El riesgo laboral de caer en desgracia

A la justicia espa?ola no han llegado situaciones tan extremas como la de France T¨¦l¨¦com, aunque las denuncias por acoso moral son un viejo conocido. Una muerte vinculada a un conflicto laboral fue la de un conductor de autob¨²s de Barcelona de conducta intachable que se suicid¨® despu¨¦s de que la empresa le despidiera acus¨¢ndole de cobrar dos veces un mismo billete.

Los jueces de lo social explican que la mayor¨ªa de las denuncias por acoso moral tienen en com¨²n que las presentan trabajadores cualificados, con muchos a?os de antig¨¹edad en la empresa y que hab¨ªan mantenido una relaci¨®n armoniosa y muy pr¨®xima. Hasta que caen en desgracia, casi siempre por la llegada de un nuevo directivo que quiere promocionar para ese puesto a otra persona de su confianza. "Y entonces empieza el acoso moral y se pasa del amor al odio en cuesti¨®n de d¨ªas", explica Faustino Rodr¨ªguez, titular del Juzgado de lo Social n¨²mero 12 de Barcelona que ha sentenciado m¨¢s de un caso as¨ª.

El hostigamiento se concreta en desaires hacia el trabajador, habitualmente en presencia de sus subordinados para que le resulte m¨¢s humillante; la supresi¨®n de las funciones que desempe?aba; la verbalizaci¨®n de que se ha perdido la confianza en ¨¦l, y la marginaci¨®n en la empresa. El objetivo es forzar la marcha del empleado sin pagarle la indemnizaci¨®n que le corresponde.

En esas situaciones, el art¨ªculo 50 del Estatuto de los Trabajadores permite solicitar la extinci¨®n del contrato y denunciar a la empresa por el incumplimiento de sus obligaciones. Si se demuestra el acoso moral, la ley reconoce una indemnizaci¨®n m¨¢xima de 45 d¨ªas de salario por a?o trabajado y la posibilidad de otra cantidad por vulneraci¨®n del derecho fundamental a la dignidad del trabajador, cuya cuant¨ªa queda a criterio del juez. Para ello se tendr¨¢ que demostrar que se ha producido ese da?o moral y que, por ejemplo, ha afectado al prestigio profesional o la posici¨®n social del trabajador.