Cameron invita a los brit¨¢nicos a gobernar juntos
El candidato conservador propone menos Estado y m¨¢s sociedad civil
"Venid y gobernad conmigo", les ha venido a decir David Cameron a los brit¨¢nicos, aunque sin utilizar textualmente esas palabras. El l¨ªder del Partido Conservador dio as¨ª un giro a la campa?a electoral brit¨¢nica al dejar algo de lado la econom¨ªa y centrarse en un mensaje m¨¢s ideol¨®gico, de menos Gobierno y m¨¢s sociedad civil, en la presentaci¨®n del programa electoral tory.
Si el laborista Gordon Brown eligi¨® en la v¨ªspera un luminoso hospital de nueva planta en Birmingham para presentar su programa, evocando as¨ª los logros del Nuevo Laborismo, Cameron eligi¨® un escenario opuesto: la abandonada central el¨¦ctrica de Battersea, una circunscripci¨®n del sur de Londres que los laboristas ganaron en 2005 por tan s¨®lo 163 votos de diferencia.
El dirigente intenta inyectar entusiasmo en el arranque de la campa?a electoral
Los 'tories' quieren dar al individuo m¨¢s poder sobre la gesti¨®n p¨²blica
Aunque el simbolismo del escenario, inmortalizado por Pink Floyd en la car¨¢tula de su disco Animals, era m¨¢s que obvio, Cameron y uno de sus lugartenientes, William Hague, se tomaron la molestia de subrayarlo: "Un gran icono brit¨¢nico listo para ser regenerado, justo igual que nuestro pa¨ªs". Pero los blogs laboristas encontraron enseguida la forma de darle la vuelta a ese simbolismo y vieron en Battersea la representaci¨®n del programa conservador: muy bonito por fuera y vac¨ªo por dentro.
Los tories montaron ah¨ª una escenificaci¨®n m¨¢s bien sobria, transmitiendo sobre todo solemnidad y trascendencia, en consonancia con el mensaje electoral que quieren enviar: Reino Unido est¨¢ en crisis, est¨¢ roto, y nadie mejor que nosotros, conservadores, para enderezarlo.
La misma solemnidad que transpira la portada del denso programa electoral, 130 p¨¢ginas de propuestas enmarcadas en una sencilla tapa azul con sobrias letras grises y la leyenda: "Invitaci¨®n a sumarse al Gobierno de Gran Breta?a". Nada m¨¢s opuesto a los id¨ªlicos rayos de sol y la campi?a multicolor con evocaciones mao¨ªstas y sovi¨¦ticas de la tapa del programa laborista.
Cameron lo present¨® con menos teatralidad de la que acostumbra, parapetado tras un atril y texto en mano. En l¨ªnea con el encabezamiento del programa, su mensaje se centr¨® en llamar al pueblo a votar por ¨¦l para gobernar con ¨¦l. "No estamos aqu¨ª para hacer las promesas de siempre de los pol¨ªticos. No decimos: 'Danos tu voto y arreglaremos todos tus problemas'. Decimos algo distinto. Decimos: 'Ning¨²n Gobierno puede resolver todos los problemas por s¨ª mismo. Ning¨²n individuo puede resolver todos los problemas por s¨ª mismo'. Decimos: 'Estamos todos en esto, venid con nosotros y construiremos un pa¨ªs mejor'. Juntos. Queremos que todos estemos implicados. Por eso hemos llamado a este programa electoral una invitaci¨®n para gobernar juntos".
Un mensaje quiz¨¢s simplista, quiz¨¢s demag¨®gico, pero directo. Y con la intenci¨®n de inyectar a la campa?a conservadora esas dosis de entusiasmo que tanto desbordaba el Nuevo Laborismo de Tony Blair en 1997 y que tanto le cuesta emanar a Cameron. Pero tambi¨¦n un mensaje que va hasta el tu¨¦tano del pensamiento tory: menos Gobierno y m¨¢s individuo, m¨¢s responsabilidad individual y menos dependencia del Estado.
?En qu¨¦ se traduce esa filosof¨ªa? En facilitar la creaci¨®n de cooperativas, dar m¨¢s poder al individuo para que se involucre en la gesti¨®n de los servicios p¨²blicos y la resoluci¨®n de los problemas sociales, implicar m¨¢s a los padres en la gesti¨®n de las escuelas, a los vecinos en la toma de decisiones de sus comunidades, darle al ciudadano m¨¢s poder para escudri?ar la gesti¨®n de las autoridades.
C¨®mo conseguir eso es ya harina de otro costal. La propuesta m¨¢s concreta es la de obligar al Parlamento a debatir un asunto que tenga el apoyo de 100.000 firmas. En la misma l¨ªnea, los vecinos de una comunidad podr¨¢n impulsar propuestas que tengan el apoyo del 5% de los residentes locales. Son iniciativas que existen en otros pa¨ªses europeos, incluida Espa?a, y que, paradojas de la vida, ha sido tambi¨¦n introducida en Europa por el Tratado de Lisboa, tan denostado por los tories.
El giro en la campa?a le ha permitido a Cameron no entrar a fondo en sus propuestas econ¨®micas, quiz¨¢s porque no hay apenas nada en el programa que no se conociera de antemano. O quiz¨¢s porque el debate econ¨®mico empezaba a saturar a los votantes cuando quedan m¨¢s de tres semanas de campa?a.
![David Cameron, durante la presentaci¨®n del manifiesto <i>tory,</i> ayer en Londres.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/VVS6NSICHLN2F3BGWPJ24CIDEY.jpg?auth=458d59914bb4d194f107527861aa95d4df421d951a1eaf50586a06bb016125b3&width=414)
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