La Diagonal busca su 'glamour'
Los turistas no incluyen la calle en sus rutas de compras - Los locales comerciales han perdido valor - Las tiendas luchan por su futuro
En la acera del lado de monta?a se agrupan las zapater¨ªas, el textil y los bolsos de lujo. Las tiendas m¨¢s exclusivas recalan en esa orilla del centro de la Diagonal. En la otra, la del lado de mar, hay sobre todo bancos, restauraci¨®n y comercio de gama media. Brilla menos. Es la acera "maldita", seg¨²n el escritor Enrique Vila-Matas. Por eso el precio de un local, seg¨²n est¨¢ en una u otra parte de la calle, puede variar el 30%. Sean m¨¢s o menos caros, todos han perdido valor. ?La reforma ser¨ªa la soluci¨®n? Los comerciantes creen que dar m¨¢s anchura a las aceras ser¨ªa la panacea. Los expertos inmobiliarios ven dif¨ªcil sacarle mucho brillo a la zona.
La Diagonal es una calle de calles. Va tomando el cariz de aquella con la que se cruza. Es en el centro, desde el paseo de Gr¨¤cia y casi hasta la parada de metro de Maria Cristina, donde tiene galones de calle comercial. Pero no es el paseo de Gr¨¤cia ni el Portal de l'?ngel. Los turistas no siempre encuentran alicientes para llegar hasta la zona.
Los comerciantes apuestan por dar m¨¢s anchura a las aceras
Los que llegan, al igual que los habitantes de la ciudad que van de compras por esta arteria de Barcelona, pasean sobre todo por delante de los escaparates con n¨²mero par. Cuando Vila-Matas expres¨® en un texto su inquietud por la poca fortuna de los comerciantes que se instalaban en la acera del lado de mar, le llegaron varias cartas. "Me explicaron que era por el sol. A la parte de la monta?a le da m¨¢s el sol. No s¨¦ si ser¨¢ verdad que es por eso. El caso es que en la acera de la monta?a hubo cines, bolera, librer¨ªas que funcionaban bien... y en la de enfrente todo era m¨¢s gris", cuenta.
Hace ya 10 a?os que el escritor plasm¨® en un libro la diferencia de las aceras. Pero sigue viva. "Un mismo local en monta?a puede valer en alquiler unos 75 euros mensuales el metro cuadrado. Y enfrente, costar¨ªa 50 euros", pone como ejemplo M¨®nica Manguillot, directora del departamento de locales comerciales de Busquets G¨¢lvez en Barcelona. "Siempre ha sido as¨ª, y las grandes marcas prefieren el lado de la monta?a", explica. Con una excepci¨®n: el comercio de novias se agrupa en la parte de mar, como la tienda de Rosa Clar¨¤ y Raimon Bund¨®. Hab¨ªa unos pocos comercios de este subsector cerca del cruce con la Rambla de Catalunya y han actuado como polo de atracci¨®n hacia esa orilla de la calle.
Dejando de lado los entresijos inmobiliarios, el problema para todos es que la calle ha perdido tir¨®n. Los locales valen hasta el 20% menos. Durante los ¨²ltimos 10 meses s¨®lo ha habido tres operaciones (alquileres o ventas de locales) en el ¨¢rea comercial de Diagonal, asegura Dolores Jim¨¦nez, de CB Richard Ellis. "A la zona le falta vida", resume. Las marcas que tienen mucho dinero, explica Manguillot, se instalan antes en el paseo de Gr¨¤cia, aprovechando adem¨¢s que los precios han bajado un poco. "Incluso eligen primero la Rambla de Catalunya, que ha ganado mucha presencia", a?ade. Ambas calles est¨¢n en las excursiones habituales de los turistas. Aun as¨ª, sigue habiendo algunas marcas que apuestan por la Diagonal. Llu¨ªs Capdevila aseguraba en su libro Barcelona, cor de Catalunya, en 1926, que la Diagonal posee una distinci¨®n "que no tiene ning¨²n otro paseo de Barcelona" ."Es un paseo para se?ores, pero para se?ores de verdad, no para gente disfrazada de se?or", dijo el autor. Eso ha debido de pensar Hackett. La marca inglesa de ropa para gentlemen se instal¨® hace poco en un local de 300 metros, entre Balmes y Enric Granados. En el lado de monta?a, por supuesto. "La nuestra es una marca ya conocida. Cuando abrimos en Barcelona busc¨¢bamos una zona prime. Pero los precios del paseo de Gr¨¤cia son desorbitados. La Diagonal quiz¨¢ no es tan tur¨ªstica, es m¨¢s para gente de Barcelona. Tenemos clientes de las oficinas de la zona y tambi¨¦n entre los que viven en ella, que es un p¨²blico excelente", explica Jos¨¦ Mar¨ªa Pasqu¨ªn, director comercial de Hackett.
Ahora lo que teme es la reforma. Teme el polvo, el ruido y las lonas que comportan unas obras de m¨¢s de dos a?os. "Viendo lo que ha pasado en la calle de Serrano de Madrid...".
No es el ¨²nico que ve con temor la llegada de las taladradoras. Y ese temor ha sido precisamente el revulsivo para lograr una asociaci¨®n de comerciantes. "No s¨¦ por qu¨¦ hasta ahora nunca se han asociado los comercios de la zona. Pero es el momento. Con la posible remodelaci¨®n hay inquietudes y es importante que estemos juntos. Por eso estamos creando la asociaci¨®n", explica Llu¨ªs Vendrell, presidente de Shopping Line (agrupaci¨®n p¨²blico-privada que representa a locales de zonas tur¨ªsticas, en la que s¨ª participa la Diagonal).
Vendrell es el coordinador de esta nueva asociaci¨®n, que va a reunir a m¨¢s de un centenar de empresas y ser¨¢ inaugurada dentro de unos d¨ªas. "La estructura ser¨¢ muy novedosa. No s¨®lo incluir¨¢ a botiguers. Tambi¨¦n se ofrecer¨¢ entrar a los propietarios de los bajos", explica, citando como ejemplo casos de Estados Unidos. "La reforma tiene tres opciones, una de ellas sin ninguna remodelaci¨®n. La asociaci¨®n quiere que se haga algo. La l¨®gica, de momento, nos dice que el bulevar es la opci¨®n m¨¢s l¨®gica. Aun as¨ª nos quedan muchas dudas, sobre todo en lo referente al tranv¨ªa", a?ade.
Vendrell lleva d¨¦cadas viendo la Diagonal a trav¨¦s del escaparate de su joyer¨ªa, Uni¨®n Suiza, en la esquina de Diagonal y Via Augusta. "En el momento en que las aceras se ampl¨ªen, todo empezar¨¢ a cambiar. Porque la Diagonal es un eje. Conecta la zona con el centro, cruza toda la ciudad, tiene buen acceso con el coche... Si se reforma de manera adecuada, ser¨¢ m¨¢s importante comercialmente que el paseo de Gr¨¤cia, porque el turista alargar¨¢ su recorrido, y subir¨¢", conf¨ªa.
Las expertas inmobiliarias no creen que la reforma llegue tan lejos. "El comercio importante seguir¨¢ estando donde est¨¢. Es lo que vemos en otras ciudades m¨¢s maduras: las tiendas tienden a agruparse, porque la gente, cada vez con menos tiempo, quiere trayectos concentrados", razona.
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