Gordon Brown revive
A tres semanas de las elecciones brit¨¢nicas, el laborismo aspira a impedir una mayor¨ªa 'tory'
A finales de 2009 el partido conservador estaba 17 puntos arriba en las encuestas y los apostadores daban por hecho que el fotog¨¦nico David Cameron iba a ser el pr¨®ximo premier brit¨¢nico. Hoy, a tres semanas de las elecciones, el adusto e irritable Gordon Brown preside una recuperaci¨®n del laborismo que ya no hace tan seguro su desahucio del poder. Los sondeos de opini¨®n arrojan mayor¨ªas para los conservadores mucho menores, y son casi un¨¢nimes en vaticinar que ninguno de los dos grandes partidos alcanzar¨¢ la mayor¨ªa absoluta en los Comunes el 6 de mayo. Ser¨ªa la primera vez que ocurriera desde 1974.
No es tanto, sin embargo, que los laboristas cabalguen de nuevo: la participaci¨®n en la guerra de Irak, responsabilidad del anterior primer ministro, Tony Blair, y la crisis econ¨®mica, siguen pesando como losas sobre la opini¨®n. Lo que ocurre es que los conservadores, pese a la capacidad comunicadora de Cameron, est¨¢n demostrando ser unos consumados artistas de la pifia pol¨ªtica. Declaraciones poco afortunadas sobre los homosexuales o irregularidades fiscales de tories destacados, arrojan sombras sobre un programa en el que se pide menos Estado y m¨¢s sociedad meritocr¨¢tica. La buena salud de los terceros en discordia, los liberal-dem¨®cratas, de Nick Clegg, podr¨ªa hacer realidad el sue?o de este partido de convertirse en llave de la formaci¨®n de Gobierno. Un elemento nuevo en la pol¨ªtica brit¨¢nica, la irrupci¨®n de los debates televisados entre los aspirantes, que anoche puso a Brown, Cameron y Clegg por vez primera frente a un reglado gui¨®n sobre pol¨ªtica interior, podr¨ªa ejercer de revulsivo en una campa?a hasta ahora aburrida.
Los programas de los tres partidos no son muy distintos, porque la crisis obliga a plantear severos recortes del gasto p¨²blico para reducir el d¨¦ficit. Si acaso lo nuevo es el inusitado juego que est¨¢n dando -sobre todo en Internet- los perfiles hogare?os de los l¨ªderes y la personalidad de sus esposas. Sarah Brown y Samantha Cameron aparecen junto a sus esposos en cuanta ocasi¨®n se presenta, y s¨®lo la espa?ola Miriam Gonz¨¢lez, casada con el l¨ªder liberal dem¨®crata, guarda distancias.
Europa es la gran ausente de la campa?a. Ni conservadores ni laboristas quieren hablar de algo que no es prudente criticar, pero tienen a¨²n menos ganas de demostrar ante el votante la m¨¢s m¨ªnima ternura por el otro lado del Canal.
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