Hilda Farfante: "Me siento culpable de lo que le pasa a Garz¨®n"

Sentada en una bancada de pupitres de un aula de la Facultad de Relaciones Laborales de la Universidad Complutense, Hilda Farfante Cayo, de 79 a?os, confes¨® ayer, entre l¨¢grimas, que hab¨ªa sido el sentimiento de culpa el que la hab¨ªa llevado hasta all¨ª, a participar en el encierro simb¨®lico de apoyo al juez Baltasar Garz¨®n. "Me siento culpable de lo que le pasa. Porque yo le ve¨ªa que iba a por Pinochet y luego a por los argentinos y siempre dec¨ªa: ?Y lo de mis padres? ?Y la represi¨®n franquista? Cuando dijo que se iba a ocupar de esto, me llev¨¦ la alegr¨ªa de mi vida. Ahora, con todo lo que le est¨¢ pasando, tengo ganas de pedirle perd¨®n. Mi abuela siempre dec¨ªa: 'a los falangistas decidles siempre a todo que s¨ª. No les llev¨¦is nunca la contraria'. Y a lo mejor ten¨ªa raz¨®n".

"La frustraci¨®n que sienten es enorme", dicen los psic¨®logos que les atienden

Hilda ten¨ªa cinco a?os cuando perdi¨® a sus padres, ambos maestros, como ella. "Se conoc¨ªan desde peque?os, iban siempre juntos. Nunca se hab¨ªan separado. A mi madre fueron a buscarla cuando iba a abrir el colegio. Ocho a?os despu¨¦s, en su acta de defunci¨®n, escribieron como causa de la muerte: 'Hecho de guerra'. Abrir el colegio de un pueblo era un hecho de guerra. Mi padre fue a buscarla al d¨ªa siguiente y lo mataron tambi¨¦n. Ella est¨¢ enterrada en una cuneta. A ¨¦l lo tiraron por un barranco. Son desaparecidos. A las tres hermanas nos separaron, cada una con un familiar. Ya nunca volvimos a estar juntos", cuenta, emocionada.

"Yo siempre pens¨¦ que si esto lo cog¨ªa Garz¨®n, se solucionar¨ªa todo, pero se ha metido en una trampa. El franquismo sigue gobern¨¢ndolo todo", concluye.

En la Oficina de Atenci¨®n a las V¨ªctimas de la Asociaci¨®n para la Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica han escuchado muchos testimonios parecidos a ¨¦ste, de familiares que se sienten culpables por el proceso contra Garz¨®n. "Se sienten v¨ªctimas y culpables. La frustraci¨®n es enorme", explica Guillermo Fouce, de Psic¨®logos sin Fronteras y coordinador de la oficina, que hoy cumple un a?o en funcionamiento.

Un equipo de 20 personas (psic¨®logos, historiadores, arque¨®logos y soci¨®logos) ha atendido a un centenar de familiares desde entonces. "Vienen muchos abuelos animados por sus nietos y gente muy mayor, buscando su ¨²ltima oportunidad de cumplir con las deudas del pasado", cuenta. "Muchos piden imposibles, pero a todos los atendemos. La oficina estatal de atenci¨®n a las v¨ªctimas del franquismo incluso nos ha derivado casos", explica. "Organizamos charlas de grupo para que cada uno cuente su caso. Esto lo hemos copiado de Chile y Argentina, por ejemplo con las Abuelas de Plaza de Mayo. As¨ª se dan apoyo mutuo", cuenta Fouce.

Los testimonios de esas personas son grabados para el Programa de Donantes de Memoria, que pronto se podr¨¢ consultar en Internet. "Me han impresionado algunos testimonios sobre ni?os robados y el hallazgo de fosas en Madrid. Hasta ahora se pensaba que no hab¨ªa, pero hemos encontrado indicios en Torrej¨®n de Ardoz, Alcal¨¢ de Henares, Navalcarnero, Getafe...".

Fouce lleva mucho tiempo atendiendo a familiares, pero a¨²n le sorprenden. "Todav¨ªa me pone los pelos de punta ver c¨®mo bajan la voz para contar su historia. Y su capacidad de resistencia. Las v¨ªctimas que no son reconocidas acaban pasando por un proceso que en psicolog¨ªa se llama victimizaci¨®n secundaria y complica mucho la curaci¨®n. En estos casos, todos son doblemente v¨ªctimas, porque no han sido escuchadas y ahora, adem¨¢s, tienen otra vez la sensaci¨®n de que quieren callarlas".

Dos semanas de encierro en apoyo de Baltasar Garz¨®n