Miralles o la "atractiva y aparatosa" Torre Agbar de Jean Nouvel.