Las razones de Carmen March

En el mismo lugar donde debut¨® con su primer desfile -aquel imponente Banco Central que antes de reconvertirse en Instituto Cervantes fue un edificio fantasma abierto a la m¨²sica, la moda y una despreocupada juventud urbana-, Carmen March cerraba ayer un "ciclo" profesional con un vestido inspirado en Cinco horas con Mario, de Miguel Delibes.

Un vestido-punto-final presentado dentro de la exposici¨®n 20 trajes para Europa, en la que literatura y moda componen una curiosa sopa de letras y tela. "Venir hoy aqu¨ª era una buena manera de cerrar el trabajo de estos a?os", se?ala la dise?adora mallorquina, que el pr¨®ximo 30 de abril clausura su taller y su tienda madrile?a pese a encontrase en el mejor momento creativo de su carrera. "Del modo en que yo lo tengo planteado no es viable financieramente. Y la opci¨®n viable no me interesa. Yo quiero hacer las cosas a mi manera y si no puedo hacerlas as¨ª, pues prefiero no hacerlas. La moda es ilusi¨®n y algo tan absurdo como esto s¨®lo tiene sentido si puedes ser t¨² misma en todo momento. Chanel estuvo desaparecida veinte a?os. As¨ª que retirarse no es necesariamente una mala idea".

Para la dise?adora, sus dos hijos (de uno y cuatro a?os) son ahora mismo tambi¨¦n otro obst¨¢culo para seguir adelante. "He tenido que elegir entre pasar m¨¢s tiempo con ellos y mi vocaci¨®n. Yo quiero trabajar, pero tambi¨¦n los quiero atender. Tal y como concibo este trabajo, que es con una dedicaci¨®n al 100%, eso es totalmente incompatible. O estoy encima de cada detalle o me vuelvo loca".

March ha defendido un lujo artesanal, siempre a partir de materiales naturales y de m¨¢xima calidad. En definitiva, una moda exquisita, casi de piezas ¨²nicas, tan imaginativa como real. Al preguntarle si existe en Espa?a una clientela capaz de entender y adem¨¢s asumir econ¨®micamente esa apuesta, March no se enga?a: "Si existe no lo valoran tanto como para que yo haya podido sobrevivir. En Espa?a falta verdadera cultura de moda. Nuestra actitud es de nuevos ricos".

La ropa de su ¨²ltimo desfile, presentado el pasado mes de febrero en el off Cibeles, no ha llegado a producirse. "Llevo seis meses meditando esta decisi¨®n. De alguna manera hice esa colecci¨®n sabiendo que era la ¨²ltima. De momento quiero parar y ver. Aprender de los errores, que b¨¢sicamente han sido de planificaci¨®n. Al final lo que tenemos que hacer es vender ropa y quiz¨¢ me he equivocado en el planteamiento del proyecto".

Ayer acudi¨® a la sede del Instituto Cervantes para cerrar el c¨ªrculo de casi una d¨¦cada de trabajo. Se apunt¨® a la exposici¨®n 20 trajes para Europa porque le pareci¨® una idea "bonita e internacional". La exposici¨®n, que ya ha pasado por el Instituto de Bruselas y el de Budapest, re¨²ne poes¨ªa, ensayos y fragmentos de obras de Garc¨ªa M¨¢rquez, Mar¨ªa Zambrano o ?lvaro Mutis a trav¨¦s de volantes, encajes, lunares y colores de dise?adores como Lydia Delgado, David Delf¨ªn o Jos¨¦ Enrique O?a Selfa o Miguel Palacio.

"Soy lectora compulsiva", asegura March. "Dud¨¦ entre Mart¨ªn Gaite y Delibes, pero como Cinco horas con Mario es uno de mis libros favoritos, pues me decant¨¦ por ¨¦l. Me encanta la rabia del personaje, c¨®mo espera a que ¨¦l se muera para ponerle verde. Adem¨¢s, ten¨ªa un tejido que era perfecto: un estampado de tormenta, desapacible, perfecto para vestir todos estos resquemores".