Karzai, droga y d¨®lares
Ala ya de por s¨ª complicada guerra de Afganist¨¢n que enfrenta a Estados Unidos como l¨ªder del contingente internacional con los talibanes, se ha sumado estos d¨ªas una guerra de palabras y alg¨²n que otro desprop¨®sito.
Karzai ha acusado a Estados Unidos de "comportarse como fuerza invasora" que quiere "dominar la regi¨®n" y ha amenazado con algo tan estramb¨®tico como pasarse a los talibanes. Washington, ciertamente, no ve bien la iniciativa del presidente afgano de convocar para mayo una Loya Jirga, asamblea de notables en la que se discutir¨ªa la reconciliaci¨®n con los los talibanes.
Se sabe tambi¨¦n que Karzai se ha entrevistado con el l¨ªder talib¨¢n Gulbudin Hekmatyar, que es antinorteamericano, pero no por ello aliado del terrorismo internacional, raz¨®n por la que Kabul lo considera desagregable del frente enemigo.
Las bater¨ªas verbales siguieron disparando cuando el anterior enviado de la ONU a Kabul, el norteamericano Peter Galbraith, acusaba a Karzai de hablar y tomar decisiones bajo el influjo de la droga. Preguntado en una televisi¨®n occidental sobre lo que hasta entonces s¨®lo se hab¨ªa insinuado, Galbraith respondi¨® secamente: "Hay informaciones al respecto".
N o se adivina c¨®mo Washington podr¨ªa desembarazarse de Karzai, ni este prescindir de la ayuda occidental. Pero lo cierto es que EE UU no deja de explorar nuevas y tan discutibles v¨ªas de progreso militar como repartir millones de d¨®lares entre la poblaci¨®n del reci¨¦n conquistado distrito de Marja, en concepto de reparaci¨®n de da?os sufridos por la poblaci¨®n durante la lucha. Pero resulta que no hay occidental que distinga a los simples habitantes del lugar de los talibanes convictos y confesos, y se sabe que algunos guerrilleros han acudido ya a recoger su soldada.
El presidente afgano, sin duda asustado de su propia audacia, ha querido recomponer las relaciones asegurando que sigue siendo amigo de Washington y que su hom¨®nimo norteamericano le recibir¨¢ en la Casa Blanca el 12 de mayo.
Obama ha tenido que hacer en unos meses dos reevaluaciones de su pol¨ªtica afgana, pero est¨¢ cada d¨ªa m¨¢s claro que precisa con urgencia una tercera.
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