Pol¨ªtica, f¨²tbol y rock en el concierto de Loquillo

Probablemente, era uno de los deseos de Loquillo: saludar con el tradicional "bienvenidos a mi ciudad" al p¨²blico de un recinto donde tambi¨¦n estuviesen el alcalde de Barcelona y el presidente del Bar?a. Los dos, Jordi Hereu, y Joan Laporta, coincidieron en el Sant Jordi Club para celebrar los 30 a?os de carrera del rockero de Barcelona, cargo tan oficial como el de alcalde o presidente de un club de f¨²tbol. El rock tiene algo de rebeld¨ªa, pero hoy puede m¨¢s su peso oficial, y al rock acuden las autoridades cuando se trata de conectar con lo que fue su juventud.

Y, precisamente, de juventud tuvo mucho la noche, dos horas de rock anclado en canciones cl¨¢sicas que evocan unos a?os en lo que todo parec¨ªa por construir. Ahora, 30 a?os m¨¢s tarde, esas canciones funcionaron como espejo en el que mirar las esperanzas albergadas. No falt¨® p¨²blico en edad de a¨²n albergarlas, pero esas excepciones no hac¨ªan sino confirmar la preeminencia de una generaci¨®n que se solaz¨® con recuerdos servidos con la natural seguridad y aplomo de Loquillo, quien, pese a todo, no tuvo su mejor d¨ªa.

La banda sonora gan¨® altura con esas canciones inevitables que tambi¨¦n sali¨® a defender, ya en los bises, Sabino M¨¦ndez. Fue una noche de celebraci¨®n y hasta la ciudad, en persona de su alcalde, reconoci¨® que Loquillo es su rockero m¨¢s reconocible. De eso se trataba. Pol¨ªtica, f¨²tbol y rock, la Sant¨ªsima Trinidad.