"Los cuentos forman la mente del ni?o"
Felicidad Orqu¨ªn es de esas personas que han logrado ser incuestionables por todo un sector profesional que la considera un referente indiscutible, incluso internacionalmente. En este caso, en el del mundo de la literatura infantil y juvenil, al que sigue ligada.
Como editora cre¨® y dirigi¨® la colecci¨®n Labor Bolsillo Juvenil, as¨ª como Austral Juvenil y Austral Infantil en la editorial Espasa-Calpe, donde tambi¨¦n dirigi¨® la colecci¨®n de ensayo Espasa-Ma?ana y fue directora literaria. Tambi¨¦n destaca como investigadora y cr¨ªtica de literatura infantil, labor esta ¨²ltima por la que recibi¨® el Primer Premio Nacional de Cr¨ªtica de Literatura Infantil, en 1980.
Orqu¨ªn, adem¨¢s, ha estado implicada con los movimientos de renovaci¨®n pedag¨®gica y feministas de los a?os setenta. De hecho, otra vertiente de sus actividades es la relacionada con temas de g¨¦nero, escritura femenina, las im¨¢genes sexistas en los libros para ni?os o el espacio social de las mujeres.
Aunque se muestra prudente, no deja de mostrarse sorprendida de que alguien considere la posibilidad de vetar cuentos de la narrativa tradicional. Piensa que forma parte de ciertos abusos en nombre de lo pol¨ªticamente correcto. Est¨¢ de acuerdo en que se busquen otras f¨®rmulas, otros relatos que, en la literatura para los peque?os, otorguen a la mujer y a la ni?a otro papel m¨¢s igualitario, pero sin renunciar nunca a los cuentos que ya existen. Recuerda que eso se inici¨® en a?os setenta y ochenta del pasado siglo, como la colecci¨®n A favor de las ni?as: "Pero no se puede deconstruir la narrativa tradicional, sino crear otros cuentos feministas, porque, adem¨¢s, no se trata de invertir los roles, sino crear desde una mirada feminista nuevos valores".
Quiere dejar claro que todos los cuentos de la narrativa tradicional, y muchos de los actuales, son sexistas en cuanto proceden de una sociedad patriarcal: "Como en gran medida es actualmente la nuestra. Pero lo que hay que preguntarse es el valor que, no obstante, tienen estos relatos para los ni?os y ni?as".
Seg¨²n ella, el primero que se lo pregunt¨® de manera casi cient¨ªfica fue Bruno Bettelheim (1903-1990), escritor y psic¨®logo infantil, en su libro Psicoan¨¢lisis de los cuentos de hadas, publicado en 1975: "Toda la concepci¨®n de la bondad positiva de estos cuentos parte del an¨¢lisis que ¨¦l hizo, donde hac¨ªa especial hincapi¨¦ en la importancia que estos relatos ten¨ªan para la formaci¨®n moral e intelectual de los ni?os; no hay que perder de vista que eso es lo fundamental".
Orqu¨ªn, como otros expertos, tiene claro que el cuento de hadas le ofrece al ni?o de una forma simb¨®lica materiales para entender sus sentimientos: "Hay que pensar que el libro de Bettelheim se escribe despu¨¦s de todas las teor¨ªas de Freud, y por entonces ya se sabe cu¨¢les son los sentimientos de los ni?os y cu¨¢les son sus sufrimientos".
Sostiene Orqu¨ªn que estos cuentos de hadas, en mayor medida que cualquier cuento contempor¨¢neo, ayudan al ni?o a un mayor crecimiento psicol¨®gico "porque estos cuentos tratan de cosas que el ni?o siente dentro, aunque no es capaz de ponerle nombre, como es la rivalidad, el narcisismo... Estos cuentos le presentan im¨¢genes con las que se puede identificar y el ni?o o ni?a puede ir eligiendo lo m¨¢s positivo, o lo que est¨¢ m¨¢s de acuerdo con su personalidad".
Por otra parte, no pierde de vista que hay que tener en cuenta que estos cuentos proceden de la tradici¨®n oral, ya que Vladimir Propp, en su libro Ra¨ªces hist¨®ricas del cuento, estudia estos cuentos maravillosos de hadas, a los que se puede considerar la prehistoria de la humanidad: "Todos ellos son universales, porque se dan con variantes en todos los pa¨ªses, son figuras que hay que considerar arquetipos".
"Por eso en el siglo XVII un hombre culto de la corte, como Perrault, toma estos cuentos de aquellos populares que hab¨ªa o¨ªdo a su ni?era, y hace una colecci¨®n de cl¨¢sicos que se mantienen ahora, como La bella durmiente, Caperucita o Piel de asno, que recogen esas experiencias subconscientes de iniciaci¨®n para ni?os y ni?os. No hay m¨¢s que recordar Caperucita, cuento que termina con una moraleja con la que se advierte a las ni?as para que se defiendan frente a los hombres mayores que pueden perseguirlas", concluye Orqu¨ªn, quien sostiene que los estereotipos que aparecen en las mujeres de estos cuentos no son sexistas, ya que las figuras femeninas, tanto las bondadosas como las malvadas, tienen un papel y, a veces, el m¨¢s activo.
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