La tasca de la intelectualidad
Ourense reivindica el "bar do Tucho", ¨²ltimo vestigio de la Atenas gallega
Ourense tuvo una taberna como un sagrario. Un bar de vinos, aut¨¦ntico cenobio de la intelectualidad y el arte. O'Volter, el "bar do Tucho" (Antonio Fontenla, su due?o), fue desde los sesenta y hasta mediados los ochenta la m¨¢xima expresi¨®n de una Atenas de Galicia que claudic¨® de s¨ª misma acosada por la desmemoria colectiva y por la desidia institucional. Su desaparici¨®n marc¨® el fin de una ¨¦poca de compromiso cultural, de aquel "Ourense perdurable" que dur¨® lo que tard¨® en extinguirse la Xeraci¨®n N¨®s.
Dos d¨¦cadas despu¨¦s de que en 1985 las m¨¢quinas tumbaran sin contemplaciones las art¨ªsticas paredes de O'Volter con todos sus hist¨®ricos murales, obra de los "artisti?as" ourensanos, los supervivientes de aquella resistencia apoyada en las tertulias dirigidas por Risco acaban de rendirle tributo al bar y al cicerone, espoleados por las fundaciones Carlos Casares y Vicente Risco y el Pen Clube.
M¨¦ndez Ferr¨ªn, Casares, Quessada y Risco se inspiraron en O' Volter
Un 'roteiro' y un libro homenajean a la taberna, centro de reuni¨®n de artistas
Cuando, en 1985, entraron las m¨¢quinas a derribar O'Volter y parte de la historia ourensana, su due?o "empez¨® a cargar con un saco de melancol¨ªa: vagaba por las calles y no nos reconoc¨ªa; aquello lo mat¨®", rememora ahora Alberto Almeida Rebollo, autor del ¨²nico libro que retrat¨® aquel esplendor cultural en torno a unas tazas de vino.
Tucho Fontenla no era un tabernero al uso. Hab¨ªa sido maestro, ten¨ªa una sensibilidad especial por el arte y congreg¨® en su santuario a la intelectualidad y los artistas. Escritores y poetas como Casares, M¨¦ndez Ferr¨ªn o Mill¨¢n Picouto; pintores como Quessada, De Dios, Virxilio, Alexandro o Vidal Souto; escultores como Acisclo, Failde, Buci?os, I?aki Basallo o Moreiras. Por all¨ª tambi¨¦n pasaron el pintor Conde-Corbal, Luis Trabazos y Augusto Valencia, junto a periodistas y ourensanos con inquietudes.
La inspiraci¨®n del momento les llev¨® a pintar y escribir en las nada lustrosas paredes del bar mientras Risco, con Tucho al fondo sirviendo vinos atento a los discursos, teorizaba sobre el mundo y su epicentro en una tasca del casco viejo ourensano.
Pero a mediados de los setenta, Almeida, vinculado a las tertulias, tuvo un p¨¢lpito. "Intu¨ª que todo eso acabar¨ªa y me puse a fotografiarlo". Confeccion¨® un libro, un manuscrito de medio metro de largo por 25 cent¨ªmetros de ancho con p¨¢ginas de colores que identificaban los apartados (poes¨ªa, escultura, pintura) en los que distribuy¨® las fotos de los murales del local. Lo encuadern¨® y se lo regal¨® a Tucho a modo de ofrenda por su papel aglutinador, por su bohemia y bonhom¨ªa. El due?o lo coloc¨® en un atril a la entrada junto al retrato de su mujer que ¨¦l mismo bajaba a diario, religiosamente, del piso superior, en el que viv¨ªa.
O' Volter tuvo una muerte provocada. "Todos somos culpables", sostiene Almeida. Aunque matiza: "Sobre todo las instituciones, que miraron hacia otro lado". El desagravio colectivo a la tasca le lleg¨® el viernes pasado con una sentida procesi¨®n, un "routeiro", dirigida por el profesor Alfonso V¨¢zquez-Monxard¨ªn. Arranc¨® en otro mural, de Ant¨®n Failde, rescatado, este s¨ª, por las instituciones locales del olvido madrile?o y situado al pie del Barba?a, "uno de los espacios literarios de la ciudad", en palabras de Monxard¨ªn, que se empe?¨® en guiar a los congregados por un "Ourense perdurable por lo menos en el recuerdo".
Medio siglo despu¨¦s de que "o Tucho" dejara la ense?anza para hacerse empresario y abriera el santuario de O'Volter, y 30 a?os despu¨¦s de su reliquia, los ourensanos lo han convertido en patrimonio inmaterial. El hijo de Tucho, Vicente Fontenla, logr¨® recuperar un par de cuadros y esculturas de la vivienda familiar. Nada m¨¢s. Ahora, el autor de las fotograf¨ªas que dan fe de la existencia de aquella tasca cultural que marc¨® el punto final de la Atenas de Galicia, prepara una novela con el argumento, real, de aquel manuscrito que entreg¨® a Tucho y que, tras a?os expuesto en el atril, desapareci¨® durante d¨¦cadas para reaparecer, tras la muerte del singular cicerone, en otro bar de la ciudad.
En vida de Tucho, Almeida jam¨¢s se atrevi¨® a preguntar por el manuscrito. "No quer¨ªa comprometerlo", sostiene. El empresario tampoco le dio explicaciones. "Sencillamente, no hablamos de eso". Pero result¨® que hab¨ªa decidido poner esa recopilaci¨®n gr¨¢fica de la historia del bar y de la ciudad a buen recaudo. "Se lo entreg¨®, a modo de albacea, a un amigo com¨²n", cuenta ahora el autor, quien se enter¨® de casualidad cuando en 1998 la editorial Ronsel edit¨® el libro de Sof¨ªa Tros O Volter con las im¨¢genes prestadas.
Finalmente, el manuscrito original de Almeida, O Volter, fragmentos para a memoria , fue editado el a?o pasado con textos de Jos¨¦ Mar¨ªa P¨¦rez ?lvarez, Chesi, Fern¨¢ndez Naval y Chus Pato acompa?ando las fotos. Fue el comienzo de la recuperaci¨®n de la demolida historia ourensana y del retorno al punto cero.
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